LA TENTACIÓN DE TIRAR DE LA
MANTA
Es la mañana del 20 de octubre de 2010. El juez Garzón eleva un escrito al Tribunal Supremo. Solicita la comparecencia de varios testigos en la causa que se le sigue de las grabaciones de los presos y letrados en prisión.
Los medios de comunicación destacan
la petición de declaración más importante: el juez Pedreira. Ese día, Trías
visita al juez. Su opinión es que debe prestar declaración para salvar a
Garzón. Pedreira se lo comenta a su amigo, el catedrático Manuel Lozano.
- Es extraño, mira lo que me ha
dicho Trías…
-Pero Toni, cómo vas a hacer tú eso…
Te está liando…
Finalmente, Pedreira no será llamado
a declarar.
El 4 de noviembre de 2010, Manuel Lozano
acude a la presentación del libro Liberales en el Círculo de Lectores, en la calle O’Donnell, cuyo
autor es el diputado José María Lasalle, santanderino, exalumno suyo en la
Universidad de Cantabria. El portavoz de Cultura del PP cuenta en la mesa con
la presencia de Mariano Rajoy. Cuando acaba el acto, Lozano, que se ha
encontrado con su amigo Esteban González Pons, da unos pasos hacia Rajoy:
- Soy muy amigo del juez Pedreira…
- Ah sí…
- Sé que tenéis un parentesco
lejano…
- Sí, sí…
Jorge Trías, precisamente, se cruza
alguna vez con Lozano en el despacho de Pedreira, pero se intercambian poco más
que un saludo.
Trías también ha oído que Lozano,
por ser catedrático de Derecho Procesal, colabora en las resoluciones de
Pedreira, cosa que Lozano niega. Esa distancia es comprensible. Un intruso se
ha adueñado de la atención del juez. Bárcenas vive cada vez con más ansiedad la
lentitud del procedimiento judicial. Ni él ni sus abogados Miguel Bajo y
Alfonso Trallero tienen dudas de que el Tribunal
Superior de Justicia de Madrid es el órgano conveniente. Trías, a su vez, ya ha
consolidado su relación con el juez. Su presencia ante él es algo rutinario,
normal. Bárcenas cree que ha tenido influencia en la decisión de sobreseer provisionalmente
a su esposa. Una vez a la semana, otras veces dos, un café o una comida. Trías
está al pie del cañón en la plaza de las Salesas. Esa ansiedad lleva a Bárcenas
a avizorar la posibilidad de presionar al PP para que a su vez utilice más a
fondo sus contactos en la judicatura para liberarle de la persecución penal. En
esa carpeta de cuero que lleva pegada como una lapa a su cuerpo, ¿qué papeles
hay? Depende.
El 29 de noviembre de 2010, Trías
visita al juez Pedreira, quien acaba de dictar un auto de importancia por el
cual levanta parcialmente el secreto del sumario. Bárcenas se cita ese día 29
con el periodista José Manuel Romero, subdirector del diario El País, en el hotel Santo Mauro de la calle
Zurbano, a la vuelta del bufete de Trías. El extesorero no acude solo. Le
acompaña Trías. Es Bárcenas quien presenta a ambos. Durante la conversación,
Bárcenas ejemplifica asuntos que pueden afectar a personas del Partido Popular.
Muestra algunos papeles como la declaración de bienes que ha realizado Jorge
Moragas, coordinador de Presidencia y de relaciones internacionales y miembro
del comité ejecutivo nacional, en el Congreso de los Diputados. Según dice, hay
unos ingresos en actividad por cuenta propia que no ha declarado. Se refiere a
la sociedad Ediciones de Cobre, con domicilio en la calle Folgueroles de
Barcelona, que ha vendido al PP, el 15 de diciembre de 2008, 100
carteras de mano, de piel, otras 100 de charol y 200 tarjeteros de piel, todo
por valor de 7.868 euros. Habla de María Dolores de Cospedal, su bestia negra.
Alude a una comida con la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC)
en relación a un concurso de limpieza en Toledo. Dicha empresa hace un donativo
anónimo de 500.000 euros, pero parece que se ha evaporado.
Bárcenas habla también del
patrimonio de la secretaria general del PP y de su compra de la «tradicional
finca de campo toledana» situada en Los Cigarrales, Toledo, valorada por la
inmobiliaria Knight Frank en 2,3 millones de euros. Asegura, también, que
contra lo que se dice, el PP ha pagado una factura de abogados de Jesús
Sepúlveda.
Bárcenas, pues, está embarcado en
una estrategia de presión sobre el PP y algunos de los dirigentes que
identifica como los responsables de su ruina. Pero, aparte de estos trapos
sucios de «calderilla», Trías intuye, por lo que le va contando Bárcenas, que
posee un cañón Bertha, un mortero de asedio. El registro de entrada y salidas
de una parte del dinero que el PP recibe en donaciones anónimas y que presuntamente
se distribuye, en muchos casos, como complementos salariales entre la cúpula de
la organización durante largos años.
El 30 de noviembre de 2010, el periodista
José Manuel Romero vuelve a encontrarse con Bárcenas y Trías. El extesorero del
PP le muestra una de las fotocopias de las catorce que tiene. Se pueden ver las
anotaciones a mano de las cantidades y nombres escritos en las columnas
cuadriculadas. El periodista se quedará durante más de dos años con esa imagen
en la retina. No sabe que será la imagen de su desasosiego.
Más tarde Romero y su equipo
intentarán llegar a los papeles abriendo otras puertas. Si no los papeles,
podrá conocer la versión del otro personaje que supuestamente también ha visado
el documento. Fuentes próximas al extesorero Álvaro Lapuerta confirman que esa contabilidad
de andar por casa, de tendero de ultramarinos, más que de licenciado de Ciencias
Empresariales del Icade-Universidad de Comillas, haberla, hayla. Ese libro de
caja donde se consignan pagos de complementos salariales, muchas veces en
metálico, otras en transferencia bancaria, existe.
Trías recibe a Bárcenas en su bufete
de la calle Almagro 13, donde se reúnen a menudo. Atraviesa con el abogado una
pequeña sala repleta de libros. Bárcenas se sienta ante una mesa cuadrada y
saca un documento manuscrito. Son catorce fotocopias de un libro de caja, de
entradas y salidas, con pagos periódicos trimestrales y semestrales. Hay cuatro
folios que pertenecen a un libro de caja, cuadriculado, que fabrica la casa
tradicional de papelería de Barcelona Miquelrius y los demás son de otra marca.
Hay tres folios que están en blanco. Las anotaciones van de 1990 a 2009. Pero
faltan cuatro años: 1993, 1994, 1995 y 1996.
- Quiero que pienses en una
estrategia –le dice Bárcenas.
Después de repasar las páginas un momento,
a Trías le resulta difícil contener el aliento.
- Pero Luis, esto es gravísimo.
Tendría que verlo con detenimiento. Bárcenas le advierte que estos documentos
están visados tanto por él como por Álvaro Lapuerta, su jefe hasta
que en 2008 le cede el bastón de mando de tesorero nacional. ¿Será cierto lo
que afirma Bárcenas?
Trías se sienta en su mesa de
trabajo rectangular de madera color roble, a juego con los demás muebles, con
un iMac al costado.
Los mira una y otra vez con un lápiz
en la mano. Figuran allí empresas que han aportado donaciones anónimas al PP.
Presuntos pagos a Mariano Rajoy, bajo las siglas M. R., M. Raj, Mariano,
Mariano Rajoy y Mariano R., por valor de 337.373 euros en entregas trimestrales
o semestrales, entre 1997 y 2008, según 37 apuntes contables. Hay una partida
de 20.787 euros con la notas «Trajes Mariano», «Corbatas presidente» y «Trajes
M.R».
Aparecen como presuntos receptores
de pagos realizados de manera periódica Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Javier
Arenas, Francisco Álvarez-Cascos, Ángel Acebes. Otros dirigentes cobran de
manera esporádica. María Dolores de Cospedal aparece con dos presuntos pagos de
7.500 euros trimestrales cada uno en la segunda mitad de 2008, fecha en la que
es nombrada secretaria general del PP.
No aparece en cambio el nombre de
José María Aznar. Por el lado de los presuntos ingresos, aportan, según los
registros, Juan Miguel Villar Mir, presidente del grupo OHL
(Obrascón-Huarte-Lain), y Luis del Rivero, presidente de Sacyr Vallehermoso en
aquella época, con 530.000 euros y 480.000 euros, respectivamente. Mayor
presencia con donativos tienen el promotor de Málaga José Luis Sánchez
Domínguez, presidente del grupo Sando, que aporta en cinco años 1,15 millones de
euros. En 2000, el Gobierno de José María Aznar, cuando Miguel Pimentel es
ministro de Trabajo, concede a Sánchez Domínguez la Medalla de Oro al Trabajo.
El nombre de Manuel Contreras o M. Contreras
figura con donativos de alrededor de un millón de euros. Corresponde a la
empresa AZVI. Manuel Contreras Caro sucede a su padre, Manuel Contreras Ramos,
en el año 2005 en la presidencia de AZVI, una empresa familiar andaluza. Hay otros
ingresos procedentes de personas imputadas en la trama G ü r t e l como Pablo Crespo, uno de sus cabecillas;
Juan Cotino, de Sedesa, y Alfonso García Pozuelo, presidente de Construcciones Hispánica,
una empresa que ha hecho negocio con la trama Gürtel. Hay nombres como el de Camilo José Alcalá, presidente
de la constructora de obra pública Cyopsa-Sisocia; Juan Manuel Fernández Rubio,
director general técnico de Aldesa Construcciones, Copasa, Copisa; Ignacio
Ugarteche, del holding constructor inmobiliario y de servicios vasco Urazca, y
Antonio Vilella (Construcciones Rubau). Unos donativos entregados en 1997 están
a nombre de «López H.» por importe de 15 millones de pesetas o 90.150 euros. En
1998, hay otra aportación, esta de 4 millones de pesetas. Al parecer se trata
de Ignacio López del Hierro, quien se casará muchos años después, en 2009, con
María Dolores de Cospedal.
Está en la soledad de su piso.
