Nota importante: El Caso Bárcenas es un libro escrito en clave periodística cuyo autor es Ernesto Ekaizer y publicado por la editorial Espasa. En su momento no fue un best-seller aunque tuvo un buen número de ventas pero, tiempo después, aquellos documentos fueron editados en PDF y colgados en los servidores P2P. En pocos días el libro se convirtió en lider de bajadas. También fue publicado en Internet. Dado el momento crítico que está viviendo nuestro país y que ni un solo partido se salva de la corrupción, no está de más retomar la publicación del Caso Bárcenas (no somos los primeros y tampoco seremos los últimos). Dicho caso lo publicaremos en 3 o 4 entregas dada su extensión. Esperemos que sea de vuestro gusto y agradeceremos cualquier comentario.
Viaje al centro del escándalo Bárcenas
El 16 de enero de 2013 se hace público que el extesorero del
Partido Popular, Luis Bárcenas, mantiene desde hace largos años un patrimonio oculto en Suiza que ha llegado a veintidós
millones de euros. Él mismo declara después que, en realidad, esa fortuna
podría sumar treinta y ocho millones. El gran impacto de la noticia
duraría muy poco. Porque, inmediatamente, en cuestión de horas, la cuenta suiza de Bárcenas atrae como un imán el pago de presuntos
sobresueldos a la cúpula del Partido Popular.
Unas semanas más tarde, el 31 de enero de 2013, se publican
los llamados Papeles de Bárrcenas, una fotocopia de catorce páginas que contiene las presuntas
entradas y salidas de caja, entre 1990 y 2009, con un faltante de cuatro años (1993-1996), escritas y visadas de puño y letra,
primero como gerente y más tarde como tesorero nacional del PP. Son las anotaciones
personales, paralelas a la contabilidad oficial, que lleva para sí mismo el propio Bárcenas.
Según esas notas, parte de las donaciones, presuntamente
ilegales, abonadas por empresas para obtener el favor oficial en la
adjudicación de obras públicas, se distribuían entre los principales
dirigentes del PP, en pagos trimestrales o semestrales, todos los años, con Mariano
Rajoy a la cabeza. Unos pagos que tanto el presidente del Gobierno como los demás
dirigentes del partido y el PP han negado.
Luis Bárcenas se formó en el mundo de los gerentes y
tesoreros del PP, desde la lejana época de Rosendo Naseiro, Ángel Sanchís y Álvaro
Lapuerta. Hombres que han establecido vínculos duraderos y graníticos, que
forman lo que puede llamarse el «Club de los Tesoreros del PP». Fue Mariano
Rajoy quien encumbró a Bárcenas, después de convivir con él como gerente, al
puesto máximo de tesorero nacional en junio de 2008, tras el congreso de
Valencia.
Este libro sigue los rastros de Bárcenas desde su
implicación temprana en la trama Gürtel,
en febrero de 2009, hasta sus intentos más
escabrosos de neutralizar el procedimiento judicial, a veces con éxito, durante
los años siguientes, y sus esfuerzos por mantener a raya a sus enemigos de
familia en el PP. El sabueso sigue sus pasos y se desvía ante los huesos que aparecen
por los senderos que se bifurcan. Pero Bárcenas, y el PP, siempre permanecen en el centro de la acción.
A través del extesorero del PP se escudriña aquí el
comportamiento de todo un partido y de sus principales dirigentes. Ya hay, como
suele decirse, un antes y un después de Luis Bárcenas en la historia del PP. El
extesorero se ha convertido en el notario de una época todavía vigente en el
Partido Popular.
«Es como si el caso Bárcenas no existiese», han esrito los
concejales del PP en Sant Carles de la Rápita (Tarragona) Jesús Escudero y
Pedro Hernández al abandonar el partido, el 29 de marzo de 2013, por la falta
de explicaciones de sus máximos dirigentes.
EL INNOMBRABLE
La policía judicial ya se lo había dicho hacía algunos días. Se lo había confirmado horas antes de que el viernes 20 de febrero una subida de tensión le obligase a internarse en la unidad coronaria de la madrileña Clínica Rubber.
Hacía una semana que el juez Baltasar Garzón había ordenado,
el 12 de febrero, la prisión provisional de Francisco Correa, Pablo Crespo y
Antoine Sánchez, ya detenidos desde el viernes 6 de febrero, día en que se
realizan dieciséis registros en oficinas y domicilios de la trama.
Es el 19 de febrero de 2009 cuando el juez oye a los
policías. Les preocupa la ocultación de importantes cantidades de dinero obtenidas
ilícitamente que los imputados estarían realizando desde la cárcel. Y ello, señalan,
con la participación de algunos abogados.
El juez, acto seguido, dicta un auto en el que ordena la
intervención de las comunicaciones de los detenidos en prisión «para poder
determinar con exactitud los extremos de sus ilícitas actividades». Esa orden «se
extiende también a las comunicaciones que mantienen con sus abogados», ya que
«los letrados podrían estar aprovechando su condición en claro interés de la
organización…».
Después de reponerse de su ataque de ansiedad, el martes 24,
los policías tienen previsto entregar al juez Garzón el «Informe sobre la
participación de cargos públicos en las actividades de Francisco Correa
Sánchez», que han terminado el día anterior, 23 de febrero, en el cual, según
lo anticipado, incorporan el nombre clave. Se lo llevarán a su despacho de la
Audiencia Nacional hoy mismo. A las tres y media de la tarde. Han pasado
dieciocho días desde que ordenase la detención de los miembros de la banda.
El Partido Popular está en pie de guerra.
El lunes 9, el periodista Francisco Mercado publica en el
diario El País la palabra clave. Ha sacado al innombrable. Luis Bárcenas. Tesorero nacional del PP.
El periódico no depende para cubrir el caso ni del juzgado,
ni de la Policía ni de la Fiscalía Anticorrupción. Guarda desde hace dieciséis
meses un juego de todo el material aportado por el exconcejal de Planificación Urbana
del Ayuntamiento de Majadahonda gobernado por el PP, José Luis Peñas, a la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Peñas comparece el 7 de noviembre de 2007 ante los policías
en la sede de la calle Canillas acompañado por su letrado, Ángel
Galindo, donde entrega una denuncia por delitos de corrupción. Peñas y su
compañero,
Juan José Moreno, exconcejal de Medio Ambiente del citado
Ayuntamiento, han realizado grabaciones, desde febrero de 2006 a octubre de
2007 a Correa y otros secuaces de la banda, donde se deja constancia de la
trama de corrupción.
¿Por qué febrero de 2006? Porque Peñas y Moreno, tras elevar
un informe-denuncia a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, sobre una venta de parcelas que consideran irregular en Majadahonda,
en 2005, escuchan, mientras esperan ser recibidos en la sede
del PP, en la calle Génova, que la presidenta se niega a hablar con «esos dos
hijos de puta». Son expulsados del PP. Y se deciden, en base
también a otros datos, a empezar el trabajo de acopio de pruebas. Reúnen dieciocho
horas de grabaciones durante veinte largos meses.
Dos días después de hacerse público el nombre de Luis
Bárcenas, tesorero nacional del PP, Mariano Rajoy forma una piña, el 11 de febrero,
tras la reunión de la junta directiva de su partido, y junto a todos dirigentes
lee un comunicado: «Esto no es una trama del PP, esto es una trama
contra el PP».
A estas horas del martes 24 de febrero, en la semana previa
a las elecciones gallegas y vascas del domingo 2 de marzo de 2009, el juez
Garzón espera la formalización de la noticia bomba en el informe policial. Luis
Bárcenas, el hombre que ha gestionado las finanzas del PP durante veinticinco
años, desde 1983, primero como gerente y desde 2008 como tesorero, es una pieza
importante del engranaje que mueve la trama de corrupción Gürtel, «correa»
en alemán. Federico Trillo, portavoz de justicia del PP en el Congreso de los
Diputados, ha amenazado con una querella por prevaricación contra el juez.
El miércoles 25, con el nuevo informe en la mano, y dado que
la investigación afecta a personas aforadas, el juez pregunta a la Fiscalía Anticorrupción,
sin hacer referencia al innombrable senador Bárcenas, si no procede inhibirse y
elevar la causa al Tribunal Supremo para que sea este quien continúe la
instrucción del sumario. Ese mismo día, Trillo ordena presentar la querella
anunciada contra el juez ante la sala segunda del Tribunal Supremo, que este
desestimará por carecer de fundamentos. Al
día siguiente, jueves 26, ya es oficial.
El tesorero del PP, Luis Bárcenas, es uno de los implicados
en la trama. El otro es el eurodiputado Gerardo Galeote. En una de las grabaciones,
se oye de los labios de Francisco Correa a decir esto: «Yo le he llevado a [Luis]
Bárcenas, a su casa y a Génova [sede central del PP], 1.000 millones de pesetas
[seis millones de euros] por adjudicaciones de obras de la época de Francisco
Álvarez-Cascos y sé cómo lo ha sacado y el paraíso fiscal donde lo tiene». Los
indicios contra Bárcenas, hallados en el registro policial del domicilio del contable
José Luis Izquierdo, en la madrileña calle Serrano 40, llenan páginas enteras.
Garzón decide enviar varias comisiones rogatorias
internacionales. Entre ellas, una a Suiza. Pide datos sobre Correa.
Mariano Rajoy se encuentra esa mañana en Ourense junto al
cacique popular José Luis Baltar, en la recta final de la campaña electoral.
Mantiene ansiosas conversaciones por teléfono con Trillo
para conocer el alcance de la situación judicial. Desde que saltara su nombre el
lunes 9 de febrero, Bárcenas le ha asegurado que todo es un montaje. Por fin,
rodeado de militantes del PP en las calles de la ciudad gallega, dice:
- Quiero una justicia imparcial, con apariencia de
imparcialidad. Y luego, el que la haga que la pague. Hay algunas cosas que
están pasando en España estos días en plena campaña electoral que a nadie le
gustan, ni le pueden gustar, piensen como piensen y sea como sea su ideología.
El presidente del PP une su destino y el de su partido al de
un hombre al que hace apenas nueve meses él mismo ha encumbrado, en el congreso
de Valencia del mes de junio de 2008, al puesto de tesorero, cuatro años después
de incorporarle a las listas del partido como candidato a senador por la única circunscripción
con un puesto vacante, Cantabria, en las elecciones generales de 2004.
La defensa incondicional de Luis Bárcenas solo acaba de
comenzar.
EL DR. LUIS Y MR. BÁRCENAS
Y bajo el paraguas de esa defensa, el tesorero del PP
continúa con su personal interpretación del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
El tesorero del PP llama el 18 de febrero de 2009 por
teléfono de Madrid a Ginebra. Su nombre ha aparecido en El País, pero no
en los autos del juzgado de Garzón.
Pregunta por madame Agathe Stimoli, a quien llama Agata, la responsable de su
cuenta bancaria en el Dresdner Bank desde 2005. ¿Su cuenta bancaria? Ya desde
1994, Bárcenas es titular de una cuenta en el Dresdner Bank de Zurich, la 1283080. En 2001,
abre otra cuenta en el mismo banco, en Ginebra, que gestiona madame Stimoli.
Sus apoderados son Rosalía Igesias, su esposa, y Juan Carlos Bárcenas, su hermano. En esta segunda cuenta, la número 8005540, ingresa
personalmente 2.437.485 euros. Lo hace durante dieciséis visitas a Suiza, entre el 22 de junio de 2001 y el 24 de junio de 2005, en
las sucursales de la entidad bancaria en Ginebra y Lugano. Ingresa en efectivo
o en cheques bancarios, en cantidades que van de 100.000 hasta
240.000 euros. Madame Stimoli deja constancia, las más de las veces, de que se
desconoce el origen de los fondos.
Bárcenas dice que proceden de ventas de obras de arte o de
negocios inmobiliarios. En una nota, después de una visita, ella apunta: «Ha traído
cash pero no para nosotros porque está algo enfadado por mis
preguntas».
A partir de 2005, cambia su estructura societaria con ayuda
del Dresdner. Opera con la fundación Sinequanon, Panamá, que a su vez es
administrada por Impala Limited, sociedad registrada en Islas Bermudas. Y la
cuenta lleva ahora el número 8401489.
Detrás de estas dos pantallas figura en el ultrasecreto
«formulario A» que debe rellenar cualquier sociedad cliente de un banco en Suiza,
el llamado ayant droit economique, en francés, o beneficial
owner, en inglés. Es decir: la persona que es
beneficiario. Nuestro Mr. Hyde: Luis Bárcenas. El tesorero del PP le anticipa que está pensando «liquidar
una parte o la totalidad de su cartera» de acciones. Y que Iván Yáñez, su apoderado,
pasará a verla ese mismo día, 18 de febrero. ¿Cuál es su fortuna? En el año
2007, su valor liquidativo, caso de venta, había llegado a 22.120.561,37 euros.
Pero en 2009, por la caída de cotización de sus títulos, ha quedado en
11.316.654,46 euros (10,7 millones en acciones y 517.596 euros en divisas).
«No se sabe todavía lo que va a decidir», informa por
escrito a sus superiores la responsable de la cuenta desde su apertura, hace
ahora cuatro años. «El cliente quiere “oficializar” [sic] los activos y diversificar
su patrimonio. Ha decidido invertir en bienes inmobiliarios y
también en empresas productivas en Argentina (producción de limones con una
gran distribución) y Brasil (producción de maderas preciosas)». Y añade:
«Nos comunica la visita de uno de sus amigos de toda
confianza que le representa a través de una carta debidamente firmada por él.
Se trata de Iván Yáñez y tiene derecho a mirar la posición actual de
la cuenta». El «propio» que realiza la misión especial ha sido ejecutivo
de gestión de fondos en Invercaixa y Deustche Securities antes de lanzarse a la
aventura de Valórica, una gestora que lanza varios hedge funds (fondos
de alto riesgo) en el peor momento de la crisis financiera. Allí ha realizado inversiones
para Bárcenas. Iván Yáñez, madrileño de 46 años, se presenta sobre las cinco y
media de la tarde en el número 2 de la Place du Rhône, sede del Dresdner Bank,
el corazón financiero y de tiendas de lujo de la ciudad, a orillas del río Rhône,
en Ginebra. Yáñez, pues, le confirma a madame
Stimoli aquello que ya le ha adelantado
el titular de la cuenta. Aún hay una llamada más. Bárcenas telefonea de nuevo a madame Stimoli
para anunciarle que el viernes 20 de febrero de 2009 la visitará otro amigo de
su total confianza: Ángel Sanchís. Es el que fuera diputado de Alianza Popular
por Valencia en 1986, del PP por Madrid en 1989, y tesorero nacional del PP
entre 1982 y 1987, uno de los encausados por el caso Naseiro, el escándalo de
financiación ilegal de 1990 anulado en el Tribunal Supremo por defectos de
forma en la instrucción sumarial, y exculpado en 1992. En 1997, durante la
época del Gobierno de José María Aznar, Sanchís obtiene un préstamo del Instituto
de Crédito Oficial (ICO) equivalente a 18 millones de euros y adquiere una
finca de 30.000 hectáreas en Salta, provincia de Argentina, a la que bautiza
con el nombre de La Moraleja. Allí produce limones para exportación a todo el
mundo gracias a un contrato con Coca Cola.
El día que el juez Garzón ingresa en la clínica madrileña,
el viernes 20 de febrero de 2009, Sanchís se presenta ante madame Stimoli
con otra carta de Bárcenas. Tiene acceso, pues, a la cuenta corriente. Pregunta
por los trámites para liquidar total o parcialmente la cartera, el retiro de
los fondos, en efectivo o transferencia bancaria, ya que el cliente,
dice, quiere versificar su patrimonio. Desea invertir en las empresas que posee Sanchís en
Argentina y Brasil. Mientras tiene lugar esta reunión, suena el teléfono de madame Stimoli.
Es Bárcenas desde Madrid. Le confirma lo que le acaba de decir Sanchís.
Pero en Ginebra hay otra entidad en la que las dos
sociedades pantalla de Bárcenas mantienen cuenta corriente, la número 204337.
Es el banco Lombard Odier. Allí comienzan a inquietarse por las noticias que recogen
en Madrid. El nombre de Bárcenas circula todavía de manera restringida en relación
con la trama corrupta de Francisco Correa. Un colega llama a madame Stimoli.
He aquí la nota que deja constancia del telefonazo el 20 de febrero. «Recibimos
hoy una llamada de una persona que trabaja en el departamento jurídico del
banco Lombard Odier (Ginebra). Nos informa que tengamos en cuenta que nuestro cliente
común, Luis B., es tesorero del PP (Partido Popular) en España y tienen [en el banco]
la ntención de tomar medidas internas». En Dresdner, se le informa a madame Stimoli de
que no hay nada que hacer respecto a Bárcenas, ya que está situado internamente
en la categoría de riesgo número 3. Es un PEP: Persona Expuesta Políticamente.
Madame Stimoli
comienza a seguir con detalle la prensa española. Preocupada por las noticias
sobre Bárcenas, le llama a los dos teléfonos móviles con los que solía
comunicar. No hay respuesta. A primera hora del 4 de marzo, nada más
llegar a su despacho, redacta una nota para dejar constancia. «He consultado la
prensa española de las últimas semanas y encuentro múltiples artículos
relacionados con la implicación del cliente [Luis Bárcenas] en un asunto de
corrupción en el seno del PP (Partido Popular) en España, del cual el cliente es actualmente tesorero y senador. El juez español Baltasar
Garzón es conocido en España por ser muy duro en los asuntos de corrupción. He
intentado tomar contacto con el cliente esta semana y la anterior en sus dos teléfonos móviles sin éxito».
El 6 de marzo, el departamento jurídico del Dresdner Bank de
Ginebra observa con cierta confusión las noticias de la prensa en España.
«Suponemos que sigue intentando ponerse en contacto con el cliente», pregunta un
ejecutivo de dicha división a la responsable de la cuenta. «Sigo intentando
tomar contacto, pero desgraciadamente no tengo respuesta cuando llamo a su
teléfono móvil. Yo también he visto algunos periódicos españoles y he encontrado
un nuevo artículo de El Diario Montañés, que enviamos traducido al inglés para su información», responde
madame Stimoli.
Tres días más tarde, Bárcenas da señales de vida. Ha estado
urdiendo, como ahora se puede ver, los nuevos planes ante su situación judicial.
El 9 de marzo de 2009, escribe una carta de puño y letra en la que dice:
Estimada Agata:
Por la presente confiero poder tan amplio como sea necesario
para que D. Iván Yáñez con DNI Nº05388870 Q me represente ante esa entidad en cualquier
operación de carácter mercantil, financiero o jurídico.
Un saludo cordial.
Bárcenas también le informa de que va a dar instrucciones
para realizar dos transferencias bancarias de un millón de euros cada una. Y
le anticipa, en la misma fecha, 9 de marzo, que le llegará a través de Iván
Yañez el original de una carta que le envía por fax sobre los cambios que ha decidido
introducir en sus inversiones.
Estimada Agata:
Varios amigos y yo mismo hemos decidido unir una parte de
nuestros respectivos activos para diversificar nuestros riesgos y actuar en
distintos campos de la actividad económica, industrial y bursátil. Hemos decidido mantener con vuestra entidad inversiones
bursátiles por valor de unos 10 millones de euros y estimamos que dicha cifra
se mantendrá en el medio y largo plazo. Mis socios te informarán más ampliamente de los detalles de
esta nueva actividad que estamos emprendiendo y de las transferencias que vamos
a ordenar.
Un fuerte abrazo.
Iván Yáñez y Ángel Sánchís vuelven a la sede del Dresdner el
10 de marzo. Aunque madame Stimoli se encuentra ausente por enfermedad, entregan la
carta original al interlocutor del banco en la que Bárcenas describe de manera
genérica su nuevo plan de negocios. Yáñez señala que los detalles de una próxima
transferencia relacionada con una inversión en la producción de maderas preciosas
en Brasil ya han sido avanzadas a la responsable de la cuenta en Dresdner. Al tiempo, está en
curso, dice, una orden para realizar transferencias de fondos, después de las
cuales deberán quedar en la cuenta alrededor de 10 millones de euros. Se aborda también la posibilidad de un préstamo para invertir en la
fabricación de maderas preciosas, un producto de gran resistencia y durabilidad
que se usa para la construcción de edificios, mobiliario, ebanistería y
decoración. Este tipo de roble, caoba y ébano suele ser demandado para
embellecer palacios, catedrales o edificios gubernamentales. Dicho crédito, en todo
caso, se haría con la garantía de los activos depositados en la cuenta
8.4901489.
Madame Stimoli
recibe el 17 de marzo una carta del consejo de administración de Impala, Islas
Bermudas, la sociedad pantalla a la que Bárcenas ha dado la orden por la que
debe transferirse un millón de euros a UBS (Unión de Bancos Suizos), sucursal
de Stanford, Estados Unidos, a una cuenta a nombre de PT Bex Bursátil Sociedad
de Bolsa. Madame Stimoli intenta hablar con Bárcenas ese mismo día por
teléfono para precisar detalles, pero no lo consigue. Será al día siguiente,
18, cuando tendrá lugar el contacto. Bárcenas confirma personalmente la
transferencia ordenada.
También solicita la venta de un bono del Banco Europeo de
Inversiones (BEI) por valor de un millón de euros y sugiere dejarlo en la
cuenta corriente porque va a ordenar una nueva transferencia en los próximos
días.
El 23 de marzo, empero, la transferencia a Stanford es
devuelta al Dresdner en Ginebra al parecer por un error en los datos. Pero Bárcenas
cambia de banco destinatario y envía a través de sus sociedades pantalla
Sinequanon e Impala Ltd. la orden para transferir un millón de euros a
favor de la sociedad Brixco con cuenta 605140081 en el HSBC Bank, Nueva York.