Suelos de tarima que ha decidido pintar de blanco. Y paredes blancas. Muebles
de aglomerado de madera con lamas de color roble realizados en un diseño
espartano. Los papeles que le ha dejado Bárcenas le quitan a Trías el sueño. Es
como si estuviese en una película. Guarda las fotocopias en una carpeta en la zona
de estudio del salón, que está rodeada de librerías color roble. Esta carpeta
es el símbolo del desasosiego de Jorge Trías Sagnier. Y de su gran aventura.
El domingo 5 de diciembre de 2010,
las partes ya pueden acceder por vía informática a datos hasta ahora secretos
del sumario. El juez ha firmado el auto el 27 de noviembre. Entre ellos se
cuenta el auto del 20 de abril de 2009 por el cual Pedreira prorrogó la
grabación de las conversaciones en prisión.
Pedreira está, también, cada vez más
ansioso. La sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de
Madrid, es decir, su presidente, Francisco Javier Vieira, le está urgiendo a
resolver la petición de sobreseimientos.
En los últimos meses de 2010,
Francisco Álvarez-Cascos presiona a Mariano Rajoy para ser el candidato del PP
en las elecciones de la Comunidad Autónoma de Asturias de mayo de 2011. Pero el
exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar no las tiene consigo.
Mientras espera la respuesta del
partido, Álvarez-Cascos habla con su amigo, Luis Bárcenas, para pedirle
consejo. El extesorero del PP propone a Jorge Trías organizar un encuentro en
su bufete de la calle Almagro.
Trías conoce a Álvarez-Cascos de la primera
legislatura de Aznar. No tiene un buen recuerdo de sus relaciones con el que
fuera también secretario general del PP en la época en la que Francisco Correa
empieza su relación con el partido. Sus contactos
siempre han tenido a Aznar como interlocutor, primero del PP y más tarde de
FAES. Pero no pone obstáculo a la propuesta de su amigo Bárcenas.
Los tres se reúnen en el despacho.
Bárcenas le explica a Álvarez-Cascos
todos los pasos administrativos para crear una organización política y los
pasos para conseguir financiación. Escribe en unos folios, mientras se
desarrolla la reunión, el plan de acción. Trías le pide a su secretaria,
Margarita, que pase a máquina el documento. Álvarez-Cascos se lo lleva. El
original manuscrito de Bárcenas se destruye.
Bárcenas, ahora, a finales de 2010,
hace una reserva para un nuevo periplo que tiene previsto realizar en la
temporada marzo, abril, mayo de 2011. Quiere practicar heliesquí en lo que
llaman «la joya del Atlántico Norte», las montañas de Groenlandia. El 29 de
noviembre, Iván Yáñez ordena a madame Stimoli una transferencia de 15.000 euros desde su
cuenta de la sociedad Grandal a una cuenta de Beyond Boundaries («Más allá de
las fronteras»), la empresa que organiza los viajes por todo el mundo, desde
Alaska hasta la Antártida.
¡VIRGENCITA, VIRGENCITA, QUE ME QUEDE CON MI
JUEZ!
El abogado José Antonio Choclán, exmagistrado de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, pide la libertad provisional de su cliente, Francisco Correa, en prisión desde primeros de 2009. El juez Pedreira la deniega. La defensa solicita la recusación del juez. Algunos abogados de otros imputados la secundan. Es el caso del exconsejero de la Comunidad Madrid, Alberto López Viejo, y del diputado autonómico Alfonso Bosch. Pero no, gracias, afirma la defensa de Bárcenas. El juez José Manuel Suárez Robledano rechaza la recusación a primeros de diciembre de 2010. Pero la batalla sigue. El abogado de Correa recurre en queja al Tribunal Supremo.
A Bárcenas todo esto no le interesa.
Quiere declarar ante Pedreira. En la
última semana de febrero de 2011, su defensa solicita comparecer. El juez le
cita para el 28 de marzo. Será la segunda vez que declara, desde su primera
comparecencia en el Tribunal Supremo, el 22 de julio de 2009. Pero
antes, Pedreira tiene previsto tomar declaración a un empresario. Es el 3
de marzo de 2011. Rafael Naranjo Anegón, expropietario de la empresa Sufi, está
acusado de un delito de cohecho continuado. Ha pagado una comisión de un millón
de euros en dinero negro por la adjudicación de un contrato de limpieza en Moratalaz,
Madrid, en 2004. Y ha sufrido un ictus. Por fin, puede declarar.
El juez:
-Aunque fuese cierta la historia, que
yo creo que es increíble, me resulta todavía más exagerada su versión. Es
decir, no recuerda dónde ingresó un millón de euros, la cuenta donde ingresó.
Recuerda que tenía el dinero en Suiza, pone usted el dinero en lugar de ponerlo
la sociedad. Y ahora me dice que con ese dinero se van de viaje… ellos. No sé quiénes
son ellos….
R.: -Yo tampoco.
P.: -Y usted reconocerá que la
historia es increíble.
R.: -Pues eso le dijeron también a
mi hijo cuando le convocaron.
Es la contrata de la limpieza viaria
en el distrito de Moratalaz. Naranjo mantiene conversaciones con el consejero
de la Comunidad de Madrid, Adolfo López Viejo, responsable de los servicios de
limpieza viaria.
El nombre de López Viejo es
importante. Está imputado como presunto autor de los
delitos de cohecho, tráfico de influencias, fraude fiscal, asociación ilícita,
blanqueo de capitales y falsedad. Pero Naranjo no identifica a las personas que
negociaron con él concretamente el pago de la comisión. Él tiene en aquel momento,
siete meses después de la adjudicación, una cuenta en Suiza. A sus interlocutores
les viene de maravilla. Puede pagar el millón directamente desde su cuenta a otra
que le proporcionan ciertos responsables del Ayuntamiento.
P.: -La cuenta, ¿era privada o de
una entidad pública?
R.: -Me dijeron que había que
mandarlo a esa cuenta, y lo mandé. Fue una persona del Ayuntamiento. No
recuerdo quién. Había una serie de asesores. Lo que sí recuerdo es que nos dio
el número de la cuenta a la que teníamos que hacer la transferencia, y es lo
que hicimos.
La Fiscal:
-¿Con quién mantuvo usted reuniones
en la Comunidad de Madrid?
R.: -Me reuní varias veces con el viceconsejero
Alberto López Viejo.
Naranjo sostiene que los pliegos
técnicos le obligaban a pagar el 3 por ciento del total de la cantidad que
recibiría del Ayuntamiento durante los diez años del contrato. Y, asegura que
le dijeron, personal del Ayuntamiento, iba a utilizar el dinero para realizar
viajes por Europa con el fin de conocer el servicio de limpieza de otras
capitales y para campañas de concienciación ciudadana.
- No solo pasa en el Ayuntamiento de
Madrid. Está muy generalizado en otros Ayuntamientos, pues indica mejoras para
la recogida y para el aspecto de la ciudad y para la colaboración ciudadana
El juez:
-Para eso están los impuestos. Para
cumplir esa finalidad están los impuestos, no los pliegos especiales.
R.: -No podemos dejar de acudir al concurso.
Si es que no, la culpa no la tenemos nosotros, la culpa la tienen, pues no sé,
las estructuras.
P.: -El primero que tiene la culpa
es el que pone el dinero.
R.: -El pliego está tan claro que no
había lugar. La otra posibilidad era hacerle un pleito al Ayuntamiento para que
quitara eso [el pago del 3 por ciento]. Un contratista no puede ir contra la
Administración, porque es suicida. O sea, si han establecido esas reglas del
juego.
P.: -Si un contratista no puede ir
contra la Administración, no es el imperio de la ley, es el imperio de la
arbitrariedad. Aunque en España se ignora, las comisiones rogatorias ya tienen
efecto. Bárcenas está preocupado. La mañana del 17 de marzo de 2011, Agathe
Stimoli recibe del servicio jurídico una comunicación del Ministerio Público de
la Confederación Helvética, que acaba de llegar. Han decidido bloquear la
cuenta 2002.594 de la sociedad Granda Global y piden la entrega de información.
A las cinco y media de la tarde le envía un fax a Iván Yáñez con la noticia.
El 28 de marzo de 2011, Bárcenas
declara durante cuatro horas. Ha llegado con una de sus carpetas. Como ya
hiciera ante el magistrado Francisco Monterde, en el Tribunal Supremo, Bárcenas
asegura que él no es L.B. y pone a caldo a los autores del informe de la
policía judicial, uno de cuyos responsables es el inspector Manuel Morocho
Tapia. ¿Por qué no se investigan a otros Luises que aparecen en otros informes?, dice. Se refiere a
aquellos que él mismo ya ha nombrado en el Tribunal Supremo: Luis Delso y Luis
Bagchus. «Estos informes son inconexos y no hay en ellos prueba alguna de
verdad contra mí», explica.
Las fiscales, interesadas por el
delito de cohecho que se imputa a Bárcenas, preguntan por los viajes que abona
Pasadena Viajes, la empresa de Correa, al extesorero y su familia, que, según
viene en un informe policial del día anterior, 27 de marzo, ascienden a 133.262
euros entre 2000 y 2004. Son viajes a Cuba, México, Italia y Suiza, y a
ciudades españolas como Alicante, Granada o Marbella, de los que se benefician
Bárcenas, su esposa Rosalía Iglesias y familiares directos de ambos. El citado
informe revela, además, que Correa colocó a Alberto Bárcenas, hermano del extesorero,
en una empresa vinculada a la red, denominada Gabinete de Viajes, y que sufragó parte de su nómina, en
total unos 20.000 euros.
Bárcenas, cuyo objetivo es mostrar
gran aplomo ante el juez Pedreira, que ve por primera vez su actuación, afirma
que se ha pagado los viajes de su bolsillo, y que nunca favoreció a las
entidades de Francisco Correa y Pablo Crespo a la hora de adjudicarles contratos.
En este punto, intenta impresionar al juez. He sido yo, viene a decir, quien
les apartó del PP. El juez presta mucha atención a sus argumentos.
Pese a la documentación, Bárcenas se
resiste a justificar alguno de estos viajes a preguntas de las fiscales, como,
por ejemplo, uno que años atrás hizo a Alaska por valor de 20.000 euros. En
ciertos momentos, pese a su contenido aplomo, le sale el Bárcenas que lleva dentro.
Sin perder los nervios, pero displicente, dice que él «no tiene por qué dar explicaciones»
de los viajes que realiza. Pero, quizá en atención al juez, matiza su pasión
por los deportes de riesgo, y asegura que este viaje a Alaska, donde practica
heliesquí, se lo pagó él, como todos los demás.
También explica por qué ha devuelto
el crédito de 325.000 euros cuyo destino era pagar un cuadro del pintor barroco
Juan Van der Hamen y León, afincado en Málaga, que nunca se compra. La mujer de
Bárcenas es aficionada a la restauración de muebles y querían adquirir la obra
como inversión, para revenderla por 450.000 euros una vez restaurada. Al darse cuenta
de que la operación no iba a ser rentable desisten de la compra. Ahora bien, en
otro gesto dirigido a Pedreira, el extesorero admite que comete el error de no
incluir en su declaración patrimonial de 2002 el importe de ese crédito.
No es cierto que la contratación con
las empresas de los señores Correa y Crespo ha sido extraña ni irregular,
sostiene Bárcenas, y que su amistad se rompió en 2004, motivo por el que aquel
se refería a él como «Luis el Cabrón».
Por tanto, a tenor de lo que dice,
L.B. no es Bárcenas, pero sí que es Luis el Cabrón. El extesorero quiere sacar
la parte buena para él de la anotación. En tono de confesión, señala que, en
cuanto tuvo constancia de irregularidades en las actuaciones de Correa, se reunió
con otros dirigentes populares y él personalmente le comunicó a Mariano Rajoy
la conveniencia de romper las relaciones comerciales con sus empresas, una
instrucción que también se envió a Valencia. Bárcenas ha reconocido que el
líder del PP hizo caso a su consejo, al contrario de Valencia, que siguió contratando
con el jefe de la trama.
Bárcenas ataca a la Policía. Pero
también critica la actuación del fiscal general del Estado, Cándido
Conde-Pumpido. «Se muestra más complaciente con Bono que conmigo», en alusión a
que la Fiscalía no ha emprendido acciones contra el exministro José Bono a raíz
de las denuncias contra él por el incremento de su patrimonio. Se queja del
perjuicio que su imputación durante casi dos años ha supuesto para su
reputación laboral.
Todas las demás acusaciones, son,
según Bárcenas, una fabricación. Según los informes policiales, basados en la
contabilidad B, contenida en el pen drive del contable José Luis Izquierdo, habría percibido de
la trama cerca de 1,3 millones de euros en comisiones por mediar ante
Administraciones gobernadas por el PP para obtener contratas a favor de la red de empresas corruptas o empresas
afines, como Tecnología de la Construcción (Teconsa).
Entre esas comisiones, la Policía
actualiza informes anteriores, según los cuales Bárcenas cobró 18.600 euros en
relación con la adjudicación en 2003 de la variante de Olleros de Alba (León) a
la firma Teconsa; otros 24.000 por otra carretera adjudicada también a Teconsa
en Villanueva de Mena (Burgos), y otros 60.000 por la adjudicación a una Unión Temporal
de Empresas (UTE), en la que también estaba Teconsa, de una planta de tratamiento
de residuos en la provincia de Salamanca.
Según el informe policial, Bárcenas
no paga los viajes, pero obliga a la red a emitir facturas como si los hubiese
abonado. La Policía fundamenta su afirmación en la propia declaración de Miguel
Ángel Esteban, director financiero de la empresa que tramitó esos viajes por
indicación de Correa, Gabinete de Viajes, administrada por Inés Fierros, muy amiga
en su día del jefe de Gürtel.
Esteban señala que Barcenas pidió
que le hicieran justificantes de que él pagaba los viajes, pero «la realidad»
no era esa. Según Esteban, los abonó la sociedad de Correa Special Events, una
sociedad que también emitió facturas ficticias a entidades vinculadas al PP, al
Grupo Popular Europeo y al PP de Castilla-La Mancha para ocultar los beneficiarios
de los viajes. Todo este sistema de compensación a través de facturas
ficticias, que recuerda al caso Filesa del PSOE, aflora en la entrada y
registro de la Policía en la nave del polígono industrial de Alcorcón,
perteneciente a la empresa Easy Concept. Allí, precisamente, había archivadores
en la que se hacía referencia a la boda de Alejandro Agag, el yerno de José María
Aznar.
Bárcenas se marcha del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid bastante contento. De esta carpeta que ha
llevado han salido datos en línea con lo que ya había aportado su esposa al final
de su declaración, hace ahora casi un año, antes de su sobreseimiento
provisional. Pero, en cambio, la carpeta de los trapos sucios se queda en su
domicilio.
¿Repetición de la jugada? ¿Correrá
Luis Bárcenas la misma suerte que su esposa, a quien el juez Pedreira, tras su
declaración, le ha anulado la imputación? Pedreira ha quedado impresionado por
la seguridad de Bárcenas.
Aunque habitualmente discreto sobre
lo que pasa en el juzgado, comenta con el catedrático Lozano que el extesorero
del PP le ha dado vuelta y media al informe del inspector de Policía Morocho.
Lozano considera que tanto él como Pedreira son garantistas. Que sin pruebas
más o menos sólidas prefieren levantar una imputación a mantenerla. Lozano, en cambio,
ve con preocupación a otro imputado:
José Ramón Blanco Balín. Este y su
esposa le piden a Lozano que interceda ante Pedreira para que le reciba. El
juez se niega y sugiere que Blanco traiga el dinero que se había llevado fuera
y pacte con la Fiscalía Anticorrupción.
El catedrático Manuel Lozano recela
de Trías. Sobre todo, cuando el juez le cuenta que Trías le ha pedido que
declare a favor de Garzón en el Supremo. Y se lo dice.
- Toni, no sé yo, pero quizá hayamos
dejado a Federico Trillo al margen y no es bueno. No sé, me da que no es bueno.
Pedreira teme a Trillo. No verle el
rostro frente a frente ha sido todo un alivio para él. A mediados de abril de
2011, el juez anuncia a la prensa, en la puerta del Tribunal Superior de Justicia
de Madrid, que se plantea acabar la
instrucción de la causa antes de las
elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo de 2011 con un auto de
imputación de más de sesenta acusados. A los diputados autonómicos de Madrid
les falta tiempo para renunciar. El exconsejero de Deportes, Alberto López
Viejo, el exportavoz adjunto Benjamín Martín Vasco y Alberto Bosch, quieren
dilatar más el cierre.
Su renuncia al fuero supone enviar
la causa a otro tribunal, la Audiencia Nacional. Cualquier cosa es preferible.
Entregan su renuncia el 28 de abril de 2011.
La mañana del 29 de abril, la
Asamblea de Madrid, sin perder un minuto, hace efectiva la dimisión. La sala de
lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid pregunta a la
Fiscalía Anticorrupción cuál es el destino que debería darse al sumario. Esto
es: ¿qué tribunal debe continuar la investigación?
El tiempo apremia. El juez tiene
sobre la mesa la petición de sobreseimiento de Luis Bárcenas.
Trías propone al juez Pedreira, a sugerencia
de Bárcenas, mantener un encuentro en su despacho de la calle Almagro con una figura
del PP de rango importante para que le explique la posición del partido en el
caso. El cónclave será con Alfredo Prada, exvicepresidente segundo y
exconsejero de Justicia de la Comunidad de Madrid. Trías se lo vende a Pedreira
como lo que es: un hombre de confianza de Mariano Rajoy. Es actualmente responsable
de la Oficina del PP en el exterior.
Pero, bueno, eso no importa. Lo
mismo que puede representar al PP en el exterior, este licenciado en Derecho
por la Universidad de León y doctor en Derecho por la Universidad Rey Juan
Carlos puede ofrecerle la visión del PP, con mayor autoridad que Trías.
Al juez Pedreira le parece una buena idea.
Pedreira, acostumbrado a moverse en
taxi por la ciudad, se acerca a pie desde el Tribunal Superior de Justicia de
Madrid al despacho de Jorge Trías, en la calle Almagro. Sube las escaleras a la
primera planta del edificio. Y allí, en el despacho de Trías, el mismo que frecuenta
Bárcenas, en la misma mesa cuadrada, Pedreira escucha a Prada.
El representante del PP ante las organizaciones
del exterior hace una presentación sobre el caso. Explica al juez que no hay un
problema de financiación ilegal y que, en todo caso, se trataría de un grupo
que se habría enriquecido a costa del partido. Le explica al juez que es
inocente y que la batería de pruebas contra él es muy endeble.
El juez, que ya tiene una idea por
la viva impresión que le ha causado el extesorero en su comparecencia, se
aproxima a una decisión.
Problema: el propio juez ha
ordenado, a petición de la Fiscalía Anticorrupción varias diligencias en
relación con Bárcenas. Una de ellas es el informe definitivo sobre el delito contra
la Hacienda Pública solicitado a la unidad de auxilio judicial de la
Agencia Tributaria. Otra es esperar a los resultados de la comisión rogatoria
enviada a Suiza en relación con una cuenta corriente del extesorero. Y hay pendientes
declaraciones. Pero, de todas formas, ¿acaso la pérdida inminente de la competencia
en el caso no le impide tomar decisiones relevantes que deberían ser adoptadas
por el tribunal que se haga cargo de continuar la instrucción? Empieza una
carrera contrarreloj.
«¡HAY UN CURA, JORGE!»
El 4 de mayo de 2011, el extesorero del PP, Rosendo Naseiro, comparece ante el juez Pedreira. Aunque la prensa presenta su testimonio como un respaldo total a la coartada de Bárcenas sobre la compraventa de obras de arte, Naseiro se ha tentado la ropa. Confirma que le pide el dinero, 325.000 euros, a su amigo, y que este debe pedir un préstamo. Pero aporta un matiz y es que no admite que, como asegura Bárcenas, le hubiera entregado el dinero. Ya no lo necesitaba y compra los cuadros en el extranjero con su dinero y le da a Bárcenas 5.000 euros para compensar los gastos del préstamo. Niega, por otra parte, que Bárcenas hubiera tenido intención de comprar esos cuadros, y que se reuniera con él y con los marchantes de arte para la venta de los mismos.