Esta cantidad será la primera de un total de 3,5 millones de
euros transferidos a Brixco, empresa comercializadora de productos agrícolas,
cliente de Ángel Sanchís, y a Lidmel International, también con cuenta
000162353 en el HSBC Bank de Nueva York. Bárcenas, pues, dará sucesivas órdenes
de vender acciones de su cartera para transferir dicho
dinero. El Dr. Jekyll «oficializa» los activos de Mr. Hyde.
El juez Garzón comienza a preparar su inhibición en el caso.
La presencia de personas aforadas en Madrid le obliga a ello. Las noticias
respecto a Bárcenas aparecen sin cesar. El 23 de marzo de 2009, el diario El Mundo da cuenta
de que el tesorero del PP posee un patrimonio inmobiliario tasado en 3,3 millones
y de que sus movimientos dinerarios se realizan al contado. Bárcenas, nada más conocer
la noticia, envía una carta con membrete del Senado a la Delegación Especial de
la Agencia Tributaria en Madrid. Solicita «cuantas actuaciones de comprobación
e inspección se considere oportunas» respecto al pago de IRPF y el impuesto del
Patrimonio de los últimos diez ejercicios frente a las informaciones que ponen
en cuestión su
«honorabilidad».
El 31 de marzo de 2009, el juez Garzón da a conocer el auto
que va guiar la futura investigación. La presencia de diputados autonómicos
hace que la instrucción sea llevada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Pero, al aparecer indicios contra el senador Luis Bárcenas y el eurodiputado Gerardo
Galeote, el juez Garzón cree que el caso debería ir al Tribunal Supremo.
En su auto del 31 de marzo describe todos los indicios que
ha podido reunir contra Luis Bárcenas en el cobro de 1,3 millones de euros de
la trama Gürtel. Le acusa de delitos de asociación ilícita, blanqueo de
dinero, delitos contra la Administración Pública y cohecho. Al tiempo, el
juez pregunta a la Fiscalía Anticorrupción si no procede elevar la causa al Tribunal
Supremo. El tesorero del PP amenaza con presentar una querella contra el juez
esa
misma tarde. El partido expresa su «rechazo más absoluto» a
la decisión judicial. Ese mismo día, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid
acepta la competencia. El juez de la sala de lo Civil y Penal del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, Antonio Pedreira, se hace cargo de la
causa.
La Fiscalía Anticorrupción se define al día siguiente, 1 de
abril, frente a la pregunta formulada en su auto por el juez Garzón, al enviar
el caso al Tribunal Superior de Justicia de Madrid, sobre si procede, por la
presencia de personas aforadas nacionales, elevar el sumario al
Tribunal Supremo. No todavía. Sostiene que es necesario primero profundizar la
investigación sobre Bárcenas.
Con el auto del juez en los medios de comunicación, Luis
Bárcenas acude a la calle Génova para reunirse con el presidente del PP, Mariano
Rajoy, y con la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Es el 1 de
abril.
- Esto es un despropósito -dice el tesorero, refiriéndose a
la resolución de Garzón-. Puedo acreditar, como ya os he dicho cuando
empezaron a salir estas informaciones, cómo he ganado mi dinero, mi patrimonio personal.
Tras la reunión, Rajoy no hace declaraciones. La secretaria general del PP ataca al juez. Pero se muestra cauta respecto a Bárcenas.
«Pensaremos con mucha tranquilidad lo que hay que hacer», dice.
La tarde del día siguiente Rajoy se encuentra en Vitoria. Ya
no puede permanecer callado. Es el 2 de abril: «Estoy seguro de que nadie podrá
probar que Bárcenas no es inocente», afirma. ¿Por qué los diputados autonómicos
del PP de Madrid Alfonso López Viejo, Benjamín Martín Vasco y Alfonso Bosch han
dimitido de sus puestos respectivos al conocerse indicios de su implicación en
la trama de Francisco Correa y, sin embargo, Bárcenas sigue en su puesto de tesorero?, le pregunta un
periodista. «No tengo más que añadir», se zafa Rajoy.
El viernes 9 de abril de 2009, entra en acción Francisco
Álvarez-Cascos, amigo personal, más allá de su pertenencia al PP, de Luis
Bárcenas. En una entrevista en Onda Cero, al hablar del caso Gürtel explica
que «hay una camarilla policial dedicada a falsificar papeles y
preconstituir pruebas». Está «convencido de la inocencia de Luis Bárcenas en el
caso Gürtel», una causa que, dice, «está viciada de origen». Se muestra
muy comprometido con Bárcenas. «Es mi amigo. A los amigos y las personas que pueda
ayudar las ayudaré siempre, y estoy convencido de su inocencia y seguro de que
sabrá defenderse y de que saldrá airoso del envite durísimo al que está siendo
sometido», dice. Durante la Semana Santa de 2009, Rajoy se reúne con
Bárcenas.
- Mariano, soy consciente de que mi presencia le hace daño
al partido. Soy la comidilla de los medios de comunicación y las tertulias.
Llevamos desde primeros de febrero con este calvario.
- A mí los medios de comunicación no me preocupan. Te he
dicho en muchas ocasiones que lo que importa es el fondo del asunto.
- Pero, sinceramente, Mariano, no creo que sea bueno
quitarme ahora de en medio, porque ello reforzaría la impresión de que soy culpable,
de que tengo algo que ocultar y de que vosotros lo sabéis. La Fiscalía Anticorrupción
ha pedido investigar más. Y me parece bien porque soy inocente.Rajoy le apoya.
Este compás de espera que ha solicitado la Fiscalía, antes de enviar la causa
al Tribunal Supremo, le da a Trillo el argumento para ganar tiempo. El PP no
tomará decisión alguna sobre Bárcenas hasta que la causa pase al Supremo y este
se pronuncie sobre su situación procesal.
A LA GREÑA EN RIANTXO
El juez Antonio Pedreira, instructor del caso en el Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, dicta el 20 de abril un auto por el cual prorroga
la grabación de las comunicaciones de los imputados en la trama Gürtel con sus letrados.
Según afirma, en el momento inicial del procedimiento no resulta exigible una justificación
fáctica exhaustiva «pues se trata de una medida para profundizar en una investigación
no acabada». Señala que la intervención debe ser temporal, sin perjuicio de las
sucesivas prórrogas y es suficiente con que el juez «tenga puntual información
de los resultados» y se exime «la audición personal y completa de las
grabaciones obtenidas por la Policía». Al prorrogar las escuchas, el juez cita el
Convenio Europeo de Derechos Humanos, artículo 8.2. Admite, dice, la injerencia
de las autoridades en la vida privada y familiar si está prevista en la ley y
constituye una medida que «en una sociedad democrática, es necesaria para la
seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico del país, la
defensa del orden y la prevención del delito». Agrega que «la restricción del
derecho al secreto de las comunicaciones está prevista en el artículo 579.4 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que deja en manos del juez de instrucción el
juicio de la proporcionalidad y necesidad de la medida».
El 30 de abril de 2009, Francisco Correa declara ante el
juez Pedreira. Tanto el magistrado como las dos fiscales están interesados en
la figura de Luis Bárcenas, en la explicación que puede ofrecer el jefe de la trama
sobre lo que ha quedado registrado en las grabaciones y en los apuntes
contables de las empresas. Correa va preparado. Se trata de que han «malinterpretado» sus afirmaciones. Él quiere ahora
ofrecer la interpretación «correcta». Explica que cuando no le daban el encargo
esperado para organizar un acto para el partido, se enfadaba.
- Y yo me cogía tal rebote y tal cabreo…impresionante. Y yo
más de una vez, lo he dicho dos mil veces, decía, ¿pero cómo me hacéis esta
faena, si yo a esta casa es como si hubiera traído cajas de más de 1.000 y
2.000 millones de pesetas. Pero si os he ahorrado más de 1.000 millones de pesetas.
Y es posible que yo, a veces, cabreado… soy una persona de carácter agresivo,
digo cosas que se malinterpretan.
El juez: -Esta manera de expresarse le ha tenido que
acarrear a usted muchos disgustos.
- Sí, lleva usted razón, Señoría.
La fiscal: -¿Ha llevado usted dinero a casa del señor
Bárcenas?
- No. Nunca he llevado 1.000 millones a Luis Bárcenas.
El juez: -¿Y cómo explica usted que haya repetido en
diferentes sitios eso de que ha llevado 1.000 millones a Luis Bárcenas?
- Pues porque tengo mal carácter y a veces digo burradas…
Cada vez que no me daban un acto decía tacos… Pero era en sentido metafórico.
A primeros de mayo de 2009, por petición de la Fiscalía
Anticorrupción, se envían comisiones rogatorias (solicitud de ayuda judicial en
el extranjero) a los siguientes países: Suiza, Mónaco, Reino Unido, Estados Unidos,
Colombia, Panamá, Portugal, Singapur y a los paraísos fiscales de las Islas
Caimán y Antillas Holandesas.
Ambas decisiones, tanto la prórroga de la intervención de
las comunicaciones en prisión como la petición de ayuda a través de las comisiones
rogatorias, no trascienden. El juez mantiene el secreto de las actuaciones. En
la semana previa a las elecciones europeas, previstas el 7 de junio de 2009, la
Fiscalía Anticorrupción recibe de la Agencia Tributaria el informe que espera
para decidir sobre la suerte procesal de Bárcenas. A la luz de los comicios
europeos, aplaza su escrito, una decisión que entra dentro de la tradición judicial,
cada vez menos observada, de abstenerse de influir en los procesos electorales.
Y, el 10 de junio, después de la cómoda victoria del PP del 7 de junio sobre el
PSOE, la Fiscalía Anticorrupción solicita al juez Pedreira que eleve el caso al
Tribunal Supremo. Cita los indicios de delito presuntamente cometidos por
Bárcenas contra la Hacienda Pública y cohecho.
Federico Trillo, el estratega judicial en el caso Gürtel, estalla.
Si antes, cuando la Fiscalía pedía más tiempo para investigar a Bárcenas, la conducta
era considerada estupenda, ahora ve en el fiscal general del Estado, Cándido
Conde-Pumpido, es decir, el Gobierno, la mano que
mece el cambio de opinión de las dos fiscales, Miriam Segura
y Concha Sabadell, que ahora proponen elevar el caso al Supremo. Ese mismo día,
después de demonizar a la Fiscalía General del Estado ante los medios de comunicación, Trillo llama por teléfono a su responsable.
- Cándido, esto no lo vamos a tolerar…tendrás que venir a
explicarte al Congreso…
- Pero Federico, ¡qué dices! ¿Te das cuenta de qué día es
hoy?
- No te entiendo Cándido.
- Mira, la Fiscalía recibió el informe de la Agencia
Tributaria la semana pasada. Sin embargo, decidió aplazar el escrito. Me imagino
que sabrás por qué razón.
- Pues no caigo…
- Por las elecciones europeas del domingo, Federico… No se
quería interferir…
- Ah, bueno, eso está muy bien.
El juez Pedreira eleva la causa al Tribunal Supremo el 15 de
junio y propone que Bárcenas sea llamado a declarar con urgencia. Considera que
ha recibido de Correa 1.300.000 euros sin declarar y estima que es «poco creíble
pedir un préstamo de 325.000 euros para un cuadro que no compró», según una de las
coartadas que la Policía atribuye a Luis Bárcenas. Esta última cantidad, según
el informe policial, ha sido ingresada en una cuenta del Banco Popular en
billetes de «alta denominación», como llama a los de 500 euros.Rajoy, al
tiempo, solicita manos libres ante los quinientos miembros reunidos el mismo
día en la junta directiva nacional: «Este partido no se ha financiado
ilegalmente. No somos inquisidores. Defenderemos la honorabilidad del PP y de
sus militantes, inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Si se demuestra
que alguien ha hecho cosas no aceptables, actuaremos en consecuencia. Pido a la
junta directiva que confíe en lo que hace la dirección de este partido».
El 17 de junio de 2009, Bárcenas almuerza con su antecesor
en el cargo de tesorero y exjefe, Álvaro Lapuerta, y el diputado del PP por
Lérida, Ignacio Llorens, en el restaurante marisquería Riantxo, en Raimundo
Fernández Villaverde. En una mesa próxima comen el comisario jefe de la Policía
Judicial, Juan Antonio González, y el responsable policial del barrio de
Canillas, Manuel José Prieto. González se pone de pie y saluda a Lapuerta. Al
tiempo, un hombre de abundante cabello gris peinado hacia atrás, irrumpe:
- Usted no me conoce personalmente, pero ahora sí… Yo sí sé
quién es usted –se entromete Bárcenas-. Usted es quien me está persiguiendo por
orden de [el ministro del Interior Alfredo Pérez] Rubalcaba. Usted es un peón
de Rubalcaba. Y son ustedes quienes están filtrando toda la información a El País. Como
puedes ver, lo sé todo sobre ti.
- Todo esto es un montaje -dice otro comensal.
- No hay ningún montaje. Nosotros no le estamos persiguiendo
ni filtramos información -se defiende González.
- No, si lo sé todo. Su mujer –dice mirando a González y a
los demás- es del PP, su hija ha trabajado para el partido en Bruselas, su
yerno también ha hecho cosas con nosotros y su hijo acaba de terminar la
Academia de Policía y le han colocado en el SEPBLAC (Servicio Ejecutivo de la
Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales). ¿Ves como lo sé todo sobre
ti?
- Te aseguro que no hay ninguna persecución contra ti -corta
González-. Y por lo poco que sé de la investigación, no figuras en ninguna
transacción en la que aparezca dinero en un paraíso fiscal… A medida que se aproxima la definición del Tribunal Supremo,
Rajoy, aun cuando parece cada vez más difícil avizorar una salida airosa para
su tesorero, sigue enviando señales de apoyo a Bárcenas. El 22 de junio explica
que no basta una imputación para destituirle y que debe existir «la convicción
de que se han cometido irregularidades». Un día después, el 23 de junio,
Bárcenas solicita al Tribunal Supremo prestar declaración voluntariamente, sin
esperar el trámite previo del suplicatorio en el Senado.
Y dos días más tarde, el 24, la sala de lo Penal del
Tribunal Supremo decide iniciar las investigaciones sobre Bárcenas. El auto de
la sala imputa delito fiscal y cohecho. Francisco Monterde, exmiembro del
Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y actualmente magistrado del Tribunal
Supremo, ambas posiciones alcanzadas a propuesta del PP, es nombrado instructor
de la causa. Es la más importante institución penal de España, pero no la
única, en estimar la existencia de indicios racionales de criminalidad en la
conducta del tesorero, habida cuenta de que con anterioridad lo han apreciado
así la Audiencia Nacional y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. La
decisión del Tribunal Supremo se refiere exclusivamente a la investigación
sobre aforados nacionales: el senador Luis Bárcenas y el diputado Jesús Merino,
imputado por el Tribunal Supremo a propuesta del juez Pedreira. Según el
Supremo, las cantidades supuestamente percibidas por los aforados no se
corresponden con actividades profesionales o de otro tipo que puedan justificar
su recepción. «Los indicios resultan, en principio, suficientes para la
instrucción de una causa criminal» por delito de cohecho, señala. También
pueden derivarse de ella «los delitos fiscales que correspondan a los ingresos detectados».
La sala explica que el resto de las diligencias siguen bajo
la instrucción del juez Pedreira del Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
sin perjuicio de que en una fase posterior la sala segunda del Supremo considere
la necesidad de ampliar su propia competencia a partir de las investigaciones sobre Bárcenas.
El juez Pedreira, a iniciativa de la Fiscalía Anticorrupción,
da orden para citar a declarar en calidad de imputada a Rosalía Iglesias, quien,
según un informe de la Agencia Tributaria, es titular de una cuenta corriente
en Caja Madrid cuyo saldo es de un millón de euros. Se trata de la mujer de
Bárcenas. La orden se mantiene en total reserva, bajo el secreto de las
actuaciones vigente. Nada trasciende.
La Fiscalía, por su parte, que se ha mostrado, hasta el
momento, más prudente que el juez Garzón respecto a Bárcenas, aporta un documento
en el que se resumen todos los indicios contra el tesorero nacional del PP.
Hay veintisiete apuntes de entregas de dinero a Bárcenas por
parte de la trama corrupta. Entre los documentos se cuentan manuscritos y archivos
informáticos. El pen drive de José Luis Izquierdo, el contable de Francisco Correa,
hallado en un registro de las oficinas de la calle Serrano 40, aporta una información
valiosa. Es la contabilidad B, contiene los asientos paralelos a los libros oficiales de
las empresas del grupo Correa. Hay, además, gran cantidad de documentos. Todo
esto lo conocen las partes que se han personado en la causa. Una de ellas es la
que representa al Partido Popular, que aparece como presunto perjudicado para ejercer
la «acusación». Una acusación muy particular. Es una estrategia que le permite
a Federico Trillo el seguimiento continuo de las pruebas, desde dentro mismo de
la instrucción sumarial, que van apareciendo contra sus «clientes», sus
conmilitones del partido.
LA PLUMA DE UN SEDUCTOR
Jorge Trías Sagnier, un abogado y
diputado del Partido Popular durante la primera legislatura del PP, a propuesta
de José María Aznar, y más tarde colaborador de la fundación FAES, escribe el
26 de junio de 2009, en el diario La Gaceta (antes de que la cabecera pasara al grupo
Intereconomía) y en su blog de comentarios Punto Jurídico, un análisis de lo que ocurre en la instrucción del
caso Gürtel. Trías, de 61 años, ha estado
metido, durante largos años, en muchos guisos de los que se cuecen en la
judicatura. Ha sido letrado defensor del juez Javier Gómez de Liaño en la causa
de prevaricación judicial, el caso Sogecable. Allí tuvo que enfrentarse con el juez
Baltasar Garzón. Más por decisión de la esposa de Gómez de Liaño, María Dolores
Márquez de Prado, que actúa como codefensora. El caso le cuesta a Gómez de Liaño
la expulsión de la carrera. Trías y Gómez de Liaño trabajan juntos después,
durante un año, hasta que se pelean y rompen. Trías no conoce a Bárcenas. Pero tienen
ambos un amigo común. Se llama Luis Fraga, sobrino de Manuel Fraga Iribarne,
que ha sido senador del PP por las provincias de Cuenca y Guadalajara, y
presidente de la comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, con despacho
en la calle Génova. Fraga ha fundado en 1986 la empresa Ilusiona Comunicación
junto con Tito José Pajares, propietario de la discoteca madrileña Gabana 1800,
donde se celebra, en 2002, la fiesta de la boda de Alejandro Agag y Ana Aznar.
La empresa, dedicada a eventos, ha recibido numerosas adjudicaciones como parte
de la trama Gürtel.
Fraga comparte con Bárcenas la
afición por el alpinismo. Juntos han formado parte de la expedición española al
Everest en 1987. También Trías es montañero. Fraga, como Bárcenas, tiene la
enemistad de María Dolores de Cospedal, secretaria general del
PP a partir de junio de 2008. Y como el tesorero del PP, Fraga también es
titular de una cuenta corriente en Suiza, en el Dresdner Bank de Ginebra. La número
1283047. Fraga le ha dado a Bárcenas poderes para recoger los extractos y documentos
de su cuenta bancaria, que le son entregadas regularmente por madame Agathe Stimoli, cuando el tesorero
la visita en Place du Rhône, aprovechando sus escapadas a las estaciones de
esquí de Chamonix o Val d’Isère, en Saboya, Francia. Trías ya ha escrito en el
pasado mes de abril que «Rajoy tiene la ocasión histórica de hacer una buena
limpia en su partido». Ahora se ocupa del juez Pedreira. La necesaria
independencia judicial. Recusado por PP y PSOE en otras causas, el instructor
del caso «Gürtel» es independiente. Resulta inevitable que cuando un caso de posible
corrupción política llega a los tribunales se mire, también, con lupa a los magistrados
que van a tener en sus manos la vida y hacienda de los imputados. Es difícil acceder a las biografías oficiales
de los magistrados, al menos la de Antonio Pedreira, si existe, no la he
encontrado buceando por Internet. Pero he reconstruido algunos acontecimientos
que pueden servir al lector para que juzgue por sí mismo, al margen de mi opinión,
sobre la imparcialidad del magistrado instructor del caso «Gürtel» en el
Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Pedreira, por lo que me cuentan, llegó
al Tribunal Superior de Justicia madrileño por esa cuota autonómica que permite
a los partidos políticos colocar a personas afines en la magistratura. Está
ahí, pues, gracias al Partido Socialista que lo colocó cuando tenía la mayoría
y gobernaba en la Comunidad Autónoma. Este magistrado también fue jefe de los
Servicios Jurídicos del Ayuntamiento de Madrid en 1989, cargo al que accedió
por designación directa de quien era entonces alcalde, el socialista Juan
Barranco. El PP lo recusó en el asunto del PSOE contra Eduardo Tamayo, María
Teresa Sáez y José Luis Balbás. La recusación se basaba en el hecho de haber ocupado
ese cargo en el Ayuntamiento, y en dos votos particulares que había emitido en sentencias
sobre asuntos apoyando las tesis socialistas en contra de las del PP. En uno se
opuso a que se archivase una querella del PSOE contra esos diputados -Tamayo y
Sáeza acusados de haber abandonado la Sala de la Asamblea madrileña cuando la
investidura de Simancas, como consecuencia de una trama políticoinmobiliaria en
la que se había implicado al PP. Y en el otro voto particular, Pedreira se
mostró favorable a admitir una querella contra el vicepresidente primero de la Comunidad
de Madrid, Ignacio González, por la adjudicación de la gestión de la plaza de
toros de Las Ventas. En cambio, en el caso de la Complutense, en el que estuvo
imputado Gustavo Villapalos, entonces consejero de Educación de Alberto Ruiz-Gallardón,
por un presunto delito de malversación de fondos y que llegó a sentarse en el
banquillo, siendo finalmente absuelto con toda justicia, el magistrado Antonio
Pedreira fue recusado por el PSOE y por Izquierda Unida y el fiscal jefe de
Madrid tuvo palabras duras contra el magistrado llegando, incluso, a dudar de su imparcialidad. ¿Saben
quién era entonces el fiscal jefe? Pues, nada menos, que Mariano Fernández
Bermejo. Antonio Pedreira, por las imágenes que hemos visto, es un hombre con
la salud quebrantada, pero parece que tiene las ideas claras. Para mí, me
gusten más o menos sus decisiones, el hecho de que haya sido recusado por unos
y otros me reafirma en su independencia. Ha escrito bastante, y pronunciado
conferencias, sobre derecho y salud, lo cual me da un plus de credibilidad: intenta trasponer su familiaridad
con la enfermedad al campo que domina, o sea, el derecho. Es miembro del Comité
Científico de la Asociación Española de Derecho Sanitario, comité al que
también pertenece el profesor de derecho penal Miguel Bajo, eficaz abogado de Luis
Bárcenas, el acosado tesorero popular. Su biografía es probable que sea mucho más
rica, pero estos datos, que pueden contener algún fallo anecdótico, creo que
son suficientes para que cada cual se haga una idea de quién ha sido, hasta
ahora, el instructor del caso «Gürtel». La verdad es que Antonio Toni Pedreira entra por oposición como
secretario de Administración local, primera categoría, al Ayuntamiento de San
Fernando de Henares, luego se postula como técnico por el Ayuntamiento de
Madrid y más tarde también por la Diputación Provincial de la Comunidad de
Madrid y es letrado consistorial de dicho Ayuntamiento en la etapa de Carlos
Arias Navarro. Luego, con Enrique Tierno Galván, pasa a ser decano del Servicio
Jurídico del Ayuntamiento de Madrid y letrado del Instituto Nacional de
Previsión. El Consejo General del Poder Judicial nombra a Pedreira magistrado del
Tribunal Superior de Justicia de Madrid el 27 de abril de 1989 a propuesta de
la Comunidad de Madrid, que presidía entonces Joaquín Leguina. El juez Pedreira
padece desde hace años del mal de Parkinson y está afectado también por la
enfermedad de Forrestier Rotés-Querol que le lleva a inclinar la cabeza y el
cuello hacia delante. Camina con mucha dificultad. El Tribunal Supremo acaba de
resolver que debe seguir como instructor del caso, excepto para los presuntos delitos
del senador Bárcenas y el diputado Merino. El juez lee el artículo. ¿Quién es
este abogado? Pedreira recuerda que ya ha visto otros comentarios en el pasado,
incluso alguno en el que se analizaban resoluciones suyas. Ha sido diputado del
PP. Le pica la curiosidad y piensa en llamarle. Le pregunta a Manuel Lozano,
catedrático de Derecho Procesal en la Universidad de Cantabria, un amigo de
total confianza, si puede conseguir las señas de Trías. Unos días después, tras
localizar por Internet el despacho de Trías, en la calle Almagro, Lozano le da
los datos. Pedreira pide a su secretaria que le llame. Margarita, secretaria de
Trías, lo tiene al teléfono.
- El señor Pedreira quiere hablar
con usted.
- No me suena… ¿quién?
- Dice que es un compañero suyo.
- Pásemelo.
- Jorge, hola, soy Pedreira, tu compañero…
- …Ah, sí… claro, hola, cómo estás.
- Quiero agradecerte tu artículo. Con la que está cayendo, que alguien
como tú diga que soy independiente, hombre, esto está muy bien.
- Nada, Antonio, no me ha costado
porque es lo que pienso, de verdad.
- A ver si un día antes de
vacaciones me llamas y te pasas por mi despacho y hablamos tranquilamente…
- Encantado, cuando tú digas…
NUEVE CAJAS
El silencio sepulcral de Rajoy y del
PP en general sobre el cadáver que llevan en el armario se rompe en la última
semana de junio. Rajoy, a pesar de los indicios que Trillo ha podido conocer
por el sumario, señala en una entrevista en el programa de televisión El gato al agua: «Necesito alguna prueba». El 28 de
junio de 2009, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ante la pregunta de
si Bárcenas debería renunciar, osa decir:
«Yo, en su caso habría dimitido». Y
la actitud de Rajoy, cuando se le apunta lo que ha dicho Basagoiti, es esta:
«¿Alguna pregunta más?».
Al día siguiente, 29 de junio, dos
agentes de policía acuden al piso de Bárcenas, en la calle Príncipe de Vergara,
en el barrio de Salamanca, para entregar la citación a su esposa que ha cursado
el juez Pedreira. Nadie contesta. Los agentes preguntan en portería por el
teléfono móvil de Rosalía Iglesias. Lo obtienen. Desde el cuartel general de la
policía judicial, en Canillas, intentan comunicarse con ella sin éxito. Quedan
un par de llamadas perdidas. El hecho no salta a los medios de comunicación en
tiempo real. Pero Bárcenas comenta con Federico Trillo y con sus letrados particulares, Bajo y Trallero, por
separado, lo que acaba de ocurrir. Bárcenas les dice que el incidente tiene
algo que ver con aquel cruce de reproches que mantiene con el jefe de la policía
judicial en el restaurante Riantxo. El tema queda pendiente. Trillo se lo
quiere pensar. Algo habrá que hacer. La estrategia de Rajoy, una vez más, se hace
explícita durante una visita a la ciudad de Cuenca, el día 1 de julio:
- Solo nos debe preocupar seguir
haciendo lo que hemos hecho este año. Tenemos un objetivo, un horizonte, hemos
fijado un camino. Te puedes encontrar una curva, puedes descarrilar, pero
vuelves a meterte en el camino. Alguien te puede tirar una piedra, pero si te
apartas hábilmente… Si seguimos en esta línea, vamos a celebrar muchas cosas en
los próximos años, aquí y en toda España. El viernes, día 3 de julio, la
secretaria general, María Dolores de Cospedal, le hace ver a Bárcenas que lo
mejor para todos es actuar con decisión. No se ponen de acuerdo. La secretaria
general le dice que debe dejar el puesto de tesorero inmediatamente. Que esa es
su posición. Bárcenas se resiste. ¿Es un mensaje de Mariano Rajoy? No lo sabe. Con
todo, Rajoy tiene que abordar el tema. Ese mismo 3 de julio, en Deltebre, Tarragona.
- ¿Cómo ve el futuro de Bárcenas
dentro del PP?
- No hay ninguna novedad. El futuro
de
Bárcenas está como el de todos, vaya
usted a saber dónde está el futuro del señor Bárcenas. El Tribunal Supremo es
quien tiene que tomar una decisión, y a partir de ahí caben todas las posibilidades.
Por ahora no hay nada porque no ha sido ni acusado ni imputado.
- ¿Hasta qué punto cree que Bárcenas
puede mantenerse en el cargo?
- Ya he contestado.
La vehemencia que ha expresado María
Dolores de Cospedal lleva a Bárcenas a la conclusión de que algo está
cambiando. Ese fin de semana, del sábado 4 y domingo 5 de julio de 2009, se
lleva nueve cajas de documentos que mantenía guardadas en las oficinas de Génova.
El lunes 6 de julio, Rajoy y Bárcenas precisan en una conversación los pasos a seguir.
- Como hablamos en Semana Santa, he pedido
declarar voluntariamente en el Supremo sin pérdida de tiempo.
- Tienen que llamarte a declarar
cuanto antes para terminar con esta indefensión. Ahora, también creo que debemos
contemplar alguna medida. Podría ser que dejes transitoriamente el puesto,
Luis, sin necesidad de una sustitución…
- Si siguen adelante contra mí,
Mariano, después de escuchar mi versión y estudiar los documentos que voy a
presentar, quiero que te quede claro… Tú me has hecho tesorero y me has llevado
al consejo ejecutivo. Si pierdes la confianza en mí, me quitas y ya está. Por
eso te digo que en el caso de que el Supremo siga adelante renuncio
transitoriamente a mi cargo de tesorero para concentrarme en mi defensa. Y si
interesa decirlo, lo digo en público. No necesito que nadie me presione, que
nadie me envíe mensajes.
Rajoy respira. Bárcenas comenta en
los días siguientes, en ciertos círculos del partido, que le están sometiendo a
un trato discriminatorio. El presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco
Camps, está imputado y, sin embargo, goza de respaldo; y él, que posee información
sensible con capacidad para someter al PP a una sesión insoportable de rayos X,
está siendo blanco de insidias y cuchicheos cada vez más odiosos. No han pasado
cuatro días. El 10 de julio, la Fiscalía del Tribunal Supremo solicita al juez instructor,
Francisco Monterde, que pida al Senado la autorización, es decir, votar el suplicatorio,
para tomar declaración al tesorero. Con todo, no se opone a la petición de
declaración voluntaria que propone Bárcenas. En paralelo, el mismo día,
Bárcenas filtra la información de que está dispuesto a abandonar
transitoriamente el cargo de tesorero cuando el Tribunal Supremo solicite su
suplicatorio al Senado. Confía, pues, en que el tribunal le cite a declarar
antes de cursar la petición de suplicatorio al Senado. Luis Bárcenas toma
contacto con el periodista Elías Ramos, dedicado a la comunicación empresarial.
La idea es gestionar una entrevista con el diario ABC para que aparezca el lunes 13 de
julio. Bárcenas busca poner un dique frente a las presiones judiciales y las
que están ejerciendo dirigentes de su propio partido, entre ellos María Dolores
de Cospedal o Cospe, como se refiere el tesorero a ella.
El lunes 13, Bárcenas abre el diario:
«Pongo la mano sobre la Biblia por
la financiación del PP. Ha sido de libro». En un sumario, el tesorero añade:
«En Semana Santa le dije a Rajoy que de ser imputado dejaría la tesorería
transitoriamente». También lanza varios mensajes en portada para Cospe. «No es el momento mediático ni
procesal para quitarme de en medio». Niega que Cospedal le pidiera la dimisión.
Y este otro: «De este tema yo solo hablo con Rajoy». Bárcenas elogia al presidente
del partido. «De Mariano Rajoy no tengo absolutamente ninguna queja. Siempre ha
estado a mi lado y me ha demostrado una sensibilidad y una gran calidad humana.
Eso me ha dado fuerzas para mantenerme en el día a día. Si yo hubiese visto que
el presidente de mi partido flaquea y me dice, “oye, Luis, creo que es mejor
que te apartes”, lo habría hecho porque en cinco meses y con la presión que he sufrido,
creo que hay poca gente que lo aguante». Presenta Bárcenas su eventual renuncia
temporal al puesto de tesorero como iniciativa suya. «Yo se lo dije a Rajoy en Semana
Santa y volvimos a hablar del tema en una reunión que mantuvimos el lunes
pasado…Le dije que era un asunto que lamentaba profundamente, pero que después
de cinco meses sufriendo la presión que llevo encima –y si lo hago es porque
estoy convencido de mi inocencia- ahora no era el momento mediático ni procesal
oportuno de quitarme de en medio. Estaría dando la sensación de que tengo algo que
ocultar». Los periodistas Alex Martínez y José Antonio Navas le preguntan por
su enriquecimiento personal. Bárcenas toma como referencia los tres millones de
euros de que informaba el diario El Mundo en cuatro años, durante sus relaciones con la trama Gürtel. «Mi patrimonio no ha crecido en ese tiempo
como puede detectar Hacienda. Mi situación está recogida en la declaración de bienes
del Senado, tanto en 2004 como en 2008, y en mis declaraciones de Patrimonio de
los ¡últimos veinte años!» La siguiente pregunta es, ¿y que se aprecia en esas declaraciones
de Patrimonio?: «Nada, una transición normal, porque mis ingresos no proceden
exclusivamente del partido; tengo otros de otra índole, bien por una actividad profesional
(aunque sea de menor cuantía) o por la gestión de mi propia cartera de valores,
a la que este año le voy a sacar una rentabilidad significativa. Esto,
complementado con otros ingresos que tengo, compone una situación económica que
permite incrementar mi patrimonio». Pero, ¿qué decía su declaración de bienes en
el Senado en 2008? Bajo el régimen de separación de bienes, poseía un piso en
el barrio madrileño de Salamanca valorado en 360.000 euros y un garaje, de unos
15.000 euros. Los saldos de sus depósitos de cuentas: 20.000 euros en
Cajamadrid, 40.600 euros en el Banco Popular, y un tercer depósito de 270.000
euros. Y poseía acciones: 16.399 en Abertis, 7.000 en BBVA, 7.000 en el Banco Santander,
38.061 en Telefónica y 10.000 en Zardoya. Valor de los títulos: 1,2 millones de
euros. También declaraba un plan de pensiones de 3.000 euros, una moto Honda Silver
Wing y una moto de agua Bombardier. Dejaba constancia de una entrega a cuenta
de 267.000 euros para la construcción de una vivienda en Baqueira Beret. En los
informes de la Agencia Tributaria se consignan otros datos: sus ingresos se elevaban
a 247.000 euros, cifra que incluía su salario en el PP, 225.000 euros, cantidad
a la que se añadían dietas como consejero de Gesmadrid (21.636 euros). Pero lo
más sugerente, según los datos de Hacienda, era el capítulo sobre sus
«actividades mercantiles»: 6.010 euros. Por rendimientos profesionales de
Autopistas del Atlántico. Los ingresos por capital mobiliario (acciones) llegaban
a 22.000 euros. Hay otro tema que destaca Bárcenas en la entrevista citada.
Cuando se le pregunta sobre la posible campaña de acoso y derribo del PP, como
arguye el partido, señala: «Desconozco quién está detrás del asunto, pero quien
a mí me sitúa en el punto de mira es un diario que saca un titular que dice que
Bárcenas presionó al consejero de Justicia de la Comunidad Alfredo Prada para
que le diera un contrato a Álvaro de la Cruz, tema que es falso pero que me
sitúa en portada. Y a partir de ahí ya se enlaza con el tema Correa y se
convierte en un lío permanente». Bárcenas se retrotrae a una historia de diciembre
de 2007, cuando él todavía era gerente del partido y pide un favor a Alfredo Prada,
un hecho que el periódico El Mundo revela el 28 de enero de 2009. El entonces gerente
agradecería mucho que se adjudicara a la empresa Serygur la seguridad de la
flamante Ciudad de la Justicia de Madrid por un contrato inicial de 700.000
euros. Al conocer su gestión, Ignacio González, vicepresidente de la Comunidad,
llama a Bárcenas. ¿Tiene algún interés particular en Serygur? No, dice el entonces
gerente. Solo quiero echar una mano a dos amigos. Son de la «familia». Se trata
del exconcejal de Madrid, Ignacio del Río, y del exdirector de Innovación
Tecnológica del PP, Álvaro de la Cruz, que fuera jefe de gabinete de Francisco
Álvarez-Cascos. Ambos llevan las riendas de la compañía. En efecto, consiguen
la adjudicación, aunque el contrato se reduce a 400.000 euros. No es la única
mano que Bárcenas quería echarles. También deseaba que se le diera a Serygur el
contrato de vigilancia de la sede de la Comunidad de Madrid en la Puerta del
Sol. Pero sus amigos pierden la batalla ante Segur Ibérica, una sociedad que según
la Comunidad ha presentado la oferta más competitiva, y en la que participan
fondos extranjeros de capital riesgo. La secretaria del consejo de
administración de Segur Ibérica es Marta Gil de Biedma, prima de Esperanza Aguirre.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, al conocer que
Bárcenas se jacta de las cajas de documentos con capacidad de hacer daño, habla
con Rajoy.
- Mariano esto no se puede dejar pasar. Ya está bien. Pienso decir algo…
- No interesa polemizar sobre este asunto, son rumores de la prensa, Esperanza. No les hagamos el juego. Eso es lo que buscan…
Pero la presidenta, en un acto en la madrileña localidad de Alcobendas, apunta ese mismo lunes, día 13 de julio de 2009: «Le pido de rodillas al señor Bárcenas que toda la información que tenga sobre mí la haga pública cuanto antes y además, con mucha claridad y con mucha precisión».
- Mariano esto no se puede dejar pasar. Ya está bien. Pienso decir algo…
- No interesa polemizar sobre este asunto, son rumores de la prensa, Esperanza. No les hagamos el juego. Eso es lo que buscan…
Pero la presidenta, en un acto en la madrileña localidad de Alcobendas, apunta ese mismo lunes, día 13 de julio de 2009: «Le pido de rodillas al señor Bárcenas que toda la información que tenga sobre mí la haga pública cuanto antes y además, con mucha claridad y con mucha precisión».
El tesorero nacional del PP, como le
gusta que le llamen, no da crédito. Llama a la presidenta de la Comunidad de
Madrid, pero esta se encuentra en un acto con los Príncipes. Más tarde, le
devuelve la llamada.
- Hola Luis, dime, ¿qué tienes
contra mí?
- Pero qué cosas dices, Esperanza.
Tengo verdadera admiración por ti. No sé quién puede estar malmetiendo. No
creas lo que te dicen.
- Entonces es contra Ignacio
González, porque parece que te metes especialmente con él…
- Te aseguro que es todo un invento
de la prensa…
- En cualquier caso, Luis, te pido
de rodillas que saques lo que tengas contra mí. También González llama a
Bárcenas.
- Me ha llegado por varios conductos
que según dices podrías hacerme daño con informaciones que guardas… No sé a qué
se refieren… Te llamo para aclarar las cosas.
- Mira, Ignacio, ya se lo dije a
Esperanza. Aquí hay gente intentando armar jaleo. No he sido yo, en todo caso,
quien puede haber hablado de ti… No le prestes la menor atención.
Bárcenas alude a que, en realidad,
es otra la persona que puede haber hecho insinuaciones contra González. Es una referencia
oblicua al que fuera su jefe, Álvaro Lapuerta. El lunes 13, el magistrado del
Tribunal Supremo, Francisco Monterde, comienza a actuar en la causa. Abre
diligencias previas por los delitos fiscales y de cohecho y anticipa que no
citará a declarar a Bárcenas hasta comprobar el material que ha solicitado al Tribunal
Superior de Justicia de Madrid. Ya se comienza a hablar de la posibilidad de
citarle como «imputado provisional» sin antes pasar por el suplicatorio al
Senado. Bárcenas comenta con unos amigos en el hotel Santo Mauro, en la calle
Zurbano, un lugar en el que se le ve a menudo, que, según cree, no será llamado
a prestar declaración antes del verano. Al día siguiente, martes 14 de julio,
el consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, Antonio Beteta, señala en
Telemadrid que es un error que Bárcenas «intente enrocarse en un puesto de esta
naturaleza». Y reflexiona: «Si en algún momento, con razón o sin ella, ves tu
honorabilidad afectada, lo mejor que puedes hacer es dimitir y después, como ciudadano
particular, ir a los tribunales y defender tu honor, no desde un puesto». Mientras
la dirigente Ana Mato y el exministro Francisco Álvarez-Cascos respaldan contra
viento y marea a Bárcenas, el cacique Baltar, presidente de la Diputación de
Ourense, opina que ya debe dejar el cargo. Rajoy, por fin, aborda el tema que
le suscita en privado Esperanza Aguirre, el de un posible chantaje de su
tesorero, sobre el cual le había sugerido no polemizar. La marea ha ido creciendo
tanto en el partido que algo tiene que decir. ¿Le están sometiendo a
chantaje? En Málaga, aclara el 15 de julio: «Si algo he demostrado en política
es que no acepto chantajes y presiones. A mí el señor Bárcenas no me ha
chantajeado y yo he acreditado que no cedo a presiones».
LA CONEXIÓN TRÍAS-PEDREIRA-RAJOY
Por aquellos días, hacia primeros de
julio, el juez Pedreira invita a Jorge Trías a verle en su despacho, en la
calle General Castaños 1. Es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
junto a la plaza de las Salesas. Se dirige a la sala de lo Civil y Penal, en la
planta baja. Se van a ver las caras por primera vez. Trías advierte que
Pedreira comparte el despacho con otros dos magistrados de la sala de lo Civil
y Penal, Emilio Fernández Castro y José Ramón Suárez Robledano. El juez le recibe
con afecto.
- Mira, Jorge, este es un caso muy
difícil.
- Sí, ya lo creo. Y la estrategia
del Partido Popular lo hace todavía más complicado. Es que este personaje,
Federico Trillo, hay que ver, Antonio… Pero puedo transmitir al PP lo que
quieras…
- Yo voy a tratar en todo momento de
instruir el caso de manera imparcial. No voy a permitir medidas o decisiones
guiadas por animadversión política. Me gustaría que lo transmitas, si puedes…
- Sí, claro. La verdad es que tienes
una papeleta difícil. Si ya lo tenía complicado Baltasar Garzón… Y, además, una
parte de la causa está en Valencia. Vamos, un lío.
- En efecto, Jorge.
- Bien, si te parece, yo puedo
hacerle llegar el mensaje al PP.
- Sí, eso estaría muy bien.
- Es más, podemos hablarlo con más tranquilidad,
pero incluso intentaría hablar con Mariano Rajoy…
- Díselo, si puedes. No va a haber interferencias
políticas. Ahora, me gustaría que el partido lo tenga en cuenta porque estar recibiendo
ataques todo el tiempo, eso es tremendo.
- Claro, Antonio. Te digo que me
tienes a tu entera disposición. Para esto y para lo que quieras. Veo que tienes
muchas dificultades y, si necesitas consultarme algo, vengo cuando lo necesites.
Haré esta gestión y te diré el resultado…Trías ya sabe ahora que está
ante un tema en el que su intervención personal puede tener recorrido. Le
interesa la cúpula del PP. Llama a Ana Mato y le deja un mensaje. Pero no obtiene
señales de vida. Se lo cuenta a Pedreira. De momento no hay contacto. Le dice
que lo va a intentar con Mariano Rajoy directamente. Averigua quién es la
secretaria de Rajoy. Y marca el teléfono de la sede de Génova 13.
- Soy Jorge Trías Sagnier. Quería
hablar con el señor Rajoy sobre un asunto relacionado con el juez Pedreira.