El juez Pedreira pregunta si dispone
de las facturas de la compra de esos cuadros. No, responde Naseiro. Ha pasado
mucho tiempo y son muchas las compraventas que ha realizado en los últimos diez
años.
Pedro Gómez de la Serna, el
integrante del dúo dinámico que Javier Arenas ha ordenado formar con Trías para
seguir los pasos de Pedreira, ve con cierto asombro la relación de amistad,
personal y jurídica, entre el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid
y el hombre que va tocado de sombrero Stetson, el catedrático Manuel Lozano. Le parece una
personalidad extraña. El 9 de mayo de 2011 está todavía más sorprendido. Pero
es por otra cosa. Sabe que en esta carrera contrarreloj en la que está Luis
Bárcenas para conseguir que el juez Pedreira anule su imputación, ha aparecido
detrás de los bastidores un cura. Al reunirse con Trías, le dice:
- ¡Hay un cura, Jorge!
- Cómo dices, ¿a qué te refieres?
- Lo que oyes, hay un cura en esta
historia.
Bárcenas ha tocado a un cura…
- Pero qué me dices, me habría
enterado.
Luis jamás ha dicho palabra.
Pedreira está, por aquellos días,
dispuesto a cumplir su plan de terminar la instrucción.
Faltan trece días para las
elecciones municipales y autonómicas. Y tiene previsto tomar quince
declaraciones.
El 10 de mayo, un día después de que
Gómez de la Serna, que actualmente es diputado por Segovia y portavoz de la
Comisión Constitucional del Congreso, revelara a Trías la presencia de un cura
en la historia, la Fiscalía Anticorrupción solicita al Tribunal
de Justicia de Madrid que el caso Gürtel, ante la renuncia de los aforados de Madrid, se envíe
para continuar la instrucción al Juzgado nº 5 de la Audiencia Nacional, ahora,
tras la suspensión de Baltasar Garzón, en manos del juez Pablo Ruz. A petición
de la Fiscalía, el juez Pedreira suspende varias declaraciones, aunque por interés
de las fiscales mantiene otras. El 8 de junio de 2011, finalmente, el juez
dicta un auto.
Decide: «Inhibirse, por pérdida sobrevenida
de la competencia, del conocimiento de la presente causa, acordando su
devolución al Juzgado Central de Instrucción n° 5» de la Audiencia Nacional.
El juez señala que «la pérdida de la
competencia de esta Sala para el conocimiento de las actuaciones implica la
cesación, desde la firmeza de esta resolución, de toda actividad instructora en
esta causa por el magistrado instructor y para el conocimiento por este tribunal
de los recursos contra sus decisiones, salvo en aquellas actuaciones que sean imprescindibles
su práctica por su urgencia o inaplazabilidad, hasta la materialización de la remisión
de la causa al Juzgado Central de Instrucción n° 5 de la Audiencia Nacional».
La clave está en catorce palabras:
«Salvo en aquellas actuaciones que sean imprescindibles su práctica por su
urgencia o inaplazabilidad». El juez, cuando la resolución ya no puede ser
recurrida, y es, por tanto, firme, cesa en su instrucción… salvo si se trata de
asuntos de urgencia. La defensa de Correa quiere que el caso vuelva a la
Audiencia Nacional sin más dilaciones. Bárcenas no quiere que salga de las
manos del juez Pedreira.
Aquel mes de junio de 2011, el catedrático
Manuel Lozano cumple 62 años. A la cena que organiza para festejarlos acuden diversas
personalidades. Su amigo Esteban González Pons es una de ellas. Otra, cómo no, es
el juez Antonio Pedreira. Lozano presenta a ambos. Y mantienen una charla
animada.
Pedreira le cuenta algo que Lozano
ya le había dicho y es que había aceptado defender, en 1981, al capitán de
intendencia José Cid Fortea, uno de los militares acusado en el 23-F.
González Pons tiene el sentido
común, aunque deba morderse la lengua, de no mencionar el tema que como un
espectro ronda en aquellos días todas las conversaciones: el caso Gürtel.
El juez Pedreira recorre por
aquellas fechas la fase final de la instrucción y ya está perfilando la
decisión sobre el sobreseimiento de Bárcenas. No dice ni pío.
La sala de lo Civil y Penal del
Tribunal Superior de Justicia de Madrid resuelve el 20 de julio los recursos.
Señala que no cabe el recurso de casación y confirma la inhibición a favor de
la Audiencia Nacional. El envío del sumario es la única actividad pendiente.
Es Jorge Trías quien, después de la confidencia
de Gómez de la Serna, tiene la mosca detrás de la oreja. Él, que se siente tan próximo
a Bárcenas y que está trabajando codo a codo con él, que ha convocado al juez Pedreira
y a Prada a su propio despacho para hacer una escenificación frente al juez, desconoce
que hay otra persona que puede estar actuando en la sombra. Y nada menos que un
cura. Se dice a sí mismo que es una historia completa: políticos, comisiones,
sobresueldos, abogados, magistrados… y un cura. Están todos los que son. Se
encuentra, en ese momento, compitiendo con un cura. Él quiere salvar a Bárcenas,
pero parece que esa salvación está encomendada a un representante de Dios.
Cuando ve a Bárcenas, que está
esperando a Godot, es decir, la decisión de Pedreira, le dice:
- No me has dicho nada sobre el
cura, Luis. Así que hay un cura que tiene gran influencia en el juez…
- Sí, yo le conozco. Ya estoy en
contacto con él.
Trías advierte una cosa. Bárcenas no
quiere hablar más del tema. No sabe el abogado quién puede ser el sacerdote.
Ignora las relaciones de Pedreira, más allá de su amistad con el catedrático de
Derecho Procesal, Manuel Lozano. Ha visto en alguna ocasión, en el despacho de
Pedreira, a un hombre de gafas de metal, pelo gris, de mediana estatura. Pero no
ha prestado atención.
Están hablando, sin saberlo Trías,
de Francisco Santos. El cura conoce a muchos dirigentes del PP y del PSOE. Y a
abogados y hombres de negocios. Será más conocido, el jueves 29 de septiembre,
por un crimen en la iglesia de Santa María del Pinar: el sacerdote, que va a
oficiar la misa de San Miguel, sale a encender las velas y regresa a la
sacristía para vestirse cuando escucha las detonaciones. Un perturbado, Iván
Berral, mata de un disparo a Rocío Piñeiro Oitavén, joven gallega embarazada y
hiere de gravedad a otra feligresa, María Luisa Fernández. El cura sale hacia
la escena del crimen. Ve al asesino en el altar con la pistola y antes de que
pueda hacer algo, el hombre se suicida de rodillas ante medio centenar de
fieles. El bebé nace mediante cesárea en el propio templo.
El confesor de Antonio Pedreira lo
será, mira por dónde, también de Luis Bárcenas, quien visita la iglesia Santa
María del Pinar, escucha las palabras del sacerdote y le pide que le confiese.
¿Qué había sobre esta relación entre
Bárcenas y el padre Francisco Santos? En la tarde del 6 de marzo de 2013,
después de almorzar, el catedrático Manuel Lozano y el autor de este libro
visitan, previo aviso, la parroquia. Se habla de Pedreira y de lo mucho que le
había apoyado para que estudiara e incluso ejerciera de abogado. El autor
visitó al sacerdote solo una semana más tarde. He aquí lo que hablaron en ambas
entrevistas.
- ¿Ha venido Luis Bárcenas por aquí?
- Sí, ha venido varias veces. Una vez
acudió a la iglesia y después de
escuchar mi homilía se acercó y me dijo que quería hablar conmigo. Me dijo que
le había gustado mucho lo que había dicho. Y, acto seguido me preguntó si podía
confesarle. Por supuesto, lo hice. Vino varias veces, alguna de ellas con su esposa.
Cuando murió su madre, en julio de 2012, asistía con mayor frecuencia. Fue una gran
sorpresa para él. Estaba golpeado. Y venía, se sentaba y hablábamos.
- ¿Puede ser que su acercamiento
tuviera que ver con el hecho de que conocía su relación personal tan estrecha
con su amigo, el juez Pedreira?
- Yo nunca hablaba con el juez de
los casos que llevaba. Jamás, Antonio Pedreria nunca decía nada.
- Quizá pensara Bárcenas que una
relación religiosa con usted lo conectaba, a través suyo, precisamente, con el
juez.
- Yo estas cosas las llevo como compartimentos
separados.
Jorge Trías se pasa por el Tribunal Superior
de Justicia de Madrid el miércoles 27 de julio de 2011. Horas decisivas. El
juez Pedreira ya tiene prácticamente listo un auto en el que lleva trabajando
desde poco después de la declaración de Bárcenas en el mes de marzo. Pero no
dice una palabra. Trías y Pedreira se despiden hasta septiembre, tras las vacaciones.
Al día siguiente, 28, la defensa del extesorero del PP presenta un recurso de
queja ante el Tribunal Supremo contra la decisión del Tribunal Superior de
Justicia de Madrid de enviar el caso a la Audiencia Nacional.
Bárcenas quiere blindar al juez
Pedreira, a pesar de que este ya ha perdido la competencia.
El juez firma el auto de
sobreseimiento de Luis Bárcenas el 29 de julio de 2011. Pero lo mantiene en
secreto. Según el juez, ninguno de los delitos que se le imputa (contra la Administración
Pública, fraude fiscal y blanqueo de capitales) tiene fundamento.
Pedreira, en realidad, en lugar de
dictar un auto de sobreseimiento provisional, elabora una sentencia
exculpatoria. Francisco Correa es el malo de la película y Luis Bárcenas el
bueno, el que lo quita del PP. «Las relaciones entre Correa y Bárcenas eran
malas. Bárcenas advirtió de la conducta irregular de Francisco Correa y la
conveniencia de apartar a Correa y sus empresas de las relaciones con la
dirección del Partido Popular». Los indicios relacionados con los delitos
imputados no tienen relevancia. Tampoco la comisión rogatoria pendiente en
relación con la posible cuenta en Suiza, sobre la cual han alertado las autoridades
helvéticas al solicitar Bárcenas la nueva tarjeta Visa, que ha sido denegada.
Donde Pedreira ha dicho, a lo largo
de su propia instrucción, digo, ahora, cuando ya ha perdido la competencia y se
supone que solo puede adoptar decisiones de «urgencia» e «inaplazables», dice
Diego.
Pedreira convierte la resolución en
una bomba de efecto retardado. Pasa el mes de agosto, y el juez pone en
conocimiento de las partes su auto de 29 de julio el 1 de septiembre. Nada más
conocer por las fiscales la decisión, el fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción,
Antonio Salinas, atina a susurrar:
- El viejecito nos ha engañado…El
juez, pues, ha sobreseído provisionalmente a Bárcenas y a Jesús Merino.
Quedan más de una docena de
imputados del PP en la causa: el expresidente de la Generalitat de la Comunidad
Valenciana, Francisco Camps, que es miembro del PP, también imputado en la rama
valenciana del caso Gürtel, acusado de cohecho impropio y pendiente
de la fecha de su juicio; el exsecretario general del PP valenciano, Ricardo
Costa; el exvicepresidente de la Generalitat y exsecretario de Organización del
PP valenciano, Víctor Campos, y el exjefe de gabinete de la Consejería de
Turismo de la Generalitat Valenciana, Rafael Betoret. Tres exdiputados
autonómicos de la lista del PP de Madrid, aun cuando ya no están en el partido siguen
imputados: Alberto López Viejo, Benjamín Martín Vasco y Alfonso Bosch Tejedor.
Hay también cuatro exalcaldes: Arturo González Panero, de Boadilla; Guillermo Ortega, de Majadahonda; Ginés López, de Arganda, y Jesús
Sepúlveda, de Pozuelo, y el exedil de Boadilla, José Galeote.
El 2 de septiembre de 2011, un día después
de conocerse la resolución de exculpación de Bárcenas, Jorge Trías visita al juez
Pedreira. Será uno de los últimos encuentros entre abogado y magistrado. Siguen
en comunicación, pero la decisión del juez sobre Bárcenas y su pérdida de
competencia del caso Gürtel supone el fin del nexo que vincula a
ambos. Trías, como ya había hecho después de que el juez anulase la imputación
de la esposa de Bárcenas, en mayo de 2010, vuelve ahora a salir de viaje. Él,
el extesorero del PP y un amigo suyo marchan a los Pirineos.
Han preparado una excursión al Tuc
de Mulleres, a 3.010 metros de altura, para contemplar, 400 metros más arriba,
el pico más alto del Pirineo, el Aneto.
Las fiscales Concha Sabadell y
Miriam Segura no terminan de recuperarse del mazazo. El auto de Pedreira ha
permanecido en el ordenador entre el 29 de julio y el 1 de septiembre con las
vacaciones del mes de agosto de por medio. El 6 de septiembre, completan un
recurso de 19 páginas y lo presentan ante el Tribunal Superior de Justicia de
Madrid el día 7. Todos los indicios racionales de criminalidad, que el juez ha cuestionado,
aparecen descritos de manera muy clara. Pero, sobre todo, el primer punto que destaca
es el carácter «prematuro» del archivo de la causa para Bárcenas. Impugna la
decisión porque contraviene toda la doctrina en la materia. «No solo porque no
se ha producido ninguna circunstancia excepcional que determine el archivo
acordado antes de finalizar la fase de instrucción, sino también porque quedan
aún pendientes diligencias relativas al Sr. Bárcenas Gutiérrez. Diligencias que
en su mayoría fueron acordadas por el mismo Instructor y que aún no han sido cumplimentadas»,
sostiene el recurso.
No obstante, es el recurso del
abogado de la Asociación de Abogados Demócratas Europeos, José Mariano Benítez
de Lugo, quien ataca la línea de flotación del sobreseimiento provisional
dictado por el juez Pedreira. Plantea, lisa y llanamente, la nulidad de dicho
auto porque el juez se había inhibido el 8 de junio de 2011.
Tanto Bárcenas como el Partido
Popular, personado en la causa, van de la mano.
Presentan recursos el 7 y 10 de
octubre, respectivamente, para impugnar a su vez los recursos citados.
Pedreira, por su parte, confirma el sobreseimiento
ante los recursos. El juez mantiene «el criterio contextual
hermenéutico sobre la falta de identificación de las iniciales ‘L’, ‘LB’ y
‘Luis el Cabrón’ con Luis Bárcenas». Las partes recurren entonces en apelación
al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Y este resuelve que, por haberse inhibido
en el mes de junio, pasa los trastos a la Audiencia Nacional.
SUIZA «ENTREGA» A L.B.
Salón de Plenos del Tribunal Supremo,17 de enero 2012. Mariano Rajoy forma su Gobierno el 22 de diciembre de 2011, a algo más de un mes desde la victoria del Partido Popular en las elecciones del 20 de noviembre de 2011 con una mayoría absoluta de 185 diputados. El 16 de enero de 2012, el juez Garzón se sienta en el banquillo. Al día siguiente, 17, comienza su declaración ante los siete magistrados del tribunal que lo juzga por un presunto delito de prevaricación a raíz de la grabación de las conversaciones entre imputados y abogados en prisión.
Condicionado por una fuerte afonía,
el juez dice desde el banquillo: «Las comunicaciones se intervienen para luchar
contra el blanqueo».
Durante los últimos meses, la
relación de Trías con el juez Garzón se ha anudado aún más. Le ha visitado otra
vez en La Haya, después de aquel viaje de agosto de 2010. Trías le dice que
Luis Bárcenas es una víctima del PP, un chivo expiatorio. Garzón le
insiste que en ese caso hay una salida. Luis Bárcenas debe colaborar con la
justicia.
Trías le refiere a Bárcenas lo que
le ha dicho Garzón. Que hay que contarlo todo. Oír la palabra Garzón irrita al
extesorero del PP. Reacciona con desdén.
Al hilo del juicio de Garzón, ese 17
de enero, Trías se sienta y escribe sus peripecias en un artículo de opinión.
Cuenta en parte su peregrinaje por el caso Gürtel, Y lo titula «Cacería judicial». Lo envía al periódico
con el que colabora, el ABC. Pero no es apto para el gusto del diario. En él Trías
defiende a Garzón y a Bárcenas. La dirección del diario le explica que Garzón
es, para el periódico, indefendible.
Trías decide hacer llegar su columna
de opinión a El País,
que la incluye
en sus páginas del 18 de enero.
El abogado recuerda en su columna
que estuvo con Pedreira después de que escribiera aquel artículo de junio de
2009 en el que defendía su independencia. Y su reunión, la primera y única que
menciona, con el presidente del PP. «Rajoy me recibió enseguida y le expliqué
lo que pensaba sobre el caso, y lo que yo haría si estuviese en su piel, dejando
trabajar a la justicia», escribe. «De esas irregularidades, la mayoría no
delictivas, han vivido centenares de políticos a los que no les alcanzaban los
sueldos míseros que percibían y la alta responsabilidad y representación que
debían tener. Garzón, ¡qué osadía!, se había atrevido a mirar las cuentas de un
partido». Y alude a sus reuniones con Pedreira.
«Voy a ahorrarme los detalles del
montón de entrevistas que tuve con Antonio Pedreira para ayudarle en su
instrucción y darle mi opinión.
Yo no estaba personado como abogado defensor
de ninguno de los imputados y me pareció una buena ocasión para colaborar en esclarecer
la verdad y ayudar a un hombre bueno y enfermo que trataba de hacer su trabajo con
competencia y honor. Enseguida me di cuenta de que dos personas iban a salir malparadas
de este asunto. Por un lado, Luis Bárcenas, que además era senador, aunque dejó
el escaño para no perjudicar al partido… Y la otra víctima iba a ser Baltasar
Garzón, el juez de la Audiencia Nacional que había osado mirar las finanzas del
PP».
Trías añade que «al final, el
tesorero del PP fue exculpado, sin necesidad de juicio, con algún recurso que
hay pendiente de resolución.
Ya he escrito en otras ocasiones que
en lo del caso Gürtel ni eran todos los que estaban, ni estaban
todos los que eran». Y termina: «Al final, el que se ha sentado en el banquillo
ha sido el juez Baltasar Garzón.
¿Es esto la justicia que tan
hermosamente se describe en el Título VI de la Constitución?».
Bárcenas lo llama. Para él Garzón es
la fuente de todos sus males.
- Jorge, es muy desafortunado lo que
has escrito.
- No seas simple Luis, si te estoy defendiendo.
- Pero esa admiración que te sale
por Garzón.
No es el único que protesta. Habla
por teléfono con Pedreira. Lo encuentra asustado.
- Antonio, creo que no te ha gustado
mi artículo…
- No, creo que te has pasado. Dices demasiadas
cosas.
Trías resume buena parte de su
artículo en el programa La Ventana, en una entrevista con la periodista Gemma Nierga, en
la Cadena SER.
El 19 de enero, Garzón hace uso del derecho
a las últimas palabras en el juicio que concluye. «Asumo todas y cada una de
las decisiones. Fueron tomadas reflexivamente en cumplimiento de la más
estricta legalidad», dice. El juicio queda visto para una sentencia cuyo
contenido se puede intuir de antemano. Pero la decisión secreta del caso Gürtel está a 1.151 kilómetros de Madrid.
En la Taubenstrasse 16 de Berna, capital de Suiza, sede del Ministerio Público
de la Confederación. Los fiscales han firmado, el día 19 de enero de 2012, una
resolución que afecta a la comisión rogatoria enviada desde España en la que se
solicitan datos sobre la cuenta bancaria de Luis Bárcenas. La resolución, que no
se hace pública, informa que se «ha decidido transmitir a un tribunal de
instrucción de Madrid los documentos (formularios de apertura, extractos y
justificantes) relativos a una cuenta que detenta Luis Bárcenas en el Dresdner
Bank de Ginebra. Esta remisión se hace en ejecución de una demanda de auxilio judicial
en relación con delitos de corrupción y blanqueo de dinero. Los documentos transmitidos
han sido reunidos en el marco de un procedimiento penal nacional». Es la cuenta
número 8.401489. La petición de auxilio se remonta a marzo y mayo de 2009, pero
bien es verdad que en abril de 2010, después del aldabonazo de la Unidad de
Inteligencia Financiera Suiza (MROS) sobre la petición de una nueva tarjeta
Visa con un límite de 25.000 euros mensuales, se envió una nueva comisión rogatoria
por parte del juez Monterde del Tribunal Supremo.