Puede usted decirle que he estado con él y que tengo un mensaje para darle…La
secretaria promete decírselo enseguida y toma nota del número de su teléfono
móvil. Mientras recorre el camino a pie desde su oficina, en la calle Almagro,
hasta el hotel Ritz, cuando todavía no ha llegado a la plaza de Cibeles, suena
su móvil. Es la secretaria de Rajoy:
- Dice el señor Rajoy si podría
usted venir a su despacho.
- Sí, claro, cuándo…
- Me ha dicho que cuando usted
pueda…Él estará aquí…
- Sí, estoy muy cerca. Dígale que
estaré allí lo que tarde en llegar. Quince minutos después, entra Trías en el despacho
del presidente del PP. Le conoce. Aunque no han sido del mismo bando. Trías llega
al PP por Aznar y ha formado parte del grupo de Alejo Vidal Quadras, el hombre
de Aznar en Cataluña. Rajoy tiene interés en el juez Pedreira. Porque, aunque
se lo calla, tiene con él un parentesco familiar. Lejano. Pero parentesco al
fin. El padre del juez se llamaba Antonio Pedreira Ríos, como atestigua una calle
a su nombre en A Coruña, en el barrio del Ventorrillo. Ríos, pues, es el
vínculo entre ambas familias. Pero el político y el juez nunca se han tratado.
- ¿Qué quiere este hombre? –pregunta
Rajoy.
- Pues mira, Mariano, este hombre me
dice, y yo le creo, que es un juez independiente. Lo que desea es que le dejen investigar
en paz. Que no se lo pongan difícil, vamos, con presiones y operaciones de
acoso.
- Me parece bien. Hay una campaña
contra el partido, Jorge. En realidad, van a por mí. Por eso ponen tanto empeño
en centrar los ataques en Luis Bárcenas. Pero no lo van a conseguir. Quieren
presentar esto como una nueva Filesa. Pero no es así, no hay financiación
ilegal, te lo aseguro.
- Por eso, hay que tener una
estrategia de defensa más hábil… No bombardear a los jueces… Porque están los
informes policiales, lo que sale en los periódicos…
- Mira, Jorge… -señala a una torre
de periódicos que se formaba a un costado de su escritorio-. Si yo hiciera caso
y creyera que todo lo que se publica es cierto, no estaría sentado aquí.
- Pero, y esto lo tengo escrito,
tienes una gran oportunidad para hacer una limpia…
- Cuando el viento sopla mal, Jorge,
lo único que se puede hacer es esperar a que pase. Como ocurre con los juncos,
cuando hay un ciclón o una tempestad. Son capaces de doblarse. Y resisten.
- Bueno, no sé, te he transmitido el
mensaje de Pedreira. ¿Lo dejo aquí? ¿O puede tener interés que me mantenga en
este asunto con el juez Pedreira? Si tú quieres, si tengo tu mandato, lo sigo…
- Pues claro, sigue el tema y me vas
informando.
Rajoy ha convertido en teoría
política, pues, aquella canción que interpretaba el Dúo Dinámico, Resistiré: «Aunque los vientos soplen fuerte,
soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie», dice la letra que
Pedro Almodóvar le hace cantar a
Antonio Banderas y Victoria Abril al final de la película ¡Átame!, de 1990.
Trías le apunta a Rajoy que los
hijos de ambos coinciden en el Colegio Británico de Madrid. Y como él
representa a los padres en la gestión del transporte escolar, está al corriente
de lo que se comenta sobre las andanzas de sus hijos respectivos en el autobús.
Bromean. Y se despiden.
A Trías le falta tiempo para
contárselo al juez. Le visita en su despacho. No es lo ideal para hablar en un
ambiente saturado de gente. El juez Pedreira, 64 años, pelo blanco, va ataviado
con su uniforme habitual. Chaqueta azul con dos botones dorados, casi siempre abrochados,
y pantalón gris oscuro, camisa a rayas y corbata azul, desanudada de costumbre,
con trabilla dorada, y zapatos color negro. Este atuendo destaca la mirada clara
de sus ojos azules. Camina con las manos en los bolsillos, una forma de
disimular los temblores, pero le gusta dar un paseo. Salen del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid. Trías hace de lazarillo del juez. Caminan por
la calle General Castaños hacia la plaza de la Villa de París, pasan al costado
de la sede del Tribunal Supremo y se dirigen hacia Génova, para girar hacia la
izquierda y dar la vuelta a la manzana por Argensola, en diagonal a la sede del
PP, bajar en dirección a Fernando VI, torcer a la izquierda ya rumbo a la plaza
de las Salesas y subir por el pequeño parque al Tribunal Superior de Justicia
de Madrid. Durante el trayecto, Trías le dice:
- Lo hemos conseguido, Antonio. He podido
hablar con Mariano…
- Hombre, qué bueno. ¿Qué te ha dicho?
- Mira, le he expuesto lo que
hablamos. Que te dejen investigar tranquilo. Que no tienes intención de hacer
daño al PP. Me ha dicho que está de acuerdo. Le he explicado que la estrategia
de Trillo lleva al desastre. Y me ha facultado para que te venga a ver cuántas
veces sea necesario y te preste la ayuda que necesites, que me digas lo que
quieres transmitir. Claro, si tú quieres…
- Me parece estupendo, Jorge. Y no
dudes en venir a verme cuando quieras…
IMPUTADO «PROVISIONAL»
La idea de Bárcenas de que no sería llamado
a declarar hasta después del verano se revela equivocada el viernes 17 de
julio, cuando el Tribunal Supremo le convoca a comparecer en calidad de
«imputado provisional», una figura ad hoc, creada al efecto, que busca determinar si se justifica
solicitar el suplicatorio al Senado. Es un gesto de deferencia hacia el acusado
porque, estrictamente, para imputarle o inculparle es preceptivo la solicitud
de la autorización a las cámaras, en este caso, el Senado. Será, pues, el miércoles
22 de julio. El PP canta victoria. Por fin, argumenta, Bárcenas «podrá utilizar
el derecho a defenderse» después de tantos meses de acusaciones. El tesorero
acude a la sede del PP el lunes 21. El martes, en cambio, se encierra con sus letrados,
Miguel Bajo y Alfonso Trallero, en el despacho de estos, en la calle
Hermosilla. No deja, al menos formalmente, ningún cabo suelto. Quiere asegurar
al juez y al fiscal que las siglas de L.B., L. o Luis el Cabrón, que figuran en
las múltiples anotaciones de la trama Gürtel, no se refieren a él. El miércoles llega a la sede del
Tribunal Supremo acompañado por sus dos abogados sobre las nueve de la mañana,
cuando está citado una hora más tarde, a las diez. Tiene que esperar, por
tanto, un largo rato. Lo hace en el salón de Pasos Perdidos. Se le ve
claramente nervioso.
- Tranquilo, Luis, tranquilo -le
aquieta uno de sus abogados.
El magistrado Monterde tiene ante sí
el informe de la Fiscalía Anticorrupción que los fiscales del Tribunal Supremo
han elevado. Tiene fecha 9 de junio de 2009.
He aquí un resumen:
Las actuaciones inspectoras se
refieren a una operación de efectivo de Luis Bárcenas por importe de 325.000
euros de fecha 20 de enero de 2003. De acuerdo con lo expuesto por el
representante de Luis Bárcenas ante la Inspección, la operación habría
consistido en un crédito concedido a este el 9 de diciembre de 2002 por 325.000
euros y del que habría dispuesto por 325.000 euros el 10 de diciembre. El 20 de
enero de 2003 se habría cancelado el crédito con el ingreso de 325.000 euros,
más 5.000 en concepto de gastos. La finalidad de dicho crédito habría sido, de acuerdo
con lo manifestado por el representante del señor Bárcenas, la compra de una
obra de arte que finalmente habría resultado fallida. Sin embargo, la citada explicación
sobre la operación de efectivo resulta poco creíble para el actuario que intervino
en las actuaciones como pone de manifiesto la transcripción que consta de las mismas.
Esta operativa podría servir para encubrir ingresos en efectivo, máxime teniendo
en cuenta las entregas de los años 2002 y 2003 que constan en el pen drive y en los documentos.
Otro de los puntos señala:
El segundo extremo que resulta
relevante en la cuestión planteada (correlación entre unas iniciales y una
concreta persona) es el documento intervenido en un registro donde figuran
datos manuscritos que reflejan la distribución de la participación de la
sociedad Proyecto Twain Jones entre distintas mercantiles. Entre ellas se
incluye la entidad Rustfield, en relación con ella, se señala mediante dos
líneas la participación de PC [Paco Correa] y otra de, literalmente, «LBarcenas».
El importe total de la participación de Rustfield sería, de acuerdo con el
manuscrito, de 50 millones de pesetas (300.000 euros). Con independencia de que
proceda investigar más exhaustivamente la concreta operación a que se refiere
el documento, este es esclarecedor respecto de la identificación de Luis
Bárcenas que aparece,
esta vez, con la inicial de su
nombre y apellido completo. Ello por cuanto confirma la relación entre Correa y
Bárcenas ajena a la relacionada con la contratación de eventos para el PP y pone
de manifiesto la vinculación del señor Bárcenas con entidades domiciliadas en paraísos
fiscales.
Y, en tercer lugar, dice que:
La relación entre Bárcenas y Correa
se confirma por otro documento intervenido en el registro de la sede de Serrano
40. Se trata de un viaje de Bárcenas a Sudáfrica del que se desconoce la fecha,
si bien el documento aporta suficientes datos para su comprobación. Este viaje,
a diferencia de otros localizados igualmente en la documentación hasta ahora examinada,
no consta haberse pagado y parece haber sido facilitado a través de Pasadena Viajes,
empresa del grupo de Correa.
La conclusión es:
- Diferentes imputados afirman que Correa
manifestó haber entregado una elevada cantidad de dinero a Bárcenas, imputados respecto
a los que no se aprecian móviles espurios ni autoexculpatorios.
- Correa reconoció haber llegado a
decir que había dado dinero a Bárcenas, dando una explicación poco verosímil al
respecto.
- En los documentos de reparto
aparecen las siglas L y LB junto con otras que han sido relacionadas con
personas vinculadas a Bárcenas.
Durante la declaración, el juez
Monterde señala que los informes policiales sostienen que él es L.B. o L. En
algunas anotaciones, dice Bárcenas, aparece la letra B emborronada. En realidad
no es L.B., sino que podría ser L.D. Y extiende la fotocopia de un diario
digital en la que se habla de la inversión de un fondo inmobiliario, el Real
State Equity Portfolio, en el que la red Gürtel consiguió inversiones de varios empresarios, entre
ellos, se afirma, de Luis Delso, presidente de la constructora Isolux-Corsán.
Con todo, en su exposición motivada,
el juez Pedreira ya había mencionado al citado fondo inmobiliario. Una de las
inversiones de Real State Equity Portfolio es el Proyecto Twain Jones, que la
red de Francisco Correa, sobre terrenos situados en Majadahonda, Madrid, donde
tejen la mayoría de sus negocios, convierte en 16 casas de alto standing, cuyo valor individual es de un
millón de euros, en 2004. El proyecto lo dirige Jacobo Gordon, exsocio de
Alejandro Agag, yerno de José María Aznar. Como Correa, Gordon es en 2004
testigo de boda de Ana Aznar y Agag.
¿Qué tiene que ver Bárcenas con esta
operación? En un registro de las oficinas del imputado de la trama Gürtel, José Ramón Blanco Balín, amigo
personal de Aznar, exvicepresidente de Repsol durante la presidencia de Alberto
Cortina, se descubre un archivador sugerente sobre una empresa llamada
Rustfield. Hay en él movimientos en una cuenta de la compañía en el banco Barclays,
en Reino Unido. Desde allí se transferían fondos a España, a una cuenta en el Banco
Pastor de la empresa Inversiones Kintamani. Los ingresos a Kintamani llegaban a
través de paraísos fiscales como Madeira o Mónaco. Según el juez Pedreira, para
encubrir estas transferencias «se utilizaban trusts (grupos de empresas) situados en países blancos». Y todavía había otra pantalla: un
tercer trust, Morning Star Holding, Isla Nieves,
paraíso fiscal en el Mar Caribe, gestionaba Pacsa, titular a su vez de las
acciones de Rustfield. Pedreira otorga especial atención a la actividad de
Blanco Balín, un personaje que le quita el sueño.
En el archivador, según el cuadro
que el juez Pedreira acompaña, hay una hoja manuscrita, aparentemente elaborada
por el abogado que trabaja con Correa, Luis de Miguel, donde figura un presunto
pago a «LBarcenas» de 50 millones de pesetas, (300.000 euros). El texto se
refiere al «Proyecto Twain Jones». La cifra total que figura en la columna B,
125 millones (750.000 euros), coincide con la opción de compra que se pagó por
el terreno en Majadahonda en enero de 2004. Seis meses después, ese terreno se
vendió por 4,2 millones de euros.
Bárcenas insiste ante el juez
Monterde que cuando aparece «LBarcenas» se refiere a pagos de viajes suyos,
pero nada ha dicho sobre este apunte, del que surge que es inversionista a través
de Rustfield, la empresa de Correa. El tesorero del PP ofrece otra interpretación
sobre quién puede ser L.B. Aporta información, que ya figura en los escritos de
la Fiscalía Anticorrupción, de que podría tratarse de otras personas que
«trabajan en la organización» o que «intervinieron en la adjudicación» de la
variante de una autovía en la localidad leonesa de Olleros de Alba a la empresa
Teconsa (Tecnología de la Construcción Sociedad Anónima), por valor de 2,8
millones de euros en 2002. El propietario de dicha empresa es José Martínez
Núñez, y es consejero de ella José Ramón Blanco Balín. Menciona Bárcenas, pues,
al «otro L.B.» o Lucas Bagchus, ejecutivo de la sociedad Vistra Funds, de
Ginebra, Suiza, y que responde a las mismas siglas. Sin embargo, según la
Fiscalía, Bagchus mantiene relaciones con Correa solo desde finales de 2005,
una fecha posterior a las anotaciones L y L.B.
El juez Monterde pregunta por la
letra «L», presunto destinatario de sobornos en la adjudicación de la autovía
de Olleros de Alba. La Policía, según los informes, apunta a Bárcenas. Este, en
cambio, ya lleva una coartada. Como en los documentos recogidos por la Policía
aparecen las siglas L, G, J, TO, el tesorero del PP explica que para conocer
quién puede estar detrás de esta operación y algunas más quizá haya que buscar
entre las personas responsables de la adjudicación. Bárcenas desvía, pues, la
atención hacia José Manuel Fernández Santiago, exconsejero de Fomento de la
Junta de Castilla y León y presidente de las Cortes de Castilla y León.
¿Qué tiene que ver? Le llaman Toti, y explicaría las iniciales TO. Uno
de los informes policiales lo señalan como destinatario de sobornos de Correa,
cosa que niega. Admite Bárcenas conocer a Francisco Correa, que ha empezado a
trabajar en el PP en 1992, época del secretario general ÁlvarezCascos, hasta
2004, pero niega una a una las veintisiete entregas de dinero que la Fiscalía describe
en su informe y que el juez Pedreira ha incluido en su exposición motivada al
elevar la causa al Supremo. El juez Monterde pregunta minuciosamente por ellas.
No es verdad. No conozco a los que supuestamente afirman que me han dado el dinero,
sostiene el tesorero del PP. El juez pregunta por la increíble historieta de la
compra de dos cuadros en 2002. Bárcenas solicita un préstamo al Banco Popular
por 325.000 euros. El dinero es, arguye, para traspasarlo a un viejo amigo cuyo
nombre es el símbolo de la financiación ilegal del PP en 1990: Rosendo Naseiro.
Con él trabajaba Bárcenas ya en aquella época en la tesorería del PP. Dedicado
ahora, según Bárcenas, a la compraventa de obras de arte, Naseiro necesita cash para comprar dos cuadros, dos
bodegones. El caso es que un mes después de recibir el dinero, el tesorero del
PP lo vuelve a ingresar en el banco en billetes. Naseiro los ha obtenido por
otro lado, explica, y le extiende 5.000 euros para asumir los gastos del
crédito. El ingreso de 330.000 euros en billetes de 500 es, según se reafirma
Bárcenas, la devolución de un crédito que había solicitado un mes antes para
comprar los cuadros. No es el único hecho que ilustra su afición por operar con
billetes de 500 euros. Cuatro años más tarde, en 2006, su esposa, Rosalía
Iglesias, acude a la sucursal de Caja de Madrid donde tiene cuenta e ingresa
500.000 euros en billetes de 500. Según Bárcenas, el dinero procedía de dos
cuadros que acababan de vender nueve años después de adquirirlos en 1987.Y
sobre su patrimonio explica que ha hecho inversiones en Bolsa muy rentables que
le han permitido obtener un importante incremento patrimonial desde 2002. Es el
caso de la empresa Endesa, ejemplifica, cuyas acciones compró a 8 euros y vendió
más tarde a 40. Sobre ninguno de los asuntos
sobre los que se acumulan las sospechas ofrece Bárcenas más que vagas
respuestas.
EL COMIENZO DE UNA HERMOSA AMISTAD
Al salir del Tribunal Supremo,
Bárcenas no reprime su euforia. Antes de subir al coche que le espera en la
calle Marqués de la Ensenada, exclama: «Simplemente, estoy muy contento por
haber podido declarar y aportar las pruebas que demuestran mi inocencia». El coche
no debe llevarle lejos. Su próxima parada, antes del almuerzo, es la sede del
PP en la calle Génova. Allí puede intercambiar su entusiasmo con Federico
Trillo, quien se encarga de informar a Mariano Rajoy. También le acoge Ana
Mato. El empresario Luis Delso, al conocer las «sugerencias» de Bárcenas ante
el Tribunal Supremo, emite un comunicado en el que desmiente la versión.
Federico Trillo hace sus consultas
en la sala segunda del Tribunal Supremo para sondear las posibilidades del
suplicatorio. El fin de semana del 25 y 26 de julio ya no le quedan dudas.
Todas sus fuentes coinciden. El magistrado instructor, Monterde, está elaborando
su exposición en la que solicitará el suplicatorio. Y la sala, que preside Juan
Saavedra y forman los magistrados Andrés Martínez Arrieta y Julián Sánchez
Melgar, cursará la petición del suplicatorio sin pérdida de tiempo, como mera
cuestión de trámite. Se lo anticipa Trillo a Mariano Rajoy. Ese fin de semana,
Jorge Trías vuelve a comentar el caso Gürtel, en la prensa y en su blog. «Bárcenas, una defensa bien
planteada», se titula su columna. Trías considera que el caso del tesorero del
PP es el «más apasionante», elogia la estrategia jurídica de su abogado, el penalista Miguel Bajo, y
ve «difícil que pueda prosperar la causa penal», aunque advierte que «la
desastrosa estrategia política del PP en el caso, como si le fuese ajeno -“a Mariano
todo esto le es ajeno”, me comentó la otra noche un diputado próximo a él-,
puede complicar el asunto». Trías, pues, le propina una coz a Federico Trillo. Con
todo, el lunes 27 de julio, Bárcenas ya tiene indicios de que el suplicatorio
está marchando. Ese día, de acuerdo con sus abogados, decide presentar una
denuncia en un juzgado de guardia de Madrid. El tesorero del PP dice que dos
personas que se identificaron como policías han tratado, el 29 de junio de 2009,
de entrar en su domicilio para entregar «una citación que en realidad no
existía». Según denuncia, se han practicado «amenazas y coacciones». Ha pasado
ya un mes desde los hechos que ahora pone en conocimiento de la justicia. El
tesorero mantiene su denuncia en secreto.
Bárcenas acude al día siguiente,
martes 28, a la reunión del comité ejecutivo del PP. Vestido con traje azul y
una de sus sempiternas camisas a rayas azules y blancas, toma asiento a la
cabeza de una de las filas laterales, a tiro de la mesa presidencial. La
versión sobre la conspiración que aparentemente sufre el PP, la explica Rajoy
en esa reunión. «A pesar de la campaña brutal contra el PP, en la que colaboran
algunos funcionarios, estamos en posición de ganar las elecciones y crece en
expectativa popular», dice en alusión a las encuestas electorales favorables al
PP. Pero todavía tiene algo que resolver antes de salir de vacaciones hacia Galicia.
Después del cónclave, Rajoy y Bárcenas se sientan a solas para poner en marcha
la operación diseñada con anterioridad. El suplicatorio, había dicho Bárcenas, desencadenaría
su renuncia temporal. Pues está al caer, le recuerda Rajoy. Hay que
anticiparse. Se elaboran dos comunicados bajo la puntillosa supervisión del
tesorero. Bárcenas explica: «Una vez que se ha producido la circunstancia de
haber podido prestar declaración voluntaria ante la sala segunda del Tribunal
Supremo y aportar las pruebas que, a mi juicio, demuestran suficientemente mi
inocencia en los hechos que presuntamente se me imputan, he tomado por lealtad
al Partido Popular y a su presidente Mariano Rajoy, y de común acuerdo con él,
la decisión de renunciar a la responsabilidad de tesorero nacional del Partido
Popular, hasta que, definitivamente, quede acreditada mi inocencia ante los
tribunales de justicia».
El carácter transitorio de su
dimisión quedará mejor explicado, según acuerdan Rajoy y Bárcenas, pacto del
que es informada María Dolores de Cospedal, en el siguiente comunicado del PP:
1. El Partido Popular confía en la inocencia
de Luis Bárcenas y en que así se demostrará en los tribunales de justicia.
2. El Partido Popular quiere
manifestar su reconocimiento a los más de 28 años de servicios de Luis Bárcenas
a nuestro partido, que han sido ejemplo de profesionalidad y buen hacer.
3. El Partido Popular expresa su
respeto hacia la decisión de Luis Bárcenas, tesorero del PP, de presentar su
renuncia a su actual responsabilidad. La decisión de nuestro tesorero está
inspirada, una vez más, en su lealtad hacia nuestra organización.
4. El PP considera que la renuncia
es transitoria hasta que quede acreditada su inocencia ante las instancias
judiciales. No se procederá a la sustitución de Luis Bárcenas como tesorero
nacional del Partido Popular. Es una dimisión transitoria y su puesto permanecerá
sin cubrir. Las condiciones pactadas son las siguientes:
Bárcenas sigue como militante, mantiene su despacho en la planta sexta de la
calle Génova, secretaria y coche, y continúa con su escaño de senador por
Cantabria. El PP ha pagado, y seguirá pagando como desde el primer día, los honorarios
que factura el bufete Bajo amp; Trallero Abogados, que suele cobrar algo más de
300 euros la hora, con una provisión de fondos o anticipo de gastos de 35.000
euros. Se da la circunstancia de que Montserrat Gil, esposa de Alfonso
Trallero, trabaja en el bufete de José María Michavila, exministro de Justicia
del Gobierno de José María Aznar. El pacto entre Rajoy y Bárcenas es exclusivo.
Ninguno de los imputados en el caso Gürtel, hasta el momento, ha logrado esas condiciones. Todos
se sufragan su propia defensa. Y Bárcenas, con un patrimonio importante, no. El
gerente, Cristóbal Páez, seguirá a cargo de las finanzas del partido. Eso sí,
se quita de la entrada de su despacho el letrero «Tesorero Nacional». Y, además
de exclusivo, el acuerdo es secreto.
Un día más tarde, el 29 de julio, la
sala segunda del Tribunal Supremo dicta el auto por el cual se cursa la
solicitud de suplicatorio al Senado y al Congreso para Luis Bárcenas y Jesús
Merino, respectivamente. El PP decide entonces lanzar una ofensiva para
desacreditar la investigación en la primera semana de agosto de 2009. La
secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, declara a través de un
vídeo, el día 4 de ese mes, que las autoridades judiciales y policiales han
ordenado intervenir los teléfonos de dirigentes del PP. Pide al Gobierno que
persiga a ETA antes que al PP y se lamenta de que España viva ahora en un
«Estado policial» como no se vivía desde antes de la Constitución, que lleva al
Gobierno a «utilizar las instituciones, a la Fiscalía General, a la Policía
Judicial, a los servicios del Ministerio del Interior y al Centro Nacional de Inteligencia»
para sus fines políticos. Dos días más tarde, el 6 de agosto, insiste en medio
del revuelo causado por su primera
incursión en que se están produciendo «escuchas telefónicas ilegales» a
personas que «no tienen nada que ver con los sumarios» y a destacados dirigentes
nacionales. La secretaria general del partido se reafirma. «Perseguir a la
oposición resulta propio de un sistema antidemocrático». Pruebas, ninguna.
En este contexto que describe la secretaria
general del PP, Luis Bárcenas y sus abogados le siguen dando vuelta a qué
partido se puede sacar de la historia de los policías que han acudido a su
domicilio el 29 de junio de 2009. El 24 de agosto, en plenas vacaciones, registra
en la Mesa del Senado una solicitud de amparo. Afirma haber sufrido un «intento
de allanamiento de morada» por parte de dos personas que se han identificado
como miembros del Cuerpo Nacional de Policía. Y acompaña la denuncia ante el
juzgado de guardia, ya presentada el 27 de julio. Según Bárcenas, este
incidente supone una «inadmisible forma de intimidación a un miembro de las
Cortes Generales» y una «quiebra del orden constitucional y de las normas de
conducta democráticas». El escrito subraya: «El hecho, objetivamente es gravísimo.
Que funcionarios del Ministerio del Interior, los envíe quien los envíe,
intenten irrumpir ilegalmente en el domicilio de un parlamentario sin orden
judicial». El extesorero sostiene que este «precedente» no puede quedar «sin la
adecuada respuesta por parte de las instituciones del Reino de España». Caso
contrario «equivaldría a reconocer por el Senado la pérdida de fortaleza del
Estado de derecho».
Bárcenas explica, además, su teoría conspirativa
sobre la razón de ser de este presunto atentado contra él. «Sin duda» se trata de
una «respuesta o represalia» por aquella conversación en el restaurante
Riantxo, el 17 de junio, con el comisario jefe de la Policía Judicial, Juan
Antonio González, en la cual Bárcenas denuncia ser víctima de una persecución
judicial y mediática. Tampoco da Bárcenas publicidad a este nuevo escrito registrado
en el Senado. Bárcenas comienza a utilizar sociedades pantalla que ya tenía en cartera
para disfrazar la propiedad de sus activos. Ahora su buque insignia es Tesedul S.A., una
sociedad creada en Uruguay, en 2008. El 3 de julio de 2009, Bárcenas nombra
presidente de Tesedul a Edgardo Patricio Bel, cargo en el que le cesa en
septiembre del 2009. Este hombre, de nacionalidad argentina y española, es un ejecutivo
de La Moraleja, la finca de cultivo de 30.000 hectáreas situada en Salta
(Argentina), propiedad del extesorero del PP, Ángel Sanchís. Bel es desde 1999
apoderado de Compañía Independiente de Energía S.A, cuyo presidente es Sanchís.
Bárcenas viaja a Ginebra, en
compañía de Iván Yáñez, el 26 de agosto de 2009. Lleva una carta en la que
instruye al Dresdner Bank sobre los pasos futuros. Liquida la fundación Sinequanon
y traspasa sus activos desde las
cuentas 8.401489 en el Dresdner y
204337 en el banco Lombard Odier a otras dos cuentas en las mismas entidades a
nombre de la sociedad Tesedul: Dresdner Bank Iban CH 39 0873 6084 0256 700 71 y
Lombard Odier, c/c 500507. Se transfiere el líquido en cuenta: 33.854,98 euros,
y el dinero del mercado de divisas: 517.412,17 euros. Y acciones de sociedades
por valor de 11.302.654,62 euros. Son en números redondos 11,8 millones de euros.El
día 8 de septiembre de 2009, Bárcenas pide al Senado que actúe en relación a su
denuncia sobre la conspiración políticojudicial.
La Mesa del Senado ha citado reunión
para el día siguiente. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid difunde una
nota de prensa. El juez instructor del caso Gürtel, Antonio Pedreira, aclara que fue él quien ordenó la actuación
policial, tras la solicitud del Ministerio Fiscal y «quien en todo momento estuvo
informado de su realización y resultados». El juez no menciona la citación dirigida
a la esposa de Bárcenas para no vulnerar el secreto de las actuaciones todavía vigente.
Pedreira ha convertido la teoría conspirativa de acoso que han urdido
Bárcenas y Trillo en un papel mojado.
Esta precisión levanta las iras de
Federico Trillo, que ya tiene a Pedreira en su punto de mira desde el primer
día. Se lo ha dejado saber en el Congreso al cruzarse en el camino con el diputado
Juan Barranco, exalcalde de Madrid.
Pedreira ha sido jefe de Servicios
Jurídicos del Ayuntamiento. «Sé que es amigo tuyo, Juan, pero no lo voy a
recusar», le dice, en alusión al hecho de que el juez había trabajado en la Alcaldía.
Ahora, tras la nota del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que destroza su
campaña de enredos, Trillo brama. «Estoy enormemente sorprendido por esta nota.
El juez Pedreira no tiene competencias para actuar contra el senador: ni para
ordenar un registro ni para hacerle una notificación, máxime cuando el único
competente es el Tribunal Supremo, que ya había asumido el asunto una semana
antes y había designado instructor», asegura. Y remacha: «Pedreira, más que
aclarar, ha multiplicado la confusión. Por tanto, exijo que explique con todo
detalle qué actuaciones ordenó a la policía, con qué competencias y por qué. Lo que está
en juego no es solo la dignidad de un senador, sino la del Estado de derecho». Esta
operación de victimismo lleva dos días más tarde, la mañana del día 10 de septiembre,
a la portavoz popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, a acusar al
Gobierno de utilizar las instituciones del Estado para acosar al PP. Esa tarde,
Rajoy, a preguntas de la cadena Cuatro de televisión sobre Bárcenas, aclara:
- No puedo reprochar nada a Luis Bárcenas,
mantengo una buena relación con él. Él ha dimitido como tesorero para no perjudicar
al partido. Y me ha dicho que quiere que el suplicatorio que tramita el Senado
salga adelante porque quiere defenderse de las acusaciones.
La mañana del 11 de septiembre de
2009, al filo del mediodía, el abogado Jorge Trías cruza el umbral del edificio
del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El juez Pedreira acaba de sufrir
uno de los ataques más directos del PP. Nada menos que de Federico Trillo, el
hombre que se precia ante Rajoy y sus compañeros de partido de mover los hilos
de la judicatura como si fuese un titiritero. Las recomendaciones de Trías a
Rajoy no parecen haber llegado a oídos de Trillo. Trías tranquiliza a Pedreira,
culpa a Trillo de la estrategia del PP, intercambian un par de comentarios y
quedan en volver a verse.Es el diario El País el que informa en su edición del 13 de septiembre para
qué se ha presentado la policía en el domicilio de Bárcenas. «La Policía buscó
a la esposa de Bárcenas para darle una citación como imputada», titula una
información en la que da cuenta de que la Agencia Tributaria ha descubierto la
cuenta corriente de Caja Madrid a nombre de Rosalía Iglesias con un saldo de un
millón de euros. Bárcenas reacciona ese mismo día y envía una carta al
periódico. «Ni yo mismo, ni mi esposa, hemos recibido ninguna comunicación, notificación,
citación o emplazamiento del magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
señor [Antonio] Pedreira, ni antes de la visita policial a nuestro domicilio,
ni después, ni hasta la fecha. Las únicas noticias de tales actuaciones han
sido la propia visita de la policía a nuestro domicilio, en ausencia de ambos,
así como las llamadas telefónicas recibidas el pasado 29 de junio, al teléfono
de mi esposa, desde números inicialmente desconocidos. Todas estas actuaciones
fueron practicadas cuando ya el Tribunal Supremo se había declarado competente.
Por ello fueron denunciadas ante el correspondiente juzgado por entender que se
trataba de actuaciones ilegales. El magistrado señor Pedreira no ha tenido
nunca, ni tiene competencia para ordenar ninguna actuación contra un senador, como
es mi caso, por ser aforado del Tribunal Supremo. La Policía no tiene
competencia para realizar ninguna actuación contra un senador en su domicilio».
Añade a su denuncia ya registrada el 24 de agosto en la cámara copia de las
informaciones del diario «ya que los hechos que describen abundan en la
vulneración de derechos y libertades individuales reconocidos en la
Constitución, y en el ataque directo al Senado como institución». En esta situación,
el extesorero pide, el 14 de septiembre, al Senado que tramite su suplicatorio
«con la máxima celeridad posible». Un intento de Bárcenas de conseguir el apoyo
del grupo parlamentario Popular en el Senado para censurar al juez Pedreira
fracasa.
Ese mismo día 14, Trías vuelve al despacho
de Pedreira a las cuatro de la tarde. Como el juez quiere estirar las piernas,
deciden tomar algo. Cruzan la plaza de las Salesas y se sientan en una mesa en
el bar Ambigú. El juez comenta que toda esta historia en torno a la citación
que envió al domicilio de Bárcenas carece de fundamento. Que, desde luego, no tiene
interés alguno en interferir en lo que se refiere al senador, ya que es el
Tribunal Supremo el que instruye el caso. Como ya es público por la filtración
periodística del día anterior, el juez le explica que se trata simplemente de
citar a la esposa de Bárcenas. Las dos fiscales del caso, dice, están urgiendo a
que tome esa declaración. Otro de los imputados en el caso Gürtel, Jesús Sepúlveda, que ha dimitido
como alcalde de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón y al que se ha
suspendido de militancia por haber cobrado 422.922 euros, y recibido como
regalos un todoterreno, un coche Jaguar y una pantalla de plasma, acusaciones
que ha negado, solicita estos días a Rajoy su reincorporación al partido. El
conocimiento de unas conversaciones aportadas por el
exconcejal José Luis Peñas, entre Francisco Correa y Luis Bárcenas, ¿no disuade
a Rajoy?
Esto es lo que se les escucha:
- Por cierto, dile a tu amigo
Sepúlveda que me debe el Range Rover, que eran 14 millones, me iba a pagar una
obrita o algo, y no ha pagado los 14 millones, así como todos los viajes de los
últimos dos años…
Bárcenas, queda patente en la
grabación, se ríe. Él tiene sus negocios con Sepúlveda. Como la empresa
Netcheck o Astrolago Inversiones. No. Ni eso disuade a Rajoy, que, como ha
explicado a Trías, si tuviera que creer que todo lo que se publica es cierto no
sería presidente del PP. Rajoy pacta con Sepúlveda que seguirá en nómina como
«asesor», una actividad que podrá ejercer desde su domicilio particular.
Trías, por su parte, escribe en la
tercera página del ABC. Es el 21 de septiembre. Pero esta
vez no sobre el caso Gürtel, sino acerca de Baltasar Garzón, al
que el Tribunal Supremo imputa un presunto delito de prevaricación por su
investigación sobre las personas desaparecidas durante el franquismo. A pesar de
su viejo enfrentamiento en el caso de Javier Gómez de Liaño, señala Trías que
«sin la actuación del juez Garzón, España seguiría siendo un país arrodillado
ante el terrorismo» y «al margen de cuál sea nuestra opinión sobre su instrucción
de determinados asuntos judiciales creo que es difícil deberle tanto a un solo hombre.
Nobleza obliga». Es una manera de hacer las paces con el juez cuya más reciente
actuación judicial es la de impulsar las investigaciones de la Fiscalía
Anticorrupción, en el mes de febrero pasado, con la instrucción del caso Gürtel. El juez Garzón toma nota del artículo.
El Senado resuelve la noche del 22 de septiembre de 2009, por fin, autorizar al
Tribunal Supremo para imputar formalmente a Bárcenas, es decir, quitarle el
carácter «provisional», por 239 votos a favor y 5 en contra. La secretaria
general del PP, la senadora María Dolores de Cospedal, resume lo que ha
ocurrido. «Hoy hemos votado a favor de la concesión de un suplicatorio, como habíamos
anunciado, para que el procedimiento judicial sea lo más rápido posible. Vamos
a confiar en la justicia».
Unos días más tarde, el juez
Pedreira levanta parcialmente el secreto del sumario. El día 28 firma el auto
por el cual imputa a 71 personas, entre las que se encuentra Rosalía Iglesias,
esposa de Bárcenas.
No ha pasado todavía un mes desde
que Trías visitara al juez Pedreira por segunda vez. Su amigo Luis Fraga, al
que se lo ha contado, le dice:
- Jorge, hay que ayudar a Luis
Bárcenas. A ver si puedes hacer algo…
- La verdad es que a primera vista
parece que lo tiene jodido, Luis. Las fiscales han pedido la declaración de su
mujer.
- Si ya lo sé, pero ni ella ni él
tienen nada
que ver con esta trama.
- Indicios contra él, haberlos
haylos, Luis. Pero tiene un excelente abogado. Ya sabes que lo tengo escrito.
Miguel Bajo es uno de los mejores. Está en buenas manos.
- Mira, lo mejor es que le conozcas
y él mismo te lo explique. Después sacas tu propia conclusión.
El 8 de octubre de 2009, Luis Fraga
le invita a tomar café.
- Jorge, voy a comer con Luis
Bárcenas y con Arturo Moreno y me ha dicho Luis que, si puedes, tomamos café.
- Muy bien, Luis.
Jorge Trías siente mucha curiosidad.
Es la clase de situaciones en las que le gusta introducirse. Es un hombre de
acción. La cita es en el restaurante El Paraguas, en la calle Jorge Juan, un
lugar que está de moda desde hace varios años. Trías sabe quién es Arturo Moreno.
Se trata del vicesecretario general del PP y responsable de acción electoral
del partido en 1990. Este hombre presenta su dimisión tras la caída del
entonces tesorero Ángel Sanchís, primera baja por el caso Naseiro, al
destaparse un sistema de financiación ilegal del partido. Moreno sigue a Sanchís
hacia la puerta de salida después de hacerse pública la grabación de sus conversaciones
telefónicas con el concejal Salvador Palop, en las que hablan del reparto de comisiones y de un plan para lograr
el control de las finanzas del partido.
Trías observa este 9 de octubre con interés
a Bárcenas, de 52 años, una personalidad contenida, tan seguro
de sí mismo como satisfecho del puro que se está fumando durante la sobremesa
de esta tarde de otoño.
Hablan de la justicia y de los
medios de comunicación. Bárcenas le explica tranquilamente que nada de lo que
ha aparecido en los informes policiales tiene fundamento. Es posible, dice, que
la Policía crea las cosas que informa, pero al creer que estos indicios prueban
algo contra mí está en un error. No hay nada. Está visiblemente molesto por el
hecho de que intentan implicar a su esposa, Rosalía Iglesias. Hablan también de
la montaña, claro. Trías ya tiene contacto con los principales personajes del
caso y con la alta política. Mantiene una relación fluida con el juez Pedreira,
acaba de estrechar la mano de Luis Bárcenas y ha abierto línea directa con
Rajoy. El 14 de octubre queda a comer con Pedreira en el Horno de Santa Teresa,
en la calle del mismo nombre, a tiro de piedra del Tribunal Superior de
Justicia de Madrid. El juez se queja del retraso de los informes de la Policía,
de la lentitud de las comisiones rogatorias. No tiene todavía fecha para la
declaración de la esposa de Bárcenas. Va para largo. Trías le dice que está
consiguiendo ante Rajoy reducir la influencia de Federico Trillo.
- A Trillo le tienen sin cuidado los
imputados de Madrid. Lo único que le interesa es Francisco Camps y los
dirigentes del PP de Valencia -dice.
Vuelven por la calle Argensola hacia
la plaza de las Salesas. Trías le dice:
- Tú sabes que Manolo Delgado tiene
su despacho en esta plaza, mira tú si nos encontramos los tres…
Delgado, abogado de Francisco
Correa, había sido imputado por el juez Garzón por colaborar con su cliente en
la evasión de dinero junto con el abogado José Antonio López Rubal. El juez
ordenó grabar las conversaciones con sus clientes en la cárcel de Soto del
Real. Delgado había realizado un viaje con Pablo Crespo a Panamá aparentemente para
gestionar la residencia de Correa en dicho país, según argumentaba la Fiscalía Anticorrupción.
Pedreira mantiene como imputados a Delgado y a López Rubal por aquellos días. La
referencia a Trillo interesa a Pedreira.
El presidente del Tribunal Superior
de Justicia de Madrid, Francisco Javier Vieira, y otro magistrado con el que
comparte despacho, Emilio Fernández Castro, traen al juez por la calle de la
amargura. Vieira le viene insistiendo, desde que Pedreira empezó a instruir el
caso, en que debe recibir a Trillo. Y Fernández Castro dice que los autos
judiciales se los elabora un amigo, el catedrático de Derecho Procesal, Manuel
Lozano.
Pedreira pregunta a Trías:
- Jorge, ¿tú crees que debería
recibir a Federico Trillo?
Trías advierte que su propia
estrategia está en peligro. Por el momento, se ha hecho un pequeño hueco, su
papel es evanescente, transversal, pero una entrada de Trillo en escena daría
al traste con sus posibilidades.
- Ni se te ocurra, Antonio. Sería un
grave error. Porque Trillo lo difundirá. La mera entrevista le permitirá
decirle a Mariano Rajoy que te controla también a ti.
- Sí, creo que tienes razón.
No obstante, esta inquietud de
Pedreira dará una idea a Trías más adelante. A saber, ¿a qué otro personaje del
PP introducir en escena para influir sobre el juez?
Trías queda con la secretaria de
Mariano Rajoy en pasar por el despacho del
presidente al día siguiente, jueves 15 de octubre de 2009.
Le da cuenta de que no hay
novedades. El procedimiento avanza con lentitud. Trías tiene previsto reunirse
con Javier Arenas. El vicesecretario general de política autonómica y local
conoce estrechamente a Bárcenas, quien ocupaba el puesto de gerente en su época
de secretario general del PP. Tienen una relación de amistad, la misma que une
al tesorero con Ana Mato. Ambos forman el pequeño grupo de amigos de Bárcenas
en el PP. Menos que los dedos de una mano, que suele decir el tesorero. La
marea contra Bárcenas sigue subiendo en el partido. Manuel Fraga declara: «Dudo
que Bárcenas pueda volver a ser tesorero del PP».
El encuentro con Arenas es
organizado por el abogado Pedro Gómez de la Serna. Trías y él habían hecho
intentos de trabajar juntos, pero finalmente abandonaron el proyecto. Arenas viaja desde Sevilla. Trías y Gómez de
la Serna tienen que esperarle en el Senado porque se retrasa. Les recibe en su
despacho.
Es el 20 de octubre de 2009. Trías
resume lo que ha hablado con Pedreira hasta el momento. Les refiere su
conversación con Rajoy. El objetivo de la reunión queda bastante claro:
Arenas introduce a «un propio» en el
peregrinaje que hace Trías al despacho del juez. Es el abogado Pedro Gómez de
la Serna. Se trata de un hombre de confianza de Arenas, con quien ha sido
director de gabinete de la vicepresidencia segunda del Gobierno y, más tarde,
asesor en su campaña de las elecciones andaluzas de 2008. También ha trabajado
en el Ministerio del Interior con el ministro Jaime Mayor Oreja, como director
de gabinete, y después, en dicho ministerio, con Mariano Rajoy, en el cargo de
presidente ejecutivo de la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios. Ahora actúa en su
propio bufete, Gómez de la Serna-Salazar Simpson Abogados. Trías, en adelante,
acude a visitar al juez acompañado muchas veces por Gómez de la Serna, que hará
de testigo en las conversaciones.