Pero además de la cuenta de
Bárcenas, las autoridades suizas también están dispuestas a entregar la cuenta
que la sociedad Xetal Intenational Ltd., domiciliada en Road Town, en la isla
de Tórtola, capital de las Islas Vírgenes británicas, tiene en el banco Crédit
Agricole de Ginebra. Es la empresa pantalla a cargo de Eduardo Eraso Campuzano,
de nacionalidad venezolana, y cuyo beneficiario es Francisco Correa.
Si los papeles, que le han sido
remitidos al Ministerio Público por el Dresdner Bank y Crédit Agricole, son
enviados inmediatamente, como anuncia el Ministerio Público helvético, pueden
llegar a lo sumo en tres semanas o un mes a manos de Pablo Ruz, el juez a cargo
del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional. El 19 de
febrero, a lo sumo, podrían llegar a Madrid.
Para ello Bárcenas y Correa deberían
prestar su conformidad y renunciar a presentar recursos. Tienen el derecho de
recurrir ante el Tribunal Penal Federal (TPF) y en caso adverso ante el
Tribunal Federal Suizo.
¿Qué contiene la documentación? Solo
lo saben los interesados, Luis Bárcenas y Francisco Correa, respectivamente. El
extesorero del PP, al margen de sus abogados de Madrid, da orden a sus letrados
en Ginebra para recurrir. El argumento es que Bárcenas no ha tenido
conocimiento de la decisión de auxilio judicial del 3 de junio de 2009 por parte
del Ministerio Público helvético.
La decisión de recurrir supone,
sobre todo, ganar tiempo mientras Bárcenas elabora una estrategia. En Madrid,
el Gobierno de Mariano Rajoy lleva algo menos de un mes. Un aterrizaje de la
cuenta suiza de Bárcenas en la capital, a la luz de la protección del
extesorero que le han dado Rajoy y el PP, habida cuenta de que se le sigue
pagando 21.300,08 euros al mes, incluyendo pagas extraordinarias, como si trabajase,
con las cuotas de la Seguridad Social al día, sería una bomba. El Gobierno,
contra todas sus promesas electorales, ha anunciado en sus primeros días una
subida de impuestos.
Y se embarca en un plan de
austeridad y reforma laboral que redobla la dosis ya aplicada desde mayo de
2010 por el Gobierno de José Luis Rodrígez Zapatero.
Bárcenas recurre. El material
documental permanece en Berna. La cuenta suiza ya es, en adelante, sí, una
bomba de efecto retardado.
Tiempo después de publicar el
artículo «Cacería judicial», Trías está interesado en promover su candidatura
al puesto de Defensor del Pueblo, pendiente de consensuar entre Rajoy y el
líder del Partido Socialista Obrero Español, Alfredo Pérez Rubalcaba.
María González Pico, directora de gabinete de la vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, le recibe en La Moncloa. Trías le explica que cree
ser un buen candidato de consenso para el puesto. Advierte
que su artículo sobre la «cacería judicial» está en el ambiente, aunque nada se
dice. Queda en enviarle su curriculum, cosa que hace más tarde al volver a su
despacho.
LA EXCULPACIÓN QUE NO PUDO SER
El 9 de febrero de 2012, los siete magistrados del Tribunal Supremo dictan por unanimidad el fallo sobre la grabación de las comunicaciones entre presos y abogados. El tribunal condena al juez Garzón, de 56 años, a «la pérdida definitiva del cargo que ostenta y de los honores que le son anejos, así como la incapacidad para obtener, durante el tiempo de la condena, cualquier empleo o cargo con funciones jurisdiccionales o de gobierno dentro del Poder Judicial, así como el pago de las costas procesales». La inhabilitación es de once años. Por edad, el cálculo es meridiano: Garzón ya no podrá volver a la carrera judicial. Es un golpe definitivo. Irreversible.
Pero la causa, tras la decisión de
Pedreira del 29 de julio de 2011 de sobreseer a Luis Bárcenas, comunicada el 1
de septiembre, sufre un vuelco. La resolución de los recursos presentados
contra su exculpación muestran que lo que no puede ser, no puede
ser, y además es imposible. Tanto la Fiscalía Anticorrupción como el juez Ruz
elevan a la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, sección cuarta,
encargada de resolver nuevos informes de la Policía judicial sobre Bárcenas.
La defensa de este sostiene que son documentos
«manipulados y groseros» y «mentiras descaradas». Acusadores y acusados ignoran
una cosa: la sala solo va a dirimir si el juez Pedreira podía o no dictar,
técnicamente hablando, la exculpación de Bárcenas.
La sala de lo Penal nombra ponente a
la magistrada Teresa Palacios. El 14 de marzo de 2012 se decide anular la
exculpación de Bárcenas. Al poner en orden cronológico la indiscutible
inhibición y pérdida de competencia por parte del Tribunal Superior de Justicia
de Madrid, la sala concluye: «Es dable pensar que, dada la parcela que
correspondía al magistrado instructor [Pedreira], la labor instructora, no
estuviera al tanto de los términos de aquella resolución de 20 de julio de 2011
[pérdida de competencia], ni que considerase la pérdida de competencia para conocer
del procedimiento por el Tribunal del que formaba parte». Los magistrados
señalan que la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de
Madrid actuó del mismo modo que el juez instructor, Pedreira.
Los magistrados de la Audiencia
Nacional son piadosos. Puede que el juez, vienen a decir, se despistara. Y
parece que sus colegas del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, también.
El razonamiento de fondo de la sala
es sencillo. Si se diera por bueno, razona, que era necesario resolver los
sobreseimientos pendientes y los recursos presentados ante el Tribunal Superior
de Justicia de Madrid, ello implicaría asumir que se había decidido, con anterioridad,
trasladar a la Audiencia Nacional «un procedimiento penal vacío de contenido».
Por ello, la sala declara la nulidad
de la resolución de Pedreira de exculpar a Bárcenas.
El problema, pues, no es la
valoración de los indicios contra él, si son suficientes o insuficientes,
sólidos o débiles, sino que el juez se excedió en las funciones que le marca la
ley. No podía exculparle. Esa era una de las medidas «excepcionales» que,
habiendo perdido la competencia, le estaban vedadas. No era «urgente» ni
«inaplazable» como se exige.
El juez Ruz, por su parte, reabre la
causa por delito fiscal contra Rosalía Iglesias, esposa de Bárcenas. Según un
informe de la Agencia Tributaria, Iglesias pudo defraudar un total de 222.112,58
euros en la declaración del IRPF correspondiente a 2006.
A finales de marzo de 2012, la nueva
imputación no impide a Luis Bárcenas formar parte del grupo que, a propuesta de
Hannes Webhofer, el fundador y guía de la empresa de heliesquí Beyond
Boundaries, inaugura un nuevo destino: Armenia. La idea es cubrir con el
helicóptero una distancia de unos 900 kilómetros en una región fronteriza de
Irán, Azerbaiján, Turquía y Georgia. Los aterrizajes para empezar a esquiar se
hacen a una altura de entre 3.000 y 3.800 metros. «Explorar la marca de un
nuevo sitio y ponerlo en el mapa de destinos exóticos de heliesquí» era la propuesta.
«La idea era explorar todo el país, todas las sierras desde el norte hasta el
sur, haciendo descensos de esquí en el camino de regiones montañosas donde no se había practicado
nunca. También hemos conocido la antigua historia del país en una experiencia única»,
explica el folleto sobre esta aventura.
El Partido Popular, mientras tanto, reorganiza
su departamento de tesorería.
Después de casi dos años en el
puesto, José Manuel Romay Beccaría abandona el cargo de tesorero nacional. Le
sustituye Carmen Navarro, a quien él había nombrado su número dos en la
posición de gerente. Durante la gestión de ambos, Bárcenas ha cobrado 21.300,08
euros cada mes.En Ginebra, los abogados de Bárcenas tienen que seguir atajando
la llegada de los datos de la cuenta de Bárcenas en el Dresdner a España. El 13
de junio de 2012, el Tribunal de Quejas del Tribunal Penal Federal, integrante del
Tribunal Federal Suizo (Tribunal Supremo), rechaza el recurso. Pero, el 25 de
junio, el abogado plantea un recurso de derecho público ante el Tribunal
Federal Suizo mediante el cual pretende anular el fallo anterior y el reenvío del
caso al Tribunal Penal Federal para obtener una nueva resolución y,
subsidiariamente, anular la decisión de cierre de la investigación y lograr el
rechazo del auxilio judicial. El tribunal desestima el recurso el 28 de junio
de
2012.A partir de aquí los documentos
podrían teóricamente llegar a España. Pero también Francisco Correa tiene
posibilidad de presentar dos recursos. Encarga el caso a DH Avocats, bufete del
abogado Douglas Hornung, rue du Général Dufour, 22, de Ginebra.
Es el verano de 2012. Bárcenas lleva
imputado desde el mes de marzo en la Audiencia Nacional. Trías le sugiere que
sería bueno reunirse con Álvaro Lapuerta para ver qué se puede hacer. Bárcenas
organiza una comida en la vinoteca Lavinia.
- Yo creo que tenéis que ir a ver a
Rajoy y aclarar todo este asunto. Mostrarle los papeles y que diga él cuál es
la solución.
- Por qué no vas a verle tú, Jorge –dice
Lapuerta, no sin ironía.
- Vaya ocurrencia -Álvaro. -Ni en
broma. Ya le vi varias veces.
A la salida, Lapuerta se ofrece para
llevar a Trías en su Audi al despacho. Pero no vuelven a hablar del tema.
Lapuerta, en cambio, empieza a recitar a Molière en francés. Y cuando el coche
se detiene en la puerta del bufete de la calle Almagro, aún sigue recitando un
buen rato antes de despedirse.