SAN MATEO, SEGÚN FEDERICO TRILLO
Federico Trillo prosigue con su planteamiento
estratégico de lograr en el caso Gürtel lo que ya se consiguió cuando formaba parte del equipo
jurídico del PP en el caso Naseiro: la nulidad de las actuaciones. En aquella
ocasión se trataba de demoler al juez de Valencia Luis Manglano. Ahora, y
aunque el juez Garzón ya no sigue con el caso, se trata de conseguir la nulidad
explotando para ello las resoluciones judiciales de los primeros días. Y entre
ellas hay una que le parece que no tiene pérdida: la orden del juez a
instituciones penitenciarias para grabar las conversaciones que mantenían los
cabecillas de la trama en la cárcel de Soto del Real con sus abogados, algunos
de ellos imputados. Pero no será, no, él quien presente una querella contra el
juez. Trillo es paciente. Todo se andará. Quiere aplicar al caso Gürtel la doctrina del árbol envenenado.
Está basada en un argumento del Evangelio que a Trillo le seduce especialmente:
«Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da
frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar
frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el
fuego. Así que por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7:17-20). «Si el árbol es bueno,
su fruto es bueno; si el árbol es malo, su fruto es malo, porque por el fruto
se conoce el árbol» (Mateo 12:33).
Es decir: la reedición del caso
Naseiro.
Financiación ilegal en aquel caso,
haberla, hayla. Pero las pruebas envenenaron todo el árbol, la causa, al ser
obtenidas en otra investigación distinta a la que se desarrollaba en torno al entonces
tesorero nacional del PP, Rosendo Naseiro. Ya en su auto del 27 de enero de
2010, el juez Pedreira advertía que no cabía aplicar la doctrina del árbol
envenenado porque la mayor parte de las pruebas incriminatorias son obtenidas
con anterioridad a la grabación de las conversaciones en prisión. «Son pruebas ineluctablemente descubiertas de
fuentes sin tacha, como son las operaciones de vigilancia y seguimientos
realizadas antes de la decisión»de autorizar las grabaciones.
Pero Trillo sabe de dónde colgar la bomba.
El auto del juez Garzón del 19 de febrero de 2009 ordena «la observación de las
comunicaciones personales que mantengan Francisco Correa, Pablo Crespo y
Antoine Sánchez con los letrados que se encuentren personados en la causa u
otros que mantengan entrevistas con ellos». Precisamente, el 25 de febrero
había tenido lugar la primera grabación de lo que hablaban los presos, sus
abogados y «otros que mantengan entrevistas con ellos», según decía el auto del
juez. Uno de esos «otros» letrados se llamaba Ignacio Peláez, exfiscal de la
Audiencia Nacional. Representa a un imputado que está en libertad: el
empresario de la construcción José Luis Ulibarri, supuestamente uno de los
grandes beneficiarios en la trama Gürtel. A esa primera conversación en la que participa Peláez,
le siguen otras dos, del 6 de marzo. La grabación no aporta un gramo de
información a las pesquisas. Y, por el contrario, supone un error estratégico
que pueden explotar los letrados de los acusados para la defensa de estos. Ocho
abogados que representan a acusados en el caso Gürtel presentan una solicitud de amparo al
Colegio de Abogados de Madrid. El 20 de octubre, la Junta de Gobierno resuelve
otorgar el apoyo. Y da a conocer un comunicado. Denuncia que se han podido cometer
los delitos de prevaricación y quebrantamiento del secreto de las comunicaciones
y que lo ocurrido es «intolerable para el derecho de
defensa», al tiempo que anticipa una posible querella contra el juez Baltasar
Garzón y contra las fiscales Miriam Segura y Concepción Sabadell si la Fiscalía
no denuncia los hechos. El Colegio se dirige al Fiscal General del Estado, al presidente
del Consejo General del Poder Judicial, a la presidencia de la Audiencia Nacional
y del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. En esta historia, Garzón aparece
como el villano. Pero hay otro juez, ahora a cargo de la instrucción de la
causa, que también ha ordenado mantener la grabación de las comunicaciones.
Nadie lo sabe porque las actuaciones son secretas. Se trata, claro, del juez
Pedreira.
Una noticia que al parecer implica
por primera vez con nombre y apellido a Mariano Rajoy salta el 3 de noviembre
de 2009. En el registro de una nave industrial situada en la calle Arganda del
polígono industrial Ventorro del Cano, en la localidad madrileña de Alcorcón,
la Policía encuentra un gran número de documentos de la empresa Pasadena
Viajes, que forma parte del grupo de empresas de Correa. Aparece una fotocopia
del carné de identidad de Mariano Rajoy. Un portavoz del PP señala que es uno de
los últimos encargos que Pasadena hizo para el PP, antes de que se rompieran
las relaciones porque Correa «utilizó» el nombre del partido en distintas adjudicaciones
en la Sierra de Madrid. Es un viaje de tres días de Rajoy y su familia a Canarias,
tras su derrota electoral de 2004.
El PP sostiene que es un regalo del partido
a Rajoy para que se tomara unos días de descanso, no de Correa. Sin embargo, lo
que falta es la acreditación de que se ha pagado la factura. El partido afirma
que se pagó. Pero no tiene pruebas de ello. Si Pasadena no cobró ese viaje
cuando partió peras con el PP, al romper relaciones, la responsabilidad es
suya, sostiene el partido. «Es un asunto menor» dice. Pero, ¿se pagó o no se
pagó? Constancia de que se abonara no hay.
Trías deja pasar unos días desde el
anuncio de las medidas que aparentemente está dispuesto a adoptar el Colegio de
Abogados de Madrid, de cuya junta de gobierno él ha sido miembro hace algunos
años, y el 7 de noviembre vuelve a defender al juez
Garzón y a las dos fiscales en un artículo para «la tercera» del diario ABC. «Llevo varios días sin salir de mi
asombro ante la denuncia por los delitos de prevaricación y quebrantamiento del
secreto de las comunicaciones contra el juez Baltasar Garzón y las fiscales adscritas al
caso Gürtel, dependientes de la Fiscalía
Anticorrupción, Concha Sabadell y Miriam Segura. Querer trasladar esta cuestión
a lo delictivo, imputando a un juez o a los fiscales, me parece un exceso.
Y así lo ha entendido, creo yo, el
Colegio de Abogados de Madrid, cuyo decano, Antonio Hernández-Gil, hombre
prudente y sabio, ya ha advertido que la actuación sería, en cualquier caso,
subsidiaria», escribe. Añade: «Me parece sencillamente de cachondeo esta
historia de la prevaricación como medio para descuartizar jueces, fiscales o
procedimientos, por equivocadas que sean sus decisiones».
José María Aznar, presidente de
honor del PP, asiste en silencio, como si estuviera al margen de toda la
historia de G ü r te
l, al desarrollo
del caso. Aunque él ha nombrado a Álvaro Lapuerta como tesorero nacional al sustituir
a Rosendo Naseiro, sabe que Bárcenas era el segundo, en calidad de gerente. Y,
claro, no es menos cierto que la mayor parte de los hechos han ocurrido durante
su época de máximo poder en el PP, hasta su paso atrás en 2004. El 9 de
noviembre de 2009, al hacerse cargo de la cátedra de Ética Política en la Universidad
Católica de Murcia, Aznar algo tiene que decir. «Se debe exigir que quienes ocupan
cargos de responsabilidad acrediten algo más que su presunción de inocencia. Es
esencial que los partidos pongan el máximo celo en detectar la corrupción».
Unos días más tarde trasciende que
la empresa Teconsa consiguió que la televisión pública valenciana le adjudicara
el contrato para montar la sonorización de los actos del Papa en Valencia, en
julio de 2006, por 6,4 millones y que subcontrató esos trabajos por 3,1
millones de euros a tres empresas especializadas en ese tipo de servicios, ya
que carecía de experiencia en el asunto. Un informe de la Policía sostiene que
la empresa ha actuado como pantalla del «pelotazo». El Tribunal de Cuentas
valenciano también encontró múltiples anomalías en el contrato de los 6,4
millones de euros adjudicados a Teconsa. La constructora leonesa, según la
Oficina Nacional de Investigación
del Fraude, que depende de la Agencia Tributaria, retiró de sus cuentas 893.000
euros en billetes de 500 euros en dos operaciones registradas en octubre y
diciembre de ese mismo año.
Jorge Trías, acompañado por Pedro Gómez
de la Serna, unas veces, y otras solo, vuelve por el despacho del juez
Pedreira. El día 18 de noviembre de 2009, pasa a verle. En ciertos círculos del
Partido Popular, pese a que el abogado pide discreción, se comenta su relación
con el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Trías ve ahora, con
mucha frecuencia, después de su primer encuentro en el restaurante El Paraguas,
a Bárcenas. Trías pasa a verle a su despacho en la sede del partido, a pesar de
que ya no es «temporalmente» tesorero. Quedan a comer en la vinoteca Lavinia,
en la calle Ortega y Gasset, donde les gusta la comida de bistrot francés que prepara el chef Ángel García, toman café o una copa
en el hotel Santo Mauro, a la vuelta del despacho de Trías, y las más de las
veces se encuentran en el bufete del abogado, en la calle Almagro. También
invita a Bárcenas a su casa. Siempre lleva consigo Bárcenas una carpeta de piel
inseparable en la que guarda documentos. Le pasa nombres de personas imputadas
por las cuales pide que haga algo. Se convierte Trías en una especie de Oskar
Schindler, el empresario alemán que salvó la vida de judíos polacos durante el
Holocausto. La lista se engrosa. La encabeza una mujer: Rosalía Iglesias, la
esposa de Bárcenas.
El lunes 23 de noviembre de 2009, a
las cinco y media de la tarde, Trías se reúne otra vez con Rajoy en su despacho
de la calle Génova. Repasan la situación. Unos días después, el sábado, queda
con el juez a comer en la cafetería Ríofrío, en la calle Marqués de la
Ensenada. Pedreira va al Tribunal Superior de Justicia de Madrid sábados y
hasta domingos.
Trías, divorciado, está este sábado,
como todos los fines de semana, con sus dos hijas adolescentes. Le lleva hasta
allí el catedrático Manuel Lozano, que siempre que está en Madrid, de vacaciones
de sus clases en la Universidad de Cantabria, o en fines de semana, pasa a ver
al juez al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Hijo de padre con
enfermedad de Parkinson muy prematura, a los 29 años, este extremeño tiene un
cariño especial por Pedreira. Se conocen desde 1990. Es un sacerdote, Francisco
Santos, escolapio, párroco de la iglesia de Santa María del Pinar de Madrid
tras pasar una larga temporada en África, en Guinea Ecuatorial y Gabón, quien
pide a Lozano que cuide de Pedreira. «Ayúdale mucho», le encomienda.
A principios de los años 2000,
Lozano, que vive por la zona de Pinar de Chamartín, consulta a Santos en la
iglesia. El catedrático es agnóstico, pero a pesar de ello necesita hablar con
el cura, que, como él, también es extremeño. Se crea una relación entre ambos. El
sacerdote estudia derecho en la Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED).
Lozano, que ha sido profesor de
Derecho Procesal en dicha universidad, le habla de Pedreira, quien a su vez
enseñó también en esa institución Derecho Civil. El juez vive en la calle
Príncipe de Vergara esquina a López de Hoyos, en Madrid, y acude a la iglesia,
en el Pinar de Chamartín, donde conoce al padre Santos por medio de Lozano.
Será el comienzo de una profunda amistad. Santos será en adelante su confesor.
El sacerdote, tras obtener el título de abogado, quiere entrar por oposición en
el Ayuntamiento de Getafe, ciudad donde su padre fue maestro de escuela. Pero
la plaza le cae a un opositor que tiene prioridad porque es funcionario
interino. Pedreira intenta ayudarle. Llama al exalcalde de Madrid, Juan
Barranco, quien hace una gestión. Le ofrecen entrar por contrato en el Ayuntamiento.
A Santos no le gusta la idea. Decide entonces presentarse a una oposición en la Comunidad de Castilla-La
Mancha. Es Pedreira quien le prepara. Santos le pasa a buscar casi todos los
días por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, le espera y luego trabajan
largas horas en la cafetería restaurante Teide, en el número 7 de la plaza de las
Salesas. Pero no ejercerá la profesión de la abogacía.
Santos se consagra, finalmente, a su
actividad en la parroquia. En los últimos años, suele hacer fisioterapia en la
Clínica Quiropráctica de la calle Génova 21, séptima planta, aquejado de un
problema de columna que le provoca fuertes dolores de espalda desde su estancia
en África. Desde allí se acerca al Tribunal Superior de Justicia de Madrid,
entra en el despacho del juez, atestado generalmente de gente, donde Pedreira, inmerso
en el desorden, instruye, con apenas medios, y dominado por un mal de Parkinson
que le desestabiliza de manera creciente, el c a s o G ü r te l, una trama que añade a los problemas
del juez una tensión enfermiza adicional. En medio de esa vorágine encuentran un
hueco para tomar algo en el Teide, como en los tiempos de la oposición, antes
de que el sacerdote regrese, entrada la tarde, a la iglesia, en Pinar de
Chamartín.
Lozano, a su vez, conoce el pequeño secreto
de Pedreira. Su parentesco lejano con Rajoy. Cierto día, cuando le acerca en
coche a su casa, en la calle Príncipe de Vergara, y cruzan la calle Zurbano, a
metros del cuartel general del PP en la calle Génova, Lozano ve a Rajoy en la
acera.
- Mira, Toni, quién camina por allí –le
señala con el dedo-. Tu pariente…
- Sí, es él -asiente.
- Qué, ¿paramos y saludamos al
pariente? -dice, en tono de chanza.
- Pero no, hombre, qué cosas se te ocurren
-se revuelve de un lado a otro de su asiento el juez.
Trías verá a Pedreira dos veces más,
el 27 de noviembre y el 2 de diciembre, hasta mediados del mes, antes de despedirse
por las Navidades.
LA VISA ME DELATA
Ignacio Peláez, exfiscal en plaza de
Castilla y en la Audiencia Nacional, presenta el miércoles 9 de diciembre de
2009 una querella contra el juez Garzón por presuntos delitos de prevaricación
judicial y violación de las garantías constitucionales al ordenar la grabación
de las conversaciones que mantenían los presos en la cárcel de Soto del Real
con sus abogados. Si se admite a trámite, el juez Garzón sumaría tres querellas
por presunta prevaricación en el Tribunal Supremo. Trillo, por supuesto, sigue
el asunto como si jugara a la batalla naval. Continúa a la espera del «giro copernicano»
en la causa, el momento en que podrá ir a por todas: la nulidad de todas las actuaciones.
Luis Bárcenas sigue al corriente de
todo lo que pasa en el PP. Su secretaria sigue atendiendo encargos suyos y le
envía los recados. El 21 de diciembre de 2009, la gerencia del partido abona
una factura, la 37/09, que presenta al cobro la firma Estudio Jurídico Labor.
Son 60.000 euros más IVA. En total: 69.600 euros. El concepto: «coordinación
defensas».
Es el bufete del portavoz de
justicia del PP en el Congreso, Federico Trillo. La razón del pago es sugerente.
«Coordinación defensas». No hay referencia al caso Gürtel, pero parece que se refiere a él.
Resulta paradójico porque el PP está personado como acusación particular por considerarse
«perjudicado» y nada tiene que ver, formalmente, claro, con las defensas de los acusados, también del PP.
Bárcenas se guarda una copia de la factura. Tiene para sí que a Trillo, como
piensa Jorge Trías, lo que le interesa de verdad en este caso es salvar al presidente
de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y que lo demás le tiene sin cuidado.
Después de las fiestas de Navidad,
Trías visita a Mariano Rajoy, quien también está al corriente de la relación
personal que mantienen el abogado y Luis Bárcenas. Acuerda con la secretaria
del presidente del PP pasarse sobre las doce de la mañana del 11 de enero de
2010. Esa misma mañana, Rajoy explica en la Cadena SER cómo cree estar por
encima de toda sospecha, aun en el caso de que el partido hubiese incurrido en
financiación ilegal.
- Hasta donde yo sé, no hay
financiación ilegal del PP -afirma el líder del PP.
- ¿Y si se demostrase que la hubo? ¿Dimitiría?
-pregunta el periodista Carles Francino.
- No dimitiría. Porque yo no lo he hecho…
Unas semanas más tarde, el 27 de
enero de 2010, en un auto de 59 páginas, el juez Pedreira defiende la grabación
de esas conversaciones. El juez subraya, en respuesta a los recursos de los
letrados que piden su anulación, que existen «indicios» de connivencia entre
los letrados y sus clientes para esquivar del alcance de la justicia «millones
de euros» ocultados en el extranjero. Una de las conversaciones que se
pretenden anular es la que mantienen Pablo Crespo, exsecretario de Organización
del PP de Galicia, el segundo de Correa, y su letrado, en la que hablan de
sacar con celeridad el dinero depositado en Suiza antes de que la justicia pueda
bloquearlo. Pedreira sostiene: «La profesión de la abogacía es digna, pero no puede
disfrutar de privilegios discriminatorios frente a otras profesiones. De la
misma forma que se puede adoptar la medida motivada de entrada y registro en
despachos profesionales, se puede de forma motivada acordar la intervención de
comunicaciones».
El diario El País revela el 1 de febrero de 2010 que
es el PP quien abona la minuta de los abogados del bufete Bajo amp; Trallero
que defienden a Bárcenas. Queda al descubierto uno de los puntos del acuerdo
alcanzado por Bárcenas y Rajoy en julio de 2009 al ceder «transitoriamente» su
cargo de tesorero nacional.
«El privilegio del extesorero se
hace aún más evidente al compararlo con otros imputados. Según fuentes del PP
de Madrid, todos los implicados madrileños en la trama G ü r t e l -entre ellos tres diputados autonómicos,
Alberto López Viejo, Alfonso Bosch y Benjamín Martín Vasco, y tres exalcaldes,
Jesús Sepúlveda, Arturo González Panero, Ginés López- se pagan de su bolsillo sus
abogados», señala el diario. Esa tarde, María Dolores de Cospedal se enfrenta
al interrogante:
- A la pregunta sobre la asunción
del Partido Popular de los gastos de abogado de una persona que es senador del
PP y que ha sido trabajadora de este partido durante treinta años, pues decirle
que el PP ha asumido esta… este gasto y costea la defensa procesal de una persona
que durante treinta años ha sido trabajador de este partido porque así lo consideró
en su día oportuno. Eso es lo que le tengo que decir -señala con una sonrisa nerviosa.
Parece difícil construir frases más incongruentes.
Pero tiempo al tiempo. Mientras tanto, el Dr. Luis y Mr. Bárcenas se desdobla.
El 3 de febrero de 2010 madame Stimoli le visita en Madrid. Al regresar a Ginebra
ella deja constancia de lo siguiente:
«El cliente firma la documentación
para pedir una tarjeta de crédito VISA Mastercard. Tendrá un límite de 25.000
euros mensuales. Desearía tenerla para finales de febrero porque va a esquiar a
Alaska en marzo y tendrá que utilizarla». El banco se ve obligado
a denegar la petición. Al consultar con la empresa que gestiona las tarjetas de
crédito, TopCard, esta rechaza el 18 de febrero de 2010 la petición.
«Tenemos el derecho de rechazarla
sin explicar las razones». Pero madame Stimoli sabe por qué es. En una nota, ese mismo día,
señala:
«Llamada del centro de Visacar de
Zurich para informarme de que, al hacer sus gestiones, han sabido que el
cliente y otras personas de su partido político (el Partido Popular) son objeto
de una investigación judicial en España». Este paso en falso de Bárcenas alerta
a las autoridades suizas. La Oficina de Información de Blanqueo de Dinero Suiza
(MROS) o Unidad de Inteligencia Financiera de la Confederación Helvética
informa el 25 de febrero al SEPBLAC (Servicio Ejecutivo de la Comisión de
Prevención del Blanqueo de Capitales) español sobre una operación que, bajo el
prisma de la normativa de prevención del blanqueo de dinero en Suiza, resulta sospechosa.
La Policía Judicial (UDEF) eleva un informe al Tribunal Supremo en el que analiza
la información aportada por los investigadores suizos. «De dicha información podemos
concluir que Luis Bárcenas tiene intereses económicos en el exterior, y que se concretan
en posición/es bancarias en una entidad financiera ubicada en Suiza de la/s que
es el beneficiario económico. Asimismo dispone de un gestor financiero, ubicado también en Suiza, de su confianza
con el que realiza las operaciones», señala. La Fiscalía Anticorrupción pide
enseguida a la Fiscalía del Tribunal Supremo el envío de una nueva comisión
rogatoria de auxilio judicial a Suiza. Luis Bárcenas les ha proporcionado, sin saberlo,
una pista para seguir los rastros de su dinero oculto.
El 25 de febrero de 2010, Trías
vuelve a visitar al juez Pedreira. Ya han mantenido desde comienzos de año una
comida, el 20 de enero, y dos reuniones, el 2 y el 8 de febrero. Trías invita a
Pedreira a comer en Casa Mandi, un restaurante de cocina mediterránea que pertenece
a la familia Tejedor en la calle Almagro 29, a dos calles de su despacho.
Ese es el día, el 25 de febrero, en
que la sala segunda del Tribunal Supremo decide admitir por unanimidad la
querella contra el juez Garzón por un presunto delito de prevaricación al
ordenar la grabación de las conversaciones de los presos del caso Gürtel con sus letrados. Es, pues, la
tercera querella contra Garzón en el Tribunal Supremo, que ya instruye las
causas de los desaparecidos del franquismo y la de presuntos pagos del Banco de
Santander. La decisión del Tribunal Supremo sobre la grabación de las
comunicaciones de los presos con sus abogados afecta, aunque ello no aflore en el auto del Supremo, a
Pedreira.