En Madrid, Luis Bárcenas incrementa
la presión. El 27 de agosto, Bárcenas y sus abogados se dirigen al director
general de la Policía, Ignacio Cosidó, por carta. Le piden que solicite a la
UDEF (Policía Judicial) un informe a efectos de mostrar que él no es L.B., L
Barc. o Luis el Cabrón. Cosidó traslada la petición a la UDEF y esta se la hace
llegar al juez Ruz.
El objetivo del extesorero del PP es
evidente. Está intentado rodear al juez a través de un hombre del partido, el
director general de la Policía, Cosidó. El juez traslada el escrito a la
Fiscalía Anticorrupción. Y, ya en harina, dicta un auto. Explica que la
solicitud del informe «se cursa directamente ante el Director General de la
Policía, invocando su condición de superior jerárquico de los funcionarios
policiales, sin que el juez pueda valorar la pertinencia, necesidad y
posibilidad de la diligencia interesada». Esta conducta, añade, «se sitúa
voluntariamente extramuros del procedimiento judicial, privando al instructor de la dirección del mismo
que legalmente tiene conferida». Señala que la iniciativa «no tiene encaje,
cabida o justificación alguna en nuestro vigente sistema procesal apartándose
de las reglas de buena fe». A ojos de Ruz se trata de una «patente irregularidad
procesal cuando a la autoridad policial se le solicitan determinadas
diligencias que, de forma palmaria y evidente, tienen indudable afectación en
relación al objeto del proceso pudiendo llegar a constituir abuso o fraude
procesal en caso de admitirse y perpetuarse tal proceder». Ordena a la UDEF, por
tanto, «abstenerse de practicar cualquier diligencia relativa a la solicitud
presentada»
El 14 de septiembre de 2012, el
Tribunal Penal Federal suizo rechaza el primero de los recursos de Correa. Queda
un solo cartucho en la récamara, el recurso ante el Tribunal Federal Suizo.Bárcenas
sabe, por su parte, que la batalla está perdida. La llegada de los datos a
España ya es solo cuestión de unos meses. Le interesa acogerse a la amnistía
fiscal que el Gobierno de Rajoy está ofreciendo para recaudar dinero desde el
30 de marzo de 2012. El 19 de septiembre, pues, Iván Yáñez, apoderado de Bárcenas,
abre en la sucursal de Bankia próxima a su domicilio, la de Avenida de Bruselas
67 de Madrid, la cuenta 2038 1077 13 6000795043, a nombre de la sociedad Tesedul
S.A., la sociedad pantalla de Bárcenas creada en Uruguay. Esta cuenta es el
destino de los fondos procedentes de Suiza para ingresar en la Hacienda
española el importe resultante de la autoliquidación. Esta sociedad declara un capital
de 10.988.040,00 de euros. El importe a ingresar es el 10 por ciento de lo
declarado, es decir, 1.098.804,00 euros. El 25 de septiembre de 2012 se
transfiere el dinero desde la cuenta del banco Lombard Odier, de Ginebra, a la
cuenta de Tesedul en Bankia, y se ingresa en Hacienda.
Los abogados de Correa presentan el
1 de octubre de 2012 el segundo y último recurso en nombre de la empresa
pantalla de Correa. Y el 9 de octubre de 2012, los jueces del Tribunal Federal
Suizo rechazan la pretensión. Se ha acabado. Tic tac, tic tac…
Mientras avanza el reloj de la bomba
suiza, comienza a oírse otro tic tac que se superpone al primero. En enero de
2013, unos días después de Reyes, en Bilbao, se celebra una comida que reúne a
un grupo de amigos después de las fiestas. La tertulia pasa de un tema a otro.
Se habla de lo que ganan los políticos. Sale el tema de María Dolores de Cospedal
y sus ingresos. Unos días antes, el 31 de diciembre de 2012, el Diario Oficial
de Castilla-La Mancha (DOCM) publica la declaración de actividades, bienes y
rentas de los gestores públicos de la región en 2011.
Cospedal ha ganado 88.897 euros por
su cargo como secretaria general del PP, 31.775 euros del Senado, 36.082 como
presidenta de Castilla-La Mancha y 1.634 euros procedentes de los trienios como
abogada del Estado. Uno de los participantes, Regino García Badell, que fuera
director de gabinete de Esperanza Aguirre, dice:
- Y, bueno, esto no es nada en comparación
con la información que va a
salir…-Pero, ¿de qué estás hablando
Regino?
- Pues de los sobresueldos que se repartían
en el PP… Me dicen que eso va a salir…
¡BUM!
Ministerio Público de la Confederación, Taubenstrasse 16, Berna, Suiza. Es el 20 de diciembre de 2012. La documentación sobre las cuenta suizas de Luis Bárcenas y de Francisco Correa está en la división de auxilio judicial del Ministerio Público de la Confederación, en Berna. Los recursos que han presentado sus empresas pantalla respectivas, Sinequanon y Xetal International Ltd., les han permitido ganar nueve meses. Para el Gobierno de Mariano Rajoy han sido nueve meses decisivos.
Ese día 20, los fiscales envían el
materia a España. El destino es la Subdirección General de Cooperación Jurídica
Internacional del Ministerio de Justicia, en la calle San Bernardo 62. De allí,
los documentos se remiten a la Audiencia Nacional. El Juzgado nº 5 registra la entrada
el 3 de diciembre. El material se une al sumario catorce días más tarde, el 17
de diciembre y se solicita su traducción. El 16 de enero, el juez Ruz dicta un
auto.
«La documentación suiza acredita que
el verdadero beneficiario económico de la cuenta número 8.401489 abierta en la
entidad Dresdner Bank (LGT) de Ginebra a nombre de la entidad panameña
Sinequanon sería el imputado Luis Bárcenas Gutiérrez». El análisis de la
documentación presenta estos datos:
1. Que por la entidad bancaria se
identifica al cliente, además de con las iniciales «Mr. L.B.», «L.B.» o
«L.B.G», también de forma completa, como Luis Bárcenas Gutiérrez, adjuntándose,
incluso, copia de su DNI…
2. Que los fondos y valores de esa
cuenta, cuyos activos estarían valorados en 14.885.976,99 de euros a finales de
2005; en 19.757.330,31 euros a finales de 2006; en 22.144.832,35 euros a
finales de 2007; en 13.673.661,98 euros a finales de 2008 y en 11.853.921,77
euros en octubre de 2009, procederían de otra cuenta aperturada en el mismo
banco a principios de 2001 con el número 8.005540.
3. En el año 2009, una vez conocida
la investigación que se sigue contra Luis Bárcenas y tras la declaración que
prestó en el Tribunal Supremo, el 22 de junio de 2009, el imputado realiza
diversas transferencias desde esa cuenta para finalmente clausurarla. Todos sus
activos pasan a otra cuenta en la misma entidad bancaria a nombre de Tesedul
S.A. En fechas posteriores, el imputado acuerda transferir determinados fondos
a la cuenta de Tesedul número 500507 en la entidad Lombard Odier. Según la
documentación, Luis Bárcenas mantendría o habría mantenido otras cuentas en Ginebra,
una de las cuales sería la número 204337 de la fundación Sinequanon en Lombard
Odier.
La noticia, publicada por todos los
medios de comunicación digitales en la tarde del 16 de enero de 2013 tiene el
mismo efecto que el estallido de una bomba. Durante todas sus declaraciones
judiciales, el extesorero del PP ha dicho que viajaba con frecuencia a Suiza
por su afición al esquí y al montañismo.
Carlos Floriano, secretario de Organización
del PP, al ser preguntado por la cuenta suiza de Bárcenas, dice: «Ya no pertenece
al PP». El extesorero viene de cobrar, hace quince días, su nómina mensual desde
abril de 2010: 21.300,08 euros.
Jorge Trías lee la información sobre
la cuenta bancaria de Bárcenas en Suiza la noche del miércoles 16 y la mañana
del jueves 17 de enero de 2013. Y mantiene con Bárcenas un diálogo vía SMS.
- Luis, me debes una explicación.
- No hay que alimentar el tema. Explicaciones,
ninguna.
- No estoy de acuerdo. Te equivocas.
- Gracias.
- Yo he dado la cara públicamente
por ti. Al menos a mí me debes una explicación. Es cierto o no.
- No es cierto. Esto no tiene nada
que ver con la Gürtel. Recuerda que te dije que tenía un fondo que gestionaba
en el extranjero.
- Si es eso, dilo. Porque lo que
dice el periódico no es eso sino que tienes una cuenta en Suiza y que te has
llevado el dinero. Habla con Miguel Bajo, tienes que dar una explicación,
convocas una rueda de prensa y te explicas.
- Hablaré con él. Lo tremendo es que
la que está alimentando todo esto es la Cospe, que quiere cargarse a los
representantes del pasado y que se considera la heredera.
Por aquellos días Esperanza Aguirre
tiene una agenda cargada de entrevistas en varios medios de comunicación. Es un
road
show que le ha
preparado su directora de comunicación, Isabel Gallego, para presentar su nuevo
perfil político y profesional tras su renuncia a la presidencia de la Comunidad
de Madrid, a mediados de septiembre de 2012. El jueves 18, en plena
efervescencia por la cuenta suiza de Bárcenas, visita la redacción del diario El Mundo y mantiene un encuentro digital. Más
tarde, el diario se pone en comunicación con María Dolores de Cospedal. Quiere
saber si es verdad, como le dicen varias fuentes a las que da crédito, que en
el PP se han pagado durante años sobresueldos a la cúpula del partido.
Cospedal explica cómo su llegada a
la secretaría general ha cambiado esas prácticas.
Al día siguiente, viernes 18, el
periódico abre su portada con la noticia: «Bárcenas pagó sobresueldos en negro
durante años a parte de la cúpula del PP». Según informa, cinco fuentes
aseguran que cada mes el entonces tesorero «distribuía sobres con cantidades entre
5.000 y 10.000 euros a secretarios ejecutivos, cargos públicos y otros miembros
del aparato». Añade que «con el dinero B procedente de constructoras, empresas
de seguridad y donaciones se daba también protección a amenazados por ETA». El
diario dice que según sus fuentes del PP «Rajoy, que no cobró nunca esos
complementos, instruyó a Cospedal en 2009 para acabar con esta práctica». En la
información se asegura que ella tampoco ha cobrado sobresueldos.