Porque en sus autos ha prorrogado la
grabación de las conversaciones y, más tarde, defiende su legalidad. No puede
ignorar que la acción contra Garzón puede ser un tiro por elevación cuyo
resultado es condicionar su propia instrucción sumarial. Pedreira se preocupa, además,
porque el Supremo nombra juez instructor a Alberto Jorge Barreiro. La mujer de
Jorge Barreiro, Teresa Delgado, es magistrada de lo Contencioso en el Tribunal Superior
de Justicia de Madrid, ocupa un despacho próximo al del juez. Este nunca llama al
magistrado por sus dos apellidos sino por un tercero: Echeverri, el segundo
apellido de su padre, catedrático de Anatomía y exrector de la Universidad de
Santiago de Compostela. Sus familias se conocen de Galicia. Trías tiene también
un encuentro, por aquellas fechas, en la sede del PP con Federico Trillo, a
quien, sin nombrarle, le ha criticado en sus artículos periodísticos. Y sabe
Trías que ello ha irritado al estratega de la defensa de los dirigentes del PP
imputados en la trama. No se ha puesto una vez que Trillo le ha llamado por teléfono
a su despacho, hace algunos meses, a raíz de esas críticas. En su reunión,
Trillo le sugiere que no se mueva, que él tiene todo bajo control. En la sala
de lo Penal de la Audiencia Nacional y en el Tribunal Superior de Justicia de
Madrid. Revela un gran dominio de lo que hacen y dejan de hacer los abogados de
los particulares imputados. Y también de las acusaciones populares. Para ello
le sirve, entre otras cosas, la personación del PP en el caso.
Trías le hace ver que Rajoy le ha
pedido un seguimiento de los pasos del juez Pedreira. Y que está en el asunto
precisamente por esa petición.
En otra reunión, Rajoy convoca a
Arenas, Trillo, Trías y Gómez de la Serna, para analizar las estrategias en el
caso. Trillo, ufano, tiene todo bajo control.
- Yo creo que aquí el papel
fundamental es el de la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de
Justicia de Madrid. Lo tenemos bajo control. Tengo una relación personal con Vieira,
el presidente, y de los otros dos magistrados, contamos con Fernández Castro. El
problema es la instrucción del juez Pedreira.
- El problema no es el instructor.
Para nada. Es que cuando sus resoluciones llegan a la sala se las tumban, no le
avalan. No es cierto que tengas controlada a la sala. En realidad, hacen lo que
quieren. Hay que dejar trabajar al instructor en lugar de torpedearle con
recursos que embrollan y retrasan…
Ya al acabar, Rajoy se dirige a
Trías y le pregunta:
- Oye Jorge, ¿tú no volverías a la
política?
Trías reacciona sin pensárselo.
- No, Mariano… Bueno… A menos que el
próximo Gobierno del PP enmiende el error que cometió Aznar en sus dos
legislaturas, que fue no nombrarme ministro de Justicia…
Todos ríen. Trillo no puede reprimir
su desdén.
- Hombre, Jorge, son muchos los que ansían
ese puesto.
Y Trillo, el primero. Su papel en
calidad de ministro de Defensa en el accidente Yak-42, el 26 de mayo de 2003,
en Turquía, que cuesta la vida de 62 militares de los 75 que iban a bordo del
avión, ¿no le ha quitado el ansia? No.
El 23 de marzo de 2010, el Tribunal Superior
de Justicia de Madrid anuncia que ha decidido anular por dos votos contra uno
todas las grabaciones, excepto una, realizadas en la cárcel de Soto del Real
por orden del juez Garzón y prorrogadas por el juez Pedreira. Dos votos, el de
Vieira y de Fernández Castro, contra uno, de Suárez Robledano, que presenta un
voto particular en el que justifica la grabación de las conversaciones. Aunque
los jueces no entran en la existencia de
un delito de prevaricación, Trillo está eufórico. Dice que es una prueba de lo
que él sostenía. Ve en la resolución un paso más hacia un «giro copernicano» en
el caso. Con todo, la sala no entra en el delito de prevaricación.
Trías sigue su peregrinaje al
despacho de Pedreira. El 4 y el 9 de marzo de 2010 tiene breves encuentros con
el juez. Le insiste en que la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, cuyos
depósitos bancarios aparecen en los informes que reproducen los medios de comunicación,
nada tiene que ver con la trama Gürtel y que no tiene papel alguno en las finanzas de su
esposo. Pedreira tiene previsto decidir sobre su declaración en los próximos días.
El 5 de abril, Trías vuelve al despacho
del juez. Hay mucho ajetreo. Pedreira ya ha firmado el día 31 de marzo la
providencia por la cual se levanta el secreto del sumario. Se dará traslado a
las partes personadas al día siguiente, 6 de abril de 2010, entre las nueve de la
mañana y las dos de la tarde. Son 291 tomos y suman 50.000 folios.
Pedreira recibe ayuda para usar
nuevas tecnologías. Da instrucciones para guardar en un servidor todos los
tomos del sumario al que pueden acceder los abogados a través de una clave
personal. El juez mantiene, empero, el secreto sumarial sobre las comisiones rogatorias
y las grabaciones de los presos con sus abogados en prisión.
Ese día 6 muere Guillermo Luca de
Tena, presidente de honor del diario ABC. A la mañana siguiente, 7 de abril, es el entierro. Los
medios de comunicación dedican sus portadas y amplia cobertura en el interior a
las noticias e informes de la trama corrupta. «Gürtel corrompió el núcleo del
PP», titula la portada del diario El País, en la que destaca que «el extesorero recibió al menos
1,3 millones en comisiones». Por su parte El Mundo trae una fotografía de Luis Bárcenas con las siglas
del PP y la gaviota sobre el fondo celeste.
«Políticos corruptos, pagos
millonarios y regalos», dice el titular y se pregunta: «Luis Bárcenas, ¿intocable
en el PP?». Tras el entierro de Luca de Tena en la cripta de la iglesia de la
Concepción de Madrid tiene lugar un funeral, al que asisten personalidades de
la política, la cultura y el periodismo. Al terminar el acto, Trías,
colaborador de ABC y exconsejero de Prensa Española,
editora del diario, se topa con Rajoy cuando sale de la iglesia. El presidente
del PP vuelve el rostro hacia Trías y dice:
- Vaya problema que tenemos con
este.
El abogado no atina a balbucear
palabra mientras se separan. «¿Este?». Rajoy se refiere, sin duda, a Bárcenas.
Al final va a ser que hace más caso de lo que dicen los medios de comunicación
de lo que suele admitir. Que bajo el peso de las noticias sobre el sumario, páginas
y páginas acerca del funcionamiento de la trama Gürtel, sobre Bárcenas y su esposa, Rajoy
siente que tiene que hacer algo. Piensa Trías que Bárcenas debería saberlo. Que
su idea del apoyo casi incondicional de Rajoy es errónea. Probablemente ignora
Trías que en las próximas horas las cosas se pueden precipitar.
INDEMNIZACIÓN SIMULADA Y EN DIFERIDO
Esa tarde del 7 de abril de 2010,
tiene lugar un contacto a dos bandas. Bárcenas habla por teléfono con Javier
Arenas, que se encuentra en Sevilla, Mariano Rajoy está en la sede del PP en
Madrid. Arenas hace de paño de lágrimas de su amigo, quien toma, a regañadientes,
la decisión de dimitir definitivamente de su cargo de tesorero para que Rajoy
pueda sustituirle por una persona de su confianza y decide, también, solicitar
la baja temporal en el partido. Su posición de senador queda así en el aire.
Aunque el escaño es «propiedad» suya, ¿cómo va a seguir siendo senador del PP
por Cantabria, provincia a la que es ajeno si no fuese porque Rajoy le incluyó
en las listas en 2004? De seguir en el
Senado debería pasar a ser independiente. Es una aberración. Pero, de momento,
no ofrece Bárcenas su renuncia al escaño. ¿Se trata de una renuncia en dos
tacadas para mantener su fuero protector? ¿Quiere asegurarse de que el PP
cumplirá su parte del pacto? ¿Qué busca? Una compensación por los 28 años
trabajados. ¿Solo eso?
Todo se hace mediante palabra. Nada
se dice sobre los gastos adeudados a sus abogados hasta ese momento. Bárcenas
quiere que el partido le siga pagando un salario en calidad de «asesor», con su
correspondiente alta en la Seguridad Social. Es su manera de seguir vinculado a
la organización. Eso le da alguna garantía de que no lo echarán a los lobos. Arenas
le apoya. Puede contar con que se le dará lo que pide. Y Rajoy, que recibe a Bárcenas
en su despacho, da luz verde al caer la noche del miércoles 7 de abril de 2010.
Ya tiene a su hombre para ocupar el puesto: el exministro José Manuel Romay
Beccaría. Una puntada más.
Trías, por su parte, visita a
Pedreira. Está con él los días martes 5, miércoles 6 y vuelve a verle el jueves
7. La abrumadora información que viene esa mañana en los periódicos, al levantarse
el secreto de las actuaciones, ha sacado de quicio al PP. Y especialmente a Trillo.
- Antonio, todo esto que ha salido…
Trillo quiere que se declare la nulidad total -le dice al juez.
Al día siguiente, 8 de abril,
Bárcenas pide la baja temporal. Su comunicado dice: «En la mañana de hoy he
trasladado al Presidente Nacional del Partido Popular, Mariano Rajoy, mi
decisión de renunciar con carácter definitivo a las funciones de tesorero
dentro de nuestra organización nacional, cargo para el que fui elegido por el
Comité Ejecutivo Nacional a propuesta del Presidente. Al adoptar esta decisión
quiero dejar constancia del daño irreparable que se nos ha hecho a mi familia y
mí. Creo, solo desde la convicción de mi inocencia, que este caso, dados los
cargos que he desempeñado en el partido, está siendo el instrumento para dañar
al Partido Popular y a su Presidente Nacional. Es el motivo por el que tomo
esta dolorosa decisión. Igualmente, presentaré un escrito solicitando mi baja temporal como militante del Partido
Popular hasta que se sustancien los hechos que injustamente se me imputan,
frente a los que mantengo mi absoluta inocencia. Quiero agradecer al Partido
Popular y a sus Presidentes la confianza y el apoyo que a lo largo de estos
años han depositado en mi persona».
El PP, un rato más tarde, señala:
«El Partido Popular ha recibido esta mañana la comunicación de D. Luis Bárcenas
manifestando su decisión de renunciar con carácter definitivo a sus funciones
como tesorero del Partido y solicitando la baja temporal como militante de
nuestra organización. El Partido Popular quiere hacer un reconocimiento público
a la magnífica gestión que durante estos años D. Luis Bárcenas ha prestado como
Gerente Nacional y Tesorero del Partido y quiere agradecerle igualmente la
lealtad que ha demostrado al partido y a sus dirigentes. Estamos convencidos,
como lo hemos estado desde el principio, de que demostrará su inocencia frente
a las falsas imputaciones de las que ha venido siendo objeto». Rajoy está en
Sevilla. Y se siente mejor.
«Agradezco su renuncia. Lo ha hecho,
porque así lo piensa, para defenderse mejor y servir mejor al partido. Y lo ha
hecho después de que quede acreditado que no había trama de financiación
irregular, sino que unas personas se han aprovechado manifiestamente de la
ley».
¿Continúa como senador? «Seguirá
siendo senador, supongo, claro. No lo sé. La verdad es que lo tendrá que
decidir el Grupo Popular en el Senado», pero a la pregunta sobre si el PP seguirá
pagando sus gastos de abogado, se niega a responder. Cuando se le inquiere una vez
más, se cierra en banda. Rajoy, eso sí, anuncia una reorganización de la
tesorería del PP. Javier Arenas, que está junto a Rajoy en ese momento, y es,
en realidad, quien ha analizado por teléfono con Bárcenas los detalles de su
salida el día anterior, dice que el tema de los gastos será resuelto por el
nuevo tesorero nacional. Se ha pactado, en secreto, que el PP seguirá pagando a
Bárcenas 21.300,08 euros al mes, cifra que
incluye el prorrateo de las pagas extraordinarias, entre otras razones, porque
Bárcenas argumenta que necesita ese dinero para sufragar los gastos de sus
abogados. ¿Cómo, por tanto, se le va a seguir cubriendo esos gastos?
María Dolores de Cospedal, el mismo
día, justifica la permanencia de Bárcenas en el Senado siempre que sea en
calidad de miembro independiente del grupo popular. Pero, añade, debe abandonar
su despacho en la calle Génova.
En el Senado, ese mismo día 8, se da
por hecho que Bárcenas dejará de pertenecer a la dirección del grupo
parlamentario y a las dos comisiones. En relación a su escaño, nadie sabe qué
va a ocurrir. Pío García Escudero deja trascender que ha intentado ponerse en contacto
con el senador para conocer sus planes, sin éxito.
Al día siguiente, viernes 9, Mariano
Rajoy recibe a Luis Bárcenas y a su mujer, Rosalía Iglesias, en su despacho.
Está presente Javier Arenas. El pacto ya está diseñado y lo asume Romay
Beccaría porque así se lo indica su jefe, Rajoy. El PP paga a Bárcenas en
calidad de asesor un salario de 255.600 euros al año dividido en doce
mensualidades de 21.300 euros en números redondos. Además, se le mantiene
coche, una presencia discreta en Génova y secretaria. Bárcenas todavía tiene
una factura pendiente bajo la manga, que no presenta en la negociación del
pacto. Pretende que el PP se haga cargo de una minuta del bufete Bajo amp;
Trallero, en concepto de gastos acumulados hasta el presente
de 200.000 euros.
El sábado, día 10, Bárcenas anuncia
que, en adelante, se pagará los gastos de su defensa. «He comunicado al
presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que a partir de la fecha de hoy
pasaré a hacerme cargo directamente de los honorarios que ocasione mi defensa procesal.
Asimismo le he ratificado mi decisión de renunciar al Consejo de Dirección del
Grupo del Senado. Agradezco la confianza que ha depositado en mí Mariano Rajoy
a lo largo de estos años». Ya está a un paso de dejar el escaño.
El diputado Jesús Merino le dice a Bárcenas
que ya no espera más. Su padre está enfermo. Que de la próxima semana no pasa.
Que va a anunciárselo a Rajoy y que
piensa convocar una rueda de prensa en Segovia, por donde es diputado. Bárcenas
ya no le puede pedir que aguante más.
Trías, que ha seguido reuniéndose
con el juez Pedreira, el día 9 de abril y 10 de abril, acude a una reunión de
Bárcenas y los abogados Bajo y Trallero, en su bufete de la calle Hermosilla.
La inminente renuncia de Merino hace la situación de Bárcenas definitivamente
insostenible. El miércoles, día 14 de abril, tal como ha prometido, Merino visita
a Rajoy en su despacho de Génova, y le comunica que ha decidido marcharse.
Pero, más allá de la decisión de
Merino, el tema de Bárcenas ya está zanjado. Hay que ponerlo en práctica. El
pacto contempla que será el extesorero quien hará el anuncio a través de algún
medio de comunicación. Se trata, según desea Bárcenas, de que no parezca que el
PP le abandona, sino que es él quien decide librar a Rajoy del peso que supone
ser todos los días blanco de la prensa. Que es él quien se sacrifica por Rajoy
y el PP, y no al revés.El PP tiene previsto dar de alta a Bárcenas el 16 de
abril en la Seguridad Social. Se le da de baja en su anterior categoría
laboral, «licenciado», para darle de alta en una nueva, «asesor».
El extesorero, pues, logra de Rajoy
el beneplácito para cobrar una nómina mensual de 21.300,08 euros y para
presentar su renuncia al escaño como una iniciativa propia, ajena al presidente
del PP. Es un show en toda regla. La fecha importante
es el 15 de abril de 2010. Y no tiene que ver con el pacto entre Bárcenas y
Rajoy. No. Ese día, el juez Francisco Monterde firma la resolución para solicitar
la comisión rogatoria urgente a Suiza a raíz de la denegación de la tarjeta
Visa solicitada por Bárcenas al Dresdner Bank de Ginebra. El Tribunal Supremo
pide ayuda en cuatro puntos:
Uno. Solicitud a la Unidad de
Inteligencia Financiera de la Confederación Helvética (MROS) para que aporte la
comunicación de operativa sospechosa realizada por una entidad financiera suiza
relativa a la persona de Luis Bárcenas Gutiérrez, DNI 8.771.987-V, según la
cual esta persona el día doce de febrero de dos mil diez solicitó una nueva
tarjeta Visa con un límite mensual de 25.000 euros a través de un gestor
financiero en un proveedor de servicios financieros. Dicha solicitud fue denegada
por la entidad al comprobar esta que dicha persona estaba involucrada en una investigación
judicial en España.
Dos. A partir de la información
contenida en la comunicación de MROS, dirigirse a la entidad financiera suiza
que recibió la solicitud para que se proceda al bloqueo de los saldos de las
posiciones bancarias de la/s que Luis Bárcenas Gutiérrez DNI 8.771.987-V y/o Rosalía
Iglesias Villar DNI 10.183.504-R sean los beneficiarios reales, últimos o económicos,
ya sea a título individual o de compañía/s de las que estas dos personas sean los
beneficiarios, así como de las inversiones financieras y otros productos
contratados, incluyendo las cajas de seguridad u otras cajas cerradas de las
que disponga. Se incluyen los movimientos registrados en otras cuentas bancarias
de las que dicha/s persona/s sean titulares en la entidad que ha comunicado la información.
Tres. Registro del despacho ocupado
por el gestor financiero que solicitó la tarjeta por cuenta de Luis Bárcenas en
la entidad financiera a fin de intervenir cuantas pruebas sean necesarias para
el esclarecimiento de los hechos que se le imputan, en particular todos los
medios y soportes informáticos que se localicen y cuanta documentación obre en cualquier
tipo de soporte relativo al propio Luis Bárcenas Gutiérrez, DNI 8.771.987-V, y Rosalía
Iglesias Villar, DNI 10.183.504-R, o/y de compañías de las que estas personas
sean los beneficiarios últimos, reales o económicos. Señalar que el destino
final de la intervención de los citados medios de prueba sería su estudio y
análisis por parte de funcionarios policiales adscritos a la Unidad Central de
Delincuencia Económica y Fiscal, Brigada de Blanqueo de Capitales.
Cuatro. En relación a dicha cuenta/s
bancaria/s ya estén abiertas o bien se encuentren cerradas, o a otra/s cuenta/s
de la/s que Luis Bárcenas o Rosalía Iglesias Villar y/o alguna compañía
mercantil de las que estas personas sean los beneficiarios últimos, reales o
económicos, desde la fecha que dispongan de datos y hasta el presente momento,
se solicitan todas las informaciones relativas a: información de cuentas
bancarias, préstamos e hipotecas, cajas de seguridad, certificados de depósito
y certificados del mercado de dinero, bonos del Tesoro, tarjetas de crédito o
débito, compras de cheques bancarios, otras informaciones.
Esta solicitud de ayuda judicial a
partir del mal paso de Bárcenas, detectado por las autoridades helvéticas, es
decisiva. Porque hasta entonces las comisiones rogatorias enviadas, en
particular a Suiza, tienen carácter más bien general. Ya ha sido admitida a
trámite por el Ministerio Público de la Confederación Helvética el 3 de junio
de 2009. Pero todavía no se advierten los progresos. Ahora ya no se trata de lo
que los juristas anglosajones suelen llamar una «expedición de pesca», es
decir, una solicitud dirigida a encontrar pruebas incriminatorias. La nueva
petición se hace a partir de un paso sospechoso que da Bárcenas y que detectan
las autoridades suizas. Solo el tiempo va a decir si esta comisión rogatoria
da, o no, en la diana.
Después de levantar el secreto del sumario,
el juez Pedreira va a citar a declarar a varias personas. La mujer de Bárcenas
está entre las primeras. El viernes 16, Trías visita al juez Pedreira. Pasadas
las dos de la tarde, trasciende que el juez ha citado a declarar como imputada
a Rosalía Iglesias el miércoles siguiente, día 21 de abril.
Jorge Trías sugiere a Bárcenas
conceder una entrevista a ABC para anticipar su decisión de renunciar al escaño el
mismo lunes 19.
Bárcenas está de acuerdo. Trías
llama por teléfono a Ángel Expósito, director del diario, con quien, como
colaborador, tiene una buena relación personal. Le pregunta si tendría interés
en entrevistar a Luis Bárcenas, que está en el centro de la escena de Gürtel. La respuesta es sí. Trías dice que
se puede organizar el encuentro. Quedan en reunirse con Bárcenas en el despacho
de Trías el sábado 17 de abril.
Ese mismo día, Bárcenas piensa,
sobre todo, en Suiza. Escribe una carta a Agathe Stimoli, al Dresdner Bank
(ahora LGT): «Como sabrás, esta semana he decidido dejar mis funciones en el
Senado. Ante la injusticia de esta persecución política, he tomado esta decisión
para poder protegerme legalmente…
Por esta razón, y ante la
eventualidad de que llegase una comisión rogatoria ante las autoridades
helvéticas y tu banco se viese en la obligación de comunicar mi situación patrimonial
allí, que, como conoces, procede del año 1991, he decidido encomendar mi defensa
legal al bufete de abogados de GinebraPoncet, Turretini, Amadruz, Neyroud amp; Associés,
y en la persona de Carlo Lombardini, con objeto de que defienda ante las
autoridades de tu país que el origen de los activos que mantengo con vuestra
entidad es muy anterior al periodo en el que me están imputando los cargos de
no declaración de ingresos en España (en los años 2002-2003)».
Ha contratado, pues, a uno de los
bufetes más emblemáticos de Ginebra. El alma máter es el abogado Dominique
Poncet, que ha defendido a grandes estafadores internacionales y políticos.
Desde Bernie Cornfeld, Pavel Borodine y el clan de Ferdinand Marcos, pasando
por Licio Gelli, el capo de la Logia P-2, hasta el caso de Lorenzo Bozano, o
Duvalier, Trujillo y la familia Bhutto. Y en relación a España, ha sido su bufete,
y él personalmente, quienes trataron, sin éxito, a primeros de 1996, de impedir
que el abogado Paolo Gallone, un testigo de cargo contra el expresidente de
Banesto, Mario Conde, y sus socios, revelara en Lausana la propiedad real de
sus sociedades en Suiza.
Poncet ha fallecido a los 75 años,
en 2004, pero su bufete de la ginebrina calle Hesse es uno de los más activos
del país.
Expósito acude a la cita junto con
el subdirector de la sección nacional, Álvaro Martínez.
Bárcenas es el último en llegar a la
oficina de la calle Almagro y lo hace en un vehículo utilitario pequeño que
aparca frente al edificio. Está obsesionado con la posibilidad de que la
Policía grabe la conversación.
Cuando se reúne en el despacho de
Trías para hacer la entrevista y darles la «primicia» de su renuncia al escaño,
ese sábado 17 de abril, Bárcenas ya lleva un día, desde el 16, de alta en la
Seguridad Social como «asesor» del PP.
El extesorero explica que va a
presentar su renuncia al escaño el lunes, día 19 de abril, y que ha decidido
dar la noticia al periódico, que ya le entrevistara hace algo menos de un año, en
julio de 2009. Bárcenas dice, también, que Merino le ha comunicado su decisión
de renunciar a su escaño de diputado. Según explica, prefiere tener una doble
instancia, ser enjuiciado por un tribunal inferior y luego poder recurrir al
Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional en amparo. «Bárcenas, que
informará a Mariano Rajoy de su renuncia, afirma que desde Génova no le han
marcado nunca los tiempos», dice el diario. «Y que son él, su familia y su
entorno personal quienes deciden los pasos que está tomando», añade.
Las fotografías, por petición
expresa de Trías, no permiten discernir dónde se realiza la entrevista.
E l ABC titula: «Bárcenas dimite como senador».
El extesorero declara: «Me he sentido arropado por Rajoy, con el que he compartido
todas las decisiones que he ido tomando».
Ese lunes, Bárcenas envía al Senado
a registrar su renuncia a su hermano Juan Carlos, asesor del grupo
parlamentario popular en el Senado, y consejero de la Sociedad Urbanística Municipal
(Sumpasa) del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón cuando se adjudicaron obras a
Constructora Hispánica, empresa que destaca en la trama Gürtel y que ha realizado donaciones
anónimas al PP. Luis Bárcenas marcha a la calle Génova, donde analiza con Rajoy
la campaña de prensa.
Trías, por su parte, visita a las
doce de la mañana de ese mismo día 19 al juez Pedreira.
Comenta la nueva situación. El caso
de Bárcenas vuelve al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Es Pedreira,
pues, el encargado ahora de instruir las acusaciones contra el extesorero del
PP. Y el miércoles 21 ha citado a declarar a su esposa. Del despacho de
Pedreira parte Trías hacia Génova 13, donde le recibe Rajoy a la una. Allí, con
la noticia caliente de la renuncia de Bárcenas al escaño, Trías comenta la
situación de Bárcenas y del procedimiento. El juez Pedreira, si cabe, es todavía
más importante, ya que sin los dos aforados, la causa pasa ahora al Tribunal Superior
de Justicia de Madrid. Y, lógicamente, su relación con Pedreira cobra todavía
más relevancia. Menciona la próxima declaración de Rosalía Iglesias el
miércoles 21 y advierte sobre el papel de las dos fiscales del caso.
Al día siguiente, 20 de abril, Trías
vuelve a ver a Pedreira. Le insiste, una vez más, en que la esposa de Bárcenas
no juega ningún papel.
Pedreira está, en estas horas
cruciales para los Bárcenas, con Jorge Trías en los talones.
La esposa de Bárcenas es imputada cuando
se descubre una cuenta corriente a su nombre con un millón de euros. Ella
carece de ingresos. La investigación también se topa con su nombre en una
promoción residencial de Majadahonda, Proyecto Twain Jones, financiada con
fondos de sociedades de la trama Gürtel que tenía en el extranjero. Las fiscales Miriam Segura
y Concha Sabadell hacen las preguntas. El juez se limita a escuchar. Es el miércoles 21 de
abril de 2010 y la escena se desarrolla en la sala de lo Civil y Penal del
Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La Fiscal: -¿Qué ingresos tenía en
2002 y 2003?
Rosalía Iglesias: -Eh…, vamos a ver,
yo ingresos en el año 2002, 2003, no me acuerdo si tenía algún ingreso porque
todos los temas económicos relacionados con nuestro patrimonio, con nuestro…,
vamos, nuestro…, todos los temas económicos los lleva mi marido y…, no sé si en
el año 2002, 2003 yo tenía alguna fuente de ingresos, eh…, no, no lo sé.
P.: -No… ¿tenía algún trabajo remunerado?
R.: -No, vamos a ver, no…, yo tenía
un taller de restauración y tengo un taller de restauración, pero bueno, es un
tema…, somos varias socias, y bueno, pues funcionamos un poco a nivel de
amistad, a nivel particular y no…, no como grandes empresarias, ni nada por el
estilo, con lo cual no sé si tenía algún ingreso, estaba en función del trabajo
que podía realizar en ese momento, mayor o menor, en función del número de
muebles que podía
restaurar.
P.: -Las declaraciones tributarias
que usted presentó por esos dos años en el impuesto sobre la renta, ¿las
presentó conjuntamente con su esposo?
R.: -Es que…, no lo sé, vamos a ver,
las declaraciones como le he dicho antes, todos los temas económicos los lleva
y los ha llevado siempre mi marido, en el que confío plenamente (…) yo no he
hecho nunca ninguna declaración…, de renta, ni nada de eso, siempre esos temas
los ha llevado él, me imagino que con…, vamos me imagino no, con el asesor (…)
Yo los temas económicos nunca los he llevado, ni los llevo, ni los llevaré nunca…,
mi marido posee los conocimientos adecuados para hacerlo y yo ni los tengo ni tengo
ningún interés en hacer una declaración de la renta porque sé que lo puede
hacer mucho mejor que yo.
P.: -Usted lo que hacía era firmarlo
entonces, cuando ya estaba terminada.
R.: -Sí.
P.: -¿Usted recuerda en esos años
haber manejado o haber sacado del banco, o haber hecho ingresos en cantidades
importantes en efectivo?
R.: -No.
F.: -¿Usted recuerda que compraran
en el año 2002 unos inmuebles en Marbella?
R.: -No me acuerdo del año, pero sí
que tenemos una casa en Marbella, eh…, pues no sé si era el año 2002, no me
acuerdo el año, pero estamos en el 2010, bueno, pues aproximadamente puede ser
eso y nosotros llevábamos ya diez años viviendo en otra casa que teníamos ahí
en Marbella, en Golden Beach, que es la que vendemos, y esa casa además está a
mi nombre.
P.: -¿Cómo pagaron esos inmuebles
que compraron en Marbella?
R.: -Pues la casa de Guadalmina la compramos
pues con la venta de Golden Beach, de la otra casa, y luego con un dinero que…,
eso sí que mi marido, en un momento determinado, porque era una cantidad importante
y era, pues en fin, algo…, algo fuera de lo cotidiano, me explicó con la venta
de unas acciones de Endesa.
P.: -¿Usted conoce a Francisco
Correa?
R.: -Sí, claro que le conozco, le
conozco porque es una persona que ha estado durante muchos años ligada al PP,
con lo cual he coincidido, no sé si muchas, en varias ocasiones con él en
cenas, con más gente, y en determinados eventos que él organizaba.
P.: -¿Cuándo le conoció?
R.: -Ay, ni idea, no sé, hace
muchísimos años.
P.: -¿Recuerda haber tenido
participación
en un proyecto inmobiliario en
Majadahonda?
R.: -Absolutamente ninguna, lo digo
con esa rotundidad, porque como he visto en el periódico tantas cosas pues…,
aunque yo, insisto, todos estos temas ni los he llevado, ni los voy a llevar,
porque no me… no es un tema para…, en fin, a mí me gustan otro tipo de cosas,
cuando he visto eso…, estoy tan sorprendida, pero como de tantas otras cosas, o
sea, no, no tengo absolutamente ninguna participación en ese sitio, en Pozuelo
o en Majadahonda.
P.: -¿Si ustedes hubieran hecho conjuntamente
alguna participación apalabrada por su esposo, lo que sí podría ser, como ha manifestado
en relación con las declaraciones tributarias y con el manejo de las cuentas bancarias,
es que fuera un proyecto, una participación que hubiera hecho él y en el que se
hubiera consignado su nombre?
R.: -No lo sé, yo me imagino que no,
porque si hay algo que hubiera estado a mi nombre me lo hubiera dicho, claro…
P.: -Usted recuerda haber entregado
una cantidad de… 150…, 20, equivalen…, el equivalente a 25 millones de pesetas,
para participar en una, en algún tipo de…, promoción…
R.: -Mire, yo no he tenido 25
millones de pesetas en mi mano nunca, se lo puedo garantizar, o sea, y le
agradezco que me lo diga en pesetas, porque si no, no sé de qué cantidad estamos
hablando, no, no he entregado jamás a nadie esa cantidad de dinero.
P.: -Ni ha percibido beneficio
alguno derivado de ninguna operación inmobiliaria…
R.: -¿Que a mí alguien me haya dado dinero?,
por supuesto que no.
P.: -Usted directamente no.
R.: -No, no, por supuesto.
Por la Asociación de Abogados Demócratas,
el abogado José Mariano Benítez de Lugo pregunta:
P.: -En el informe de la Policía, de
la Agencia Tributaria, que obra en las actuaciones, página 14, se dice que
tiene usted una cuenta en Caja Madrid, sucursal de Príncipe de Vergara 32, ¿eso
es cierto?
R.: -Mire, según consejo de mis
abogados no voy a responder a ninguna pregunta.
El Juez.: -¿A ninguno de los
restantes letrados tampoco?
R.: -No, según el consejo de mis abogados,
no Señoría, no voy a contestar a ninguna.
El juez Pedreira no le quita la
vista de encima a la esposa de Bárcenas durante toda la declaración. Intenta
formarse una opinión directa, más allá de lo que consta en los informes policiales.
Más allá de lo que estiman las dos fiscales que le han pedido la comparecencia.
Pedreira tiene la impresión de que no existen indicios suficientes. Y a la luz de
la declaración su convicción se ha fortalecido.
Antes de abandonar la sala, Rosalía Iglesias
pregunta al juez si puede entregarle un documento. El juez asiente. Son tres
carillas en las que su marido busca aclarar la evolución de su patrimonio desde
1984, año en el que compraron su primera casa.
Según el texto, trabaja Bárcenas
como economista en el departamento financiero de Alianza Popular. Solicita una
hipoteca para comprar en dicho año una casa por el equivalente de 35.000 euros.
En 1986, adquiere una parcela en Pozuelo de Alarcón por valor de 30.000 euros.
Vende ambas con plusvalías. En 1988, pide una
hipoteca por las dos terceras partes de su valor, 72.000 euros.
Bárcenas va mucho más a mejor a
partir de 1990. Compra en 1992 un estudio por 78.000 euros, una casa en
Marbella, 84.000 euros, con una hipoteca por el 90 por ciento del valor. El patrimonio
inmobiliario acumulado por Bárcenas, con varias hipotecas, llega a 39 millones
de pesetas o 235.000 euros. Son tres inmuebles y una plaza de garaje.
Bárcenas asciende a la gerencia del partido.
Álvaro Lapuerta es tesorero nacional.
Su relación con Francisco Correa es,
en esos años, muy estrecha. Y realiza compras y ventas que le han llevado a
pagar oficialmente 1,8 millones de euros en los últimos años por diversos
inmuebles. Su patrimonio pasa de 235.000 a 1,8 millones de euros, ocho veces más.
Sin contar la revalorización. En 2008, adquiere una casa de lujo en Baqueira
Beret.
Bárcenas paga un millón de euros por
esa casa de fin de semana. Esta vez no hay hipotecas. Paga con cheques.
Jorge Trías visita al juez Pedreira
el 26 de abril. Han pasado cinco días desde la declaración de la esposa de
Bárcenas. Y vuelve a visitarle en la primera semana de mayo. El juez se muestra
discreto. El día 6 de mayo de 2010, Pedreira dicta el auto de
sobreseimiento parcial y provisional de Rosalía Iglesias. Según el juez «no se
puede atribuir responsabilidad penal a la esposa del aforado si desconoce cómo
se tramita por el marido la liquidación tributaria dada la especialidad del Sr.
Bárcenas cuando Dña. Rosalía Iglesias ha reconocido que tenía plena confianza
en su marido y toda la administración de los bienes y del metálico la había
llevado este». El juez señala que «si surgen nuevos indicios o documentación no
tenida en cuenta», la esposa de Bárcenas puede volver a ser imputada.
Jorge Trías cree que ha puesto su grano
de arena para lograr la decisión de anular la imputación de Rosalía Iglesias,
aunque sabe que ha sido el juez Pedreira quien no ha visto razones para
mantener la situación después de verla declarar. Pero, todos aquellos
dirigentes del PP que han seguido sus movimientos sobre Pedreira interpretan
que algo ha tenido que ver con el desenlace provisional.
Trías mantiene las visitas durante
lo que queda del mes de mayo al juez como si no hubiera pasado nada. La gran
asignatura pasa ahora por «salvar a Bárcenas».
Rajoy le muestra a Bárcenas y su
esposa su simpatía por el sobreseimiento provisional.
Pero el extesorero tiene una factura
pendiente con el PP. Quiere que se le reconozcan los 200.000 euros que, según
sostiene, son los gastos de abogado previos a su abandono del escaño de
senador. Bárcenas ya no tiene despacho. Pero sus cajas de papeles y dos ordenadores
personales son depositados en una sala de reuniones llamada Salón Andalucía.
Para mantener la intimidad, Bárcenas
ha cubierto los cristales con vinilo, cosa que María Dolores de Cospedal ordena
quitar poco después.
EL «GIRO COPERNICANO»
La ofensiva por la nulidad de las actuaciones
conoce un nuevo paso adelante. Trillo, en contacto con las defensas de varios acusados,
lo estaba esperando. El abogado Ignacio Peláez presenta el 24 de mayo un escrito
al Tribunal Supremo por el cual pretende ampliar la querella contra Garzón para
incluir a las dos fiscales del caso Gürtel, Miriam Segura y Concha Sabadell, a
quienes acusa de diversas maniobras judiciales en connivencia con el juez
Garzón. Ya en su querella contra Garzón, el abogado pedía que se tomase
declaración a las fiscales en calidad de testigo en relación con la grabación
de las conversaciones en prisión. Pero a la vista de que el magistrado instructor
no estaba por la labor, Peláez decide dar un paso más adelante.
El 27 de mayo, el magistrado Alberto
Jorge Barreiro dicta dos providencias por las cuales pide que el juez Pedreira
le remita a la mayor brevedad posible testimonio de todas las actuaciones
practicadas desde el inicio de las diligencias del juez Garzón hasta el auto
del 20 de abril por el cual Pedreira prorroga las grabaciones en prisión. La
mayor parte de las peticiones atienden a lo que pide el juez Garzón para su
defensa en la causa que se le sigue. Hay otras que han sido solicitadas por el abogado
Peláez. La petición del magistrado no trasciende.
El 1 de junio de 2010, Trías escribe
una carta a Mariano Rajoy. «No comparto alguna de las ideas de la estrategia
jurídica del PP. Creo que habría que dar una batalla importante contra la
politización de la Fiscalía. En cambio, yo apoyaría a los jueces en su labor de
esclarecer los casos de corrupción», dice. Y añade: «Te confieso que me
sorprendió que nadie me haya telefoneado ni que me hayan dado las gracias por
el esfuerzo personal que le he dedicado a este tema».
Pero es Trillo quien impulsa esa politización
a través de la manipulación de las decisiones judiciales. En la mañana del día
3 de junio, dos periódicos informan de que el Supremo está investigando la
querella de Peláez y señalan, erróneamente, que el juez Jorge Barreiro ha
dictado dos providencias al respecto. Y sin conocer exactamente de qué se trata,
ni falta que le hace, salta al ruedo. El día 3 de junio, interpreta que las
peticiones del magistrado del Supremo se refieren a la ampliación de querella
de Peláez, para incluir a las fiscales. Trillo difunde un comunicado. «El caso Gürtel podría dar un giro copernicano», señala.
«Ha tenido que ser el Tribunal Supremo quien demuestre a las dos fiscales que
habían violentado la presunción de inocencia y que habían actuado de manera
sectaria al margen de la ley, al ocultar la prueba que exculparía al presidente
de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps». Trillo da por hecho lo que afirma
Peláez en su escrito, a saber, que «las fiscales buscaron el momento oportuno
para que Garzón se quedara con el caso». Si se demuestra «tendrá consecuencias
gravísimas».
Preguntado ese día por la
interpretación de Trillo, el abogado Peláez declara: «La verdad es que no lo
entiendo. Si hubiese habido un auto del juez o de la sala, me lo habrían notificado.
En cambio, sí me han dado traslado de dos providencias, que nada tienen que ver
con la ampliación de mi querella inicial». Lo mismo da, tanto monta, monta
tanto.
Continúa Trías sus visitas a
Pedreira. El 4 de junio de 2010 pasa a verle. Pedreira está preocupado por las
providencias que ha enviado el magistrado del Tribunal Supremo, en las que pide,
entre otras cosas, el auto del 20 de abril de 2009 por el cual se han
prorrogado las grabaciones. Vuelven a encontrarse el 8 de junio, fecha en que
Trías se despide del juez.
Sale a un viaje de doce días cuya
organización tiene lista su amigo Luis Fraga.
Jorge Trías, Luis Fraga y Luis
Bárcenas cogen en Barajas el vuelo Madrid-Moscú. En la capital rusa toman un
avión con destino al aeropuerto de Biskek, en el sur de Siberia. Y de allí se
dirigen a Barnaúl, capital de Krai de Altai, para trasladarse en jeep
hacia las estribaciones del Monte Altai, en la frontera de Kazajstán, China y
Mongolia, el lugar donde se eleva el macizo al que llaman las Montañas Doradas
de Asia. El objetivo es hollar la cumbre del monte Belukha, que se sitúa a 4.506
metros. Mientras sus amigos realizan la ascensión, Trías, montañero aficionado,
les espera en el lago Akkem, en una cabaña. Pasea a caballo, tras comprarse
uno, la única manera de practicar equitación en aquel paraje, y se apunta, sin
saber dónde se mete, a hacer rafting en el río Katun.
Al regresar, el 22 de junio, se da
unos días de margen. Una semana más tarde, el 29 ya está otra vez en harina. Es
el día, el último antes de vacaciones, en que ve al juez Pedreira.
El juez Garzón lleva como asesor en
el Tribunal Penal Internacional, La Haya, Holanda, desde el mes de mayo, cuando
es suspendido por el Consejo General del Poder Judicial a raíz de la apertura
de juicio oral contra él en el Tribunal Supremo por un presunto delito de prevaricación
en relación con el caso de los desaparecidos bajo el franquismo. Trías tiene previsto
ir a verle a finales de agosto. Pero, antes, vuelve a escribir sobre el juez,
el 2 de agosto de 2010 en la tercera página del ABC, donde defiende las escuchas en
prisión ordenadas por Garzón y ratificadas por Pedreira. «Ahora los jueces
deben caminar, machete en mano, desbrozando cañaverales y llanas y sorteando
todo tipo de peligros para no caer en la casilla reservada a la
“prevaricación”, que, como en el juego de la Oca, te ordena retroceder casillas
o, incluso, volver a la “salida”», señala.
Trías viaja a La Haya. Garzón le
presenta a Luis Moreno Ocampo, fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional, el
hombre que acoge al juez cuando en mayo pasado el Consejo General del Poder
Judicial le suspende en sus funciones. La relación entre Trías y Garzón se convierte
en amistad.
En la primera semana de septiembre
de 2010, Jorge Trías sabe por Luis Bárcenas que Federico Trillo ha cobrado
aquella factura de casi 70.000 euros por su intervención en el caso Gürtel. El extesorero le aporta una copia.
Trías, por su parte, está con
necesidades de dinero. El día 3 vuelve a encontrarse con Pedreira. Y toma la
decisión de presentar una factura al PP por sus servicios en el caso. ¿No se ha
creado una situación de facto en la cual está colaborando con los más
importantes líderes del PP en este caso? Se pone de acuerdo con Bárcenas para
hacer llegar la factura al partido. El extesorero le proporciona el número de
NIF. Es el G28570927. He aquí el concepto: «Por trabajos de asesoría realizados
a petición del Partido Popular y sobre distintos asuntos de naturaleza jurídica
penal, así como de sus consecuencias, desde el mes de julio de 2009 hasta julio
de 2010». El importe bruto de los honorarios: 45.000 euros, más el 18% de IVA,
8.100, da un líquido a pagar de 53.100 euros.
Pasan unos quince días. Bárcenas
llama a Trías para darle la mala noticia. Se ven. El extesorero le da un sobre
grande con membrete del Partido Popular. Dentro viene la factura plegada en
dos. Según Bárcenas, Arenas le ha dicho que el PP no pagará por un trabajo que
no ha encargado. Trías habla con Pedro Gómez de la Serna, quien le suele
acompañar en parte de su travesía al Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
- Has cometido un error, Jorge.
¿Cómo es que no me has dicho nada? -le dice su colega.
PRÓXIMA ENTREGA:
LA TENTACIÓN DE TIRAR DE LA MANTA
LA TENTACIÓN DE TIRAR DE LA MANTA
Exhaustivo y bien documentado. Comparto.
ResponderEliminarY lo que falta por publicar. Poco a poco. No hay nada limpio en política. Aquí todo el mundo quiere sacar tajada.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMuchas gracias por informarnos sobre el caso barcenas...
La verdad es que España esta fatal, y todavía más si nos roban, creo que todavía nos quedan muchos más casos como este lamentablemente, es el pan de cada día.
Un besito muy fuerte
Perdona por no responder de inmediato o responder tan tarde pero estábamos preparando el epílogo y hemos tardado más de lo que pensábamos. Hay muchos más casos como dices, y otros muchos que no sabemos. Gracias por estar ahí y escribirnos.
EliminarSaludos.