Eduardo Zaplana comenta en privado:
- Yo no tengo ningún problema. Nunca
he cobrado nada del partido. Lo que pasa es que esto se sabía. Muchos
dirigentes decían que si no fuera por el dinero que cobraban no llegaban a fin
de mes. Ahora, mucha gente me llama para que diga quiénes cobraban. En lugar de
negarlo, el partido debería pedir perdón. A partir de ello sería posible
recuperar confianza.
Ese día, viernes 17 de enero de
2013, los abogados de Bárcenas declaran que las empresas del extesorero se han
acogido a la amnistía fiscal por valor de 10 millones de euros. Miguel Bajo, en
relación a los sobresueldos, declara que «el PP tiene que abrir una
investigación y la Agencia Tributaria
otra». Según Bajo, «aquí lo único
que se dice es que alguien entrega en unos sobres, un dinero. Eso carece de
significación, desde el punto de vista de la ilicitud, mientras no sepamos de
dónde procede el dinero», razona.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
no puede creer que Bárcenas se haya colado en la amnistía. ¿Cómo es posible que
yo no lo sepa?, pregunta a sus colaboradores.
Hacienda no tiene constancia del
nombre de Luis Bárcenas, que, según la ley de regularización, tiene hasta final
de 2013 para aparecer como titular de la empresa que se haya acogido a la
amnistía. Pero Montoro no puede dejarlo pasar. Aunque es claramente una intervención
partidista, ordena a la Agencia Tributaria decir que Bárcenas no ha blanqueado el
dinero. «La Agencia Tributaria aclara ante las noticias aparecidas en prensa
sobre las afirmaciones de su abogado, que Luis Bárcenas no se ha acogido a la
Declaración Tributaria Especial, desmintiendo así las declaraciones de su
abogado», dice en un comunicado.
Los dirigentes del PP, que ya
tartamudean al conocerse la cuenta suiza de Bárcenas, intentan ahora ante los
sobresueldos salir como pueden. María Dolores de Cospedal dice en la Cadena
Cope: «A mí no me consta de ninguna manera y se lo digo rotundamente, rotundamente,
que eso se haya producido, desde luego en mi etapa como secretaria general. O
sea, eso lo tengo que decir con toda claridad y tajantemente. Y tampoco me
consta que se haya producido con anterioridad. Pero en cualquier caso, durante
mi etapa de secretaria general le tengo que decir que no me consta y que…
bueno, que no se ha producido, no se ha producido. Eso se lo puedo decir tajantemente.
Porque yo, desde que soy secretaria general de mi partido y así asumí mi responsabilidad,
actué como creí que tenía que actuar y como me dijo Rajoy, como es lógico y normal,
que tenía que actuar, dándome completa libertad de acción en los asuntos internos
de la casa. Y esa libertad de acción pasa por una transparencia y una pulcritud
absoluta en la gestión de las cuentas».
Es una respuesta parecida a la
explicación que ofrece en la víspera al ser consultada por el periódico El Mundo, que finalmente publica la información.
Porque ahora, ante esa noticia, su versión de los hechos pone el acento en «su etapa»
como secretaria general. Por dos veces habla de «su gestión». Esto irrita a
alguno de sus predecesores. Es el caso de Javier Arenas, que fue secretario
general entre 1999 y 2003, quien explica: «Nunca he tenido conocimiento de esa
práctica. No me consta en absoluto que se haya producido en la dirección
nacional del partido. He recibido estas informaciones con muchísima sorpresa. Y
desde luego, no me consta en absoluto que en mi etapa se haya producido el pago
en sobresueldos a través de ese dinero que se conoce como B».
La diferencia la marca la
expresidenta de la Comunidad de Madrid. En Los desayunos de TVE, dice que «es una crisis
institucional gravísima. Hay que llegar hasta el final y caiga quien caiga». El
caso de los presuntos sobresueldos debe ser estudiado «a fondo» y, de
confirmarse, señala, sería «un escándalo político-financiero tremendo». Mariano
Rajoy, ¿debería intervenir? Esperanza Aguirre recuerda que ya en el caso
Naseiro, que afectó al PP, se hizo una investigación interna, que estuvo
dirigida por Alberto Ruiz-Gallardón, pero que no sabe si ahora habría que
hacerlo.
Ese mismo día, en la conferencia intermunicipal
que el PP celebra en Málaga, la secretaria general vuelve sobre el asunto. «En el
PP, quien la hace la paga y que cada uno aguante su vela», dice.
Un día más tarde, se espera a Rajoy
en Málaga. Nada más subirse a la escalera mecánica que le lleva a la sala de la
conferencia, un periodista pregunta:
- Señor Rajoy, ¿hubo sobresueldos en
el PP?
- Sí, hombre -susurra el presidente,
con un mohín irónico.
En el Palacio de la Moncloa, en
medio del naufragio, se conserva cierto sentido del humor. Dicen que ya han
logrado conocer las «cinco fuentes» del periódico. Una es Esperanza, la segunda
Aguirre, la tercera Gil, la cuarta de, y, por fin, la quinta es Biedma. Cinco palabras
con el nombre y los apellidos de la presidenta del PP de Madrid.
Ese fin de semana, Jorge Trías
cavila en su piso de la calle Antonio Maura. Tiene que hacer algo, se dice.
Piensa en la fotocopia del libro de entrada y salidas de Bárcenas.
CONTARLO PARA VIVIR
Trías redacta el fin de semana del 19 y 20 de enero un artículo para publicar en la edición del diario El País el lunes, día 21 de enero. En «Sombras y certezas», como lo titula, el abogado escribe que:
Al margen de lo que hagan fiscales y
jueces, el Partido Popular tiene que explicar con pelos y señales los medios
con los que se financiaban. Francisco Álvarez Cascos, exsecretario general;
Ángel Ácebes, excoordinador general; Javier Arenas y María Dolores de Cospedal,
sucesivos secretarios generales del PP; líderes autonómicos afectados por este
caso u otros; y, por supuesto, José María Aznar y Mariano Rajoy, presidentes
sucesivos del PP, deben dar una explicación convincente. Por supuesto, también
deben hacerlo Álvaro Lapuerta, Luis Bárcenas, otro tesorero cuyo nombre no recuerdo
que le sucedió interinamente, José Manuel Romay Beccaría y la actual tesorera.
Retoma el tema que ha hablado con Bárcenas
por teléfono al conocerse, el jueves 18, su cuenta en Suiza. «No podemos tener
esa desagradable sensación de que fuimos ingenuamente engañados quienes les defendimos
en medio del tornado», señala.
Y, sobre la base de la fotocopia de
las catorce páginas del cuaderno manuscrito de entradas y salidas de Bárcenas,
va a la yugular del problema: «Ellos tienen los documentos o información
suficiente. Llevaban esa contabilidad B, cuando la hubo, de las donaciones
personificadas y de las anónimas - legales hasta hace unos cuatro o cinco años-
y de a quiénes o a qué menesteres se destinaba ese dinero. No pueden esconderse
ni mentir».
Trías se involucra todavía más.
Por lo que yo pude saber, y ya conté
en estas páginas de forma sucinta, sí se entregaban sobres con dinero en
efectivo que servían como complemento del sueldo que percibían algunos
dirigentes. Creo que la cantidad máxima eran unos 10.000 euros al mes o su equivalente
en pesetas antes de la moneda única. De ahí hacia abajo se percibían cantidades
menores, según los cargos y responsabilidad. La mayoría de diputados y dirigentes
del PP no percibía nada de esas cantidades. Y es por ellos, y especialmente por
quienes les votaron, por lo que deberían dar una
explicación, tanto Cospedal como
Rajoy, que son quienes ahora dirigen el partido.
Y subraya: «Es posible que ellos
acabasen con esas malas prácticas, es posible, pero también deberían explicar
si al principio de sus mandatos respectivos percibieron alguna cantidad de esa
opaca procedencia».
Trías sabe que la contabilidad
manuscrita que llevaba Bárcenas, con el presunto visé de este último y de
Álvaro Lapuerta, registran a Rajoy y Cospedal como presuntos receptores.
«En resumen: queremos saber la lista
de donantes y la de receptores. Nos la deben quienes fueron nuestros
dirigentes, amigos algunos de ellos, e incluso aquellos que, pase lo que pase,
lo seguirán siendo», dice no sin antes dejar constancia de su relación personal
con Bárcenas, «con quien he recorrido montañas, he tenido larguísimas conversaciones
y a cuya amistad no renuncio sea cual sea su futuro».
Se hace eco de manera implícita de aquello
que le ha dicho el extesorero en sus mensajes del jueves 18. «Bárcenas, que
tiene un buen abogado, debería explicar de dónde salía ese dinero y si las
empresas que se acogieron a la amnistía fiscal eran suyas o de más personas,
pues probablemente, y como consecuencia del generoso sueldo que cobraba, pueda
tener una explicación que le aparte definitivamente del delito. Callar, a
veces, es complicidad», advierte. Y concluye así: «Que cada palo aguante su
vela, afirmó la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Efectivamente, y ella la segunda.
Pues el primero que nos debe una explicación es el jefe del PP, Mariano Rajoy».
El diario realiza con los extractos principales
una información aparte para destacar el artículo, que titula: «Un exdiputado denuncia
el pago de sobresueldos».
El 21 de enero, María Dolores de Cospedal,
preguntada sobre lo que dice Trías, explica en la Cadena SER:
- Eso parte de que le demos
credibilidad a ese señor, yo no se la doy. En absoluto. Él dice que él cree y
él sabe que eso se hacía. Que diga quién lo hacía, que diga cómo, que diga por
qué lo sabe él. Porque si no, no me vale en absoluto. Los servicios jurídicos
del Partido Popular están estudiando acciones judiciales.
Esto de que un señor diga «esto se
estaba haciendo» y no lo demuestre, no lo puede decir alegremente.
Trías, seguro de que Bárcenas debe
de haber leído su artículo, le envía un mensaje. Pero el extesorero dice no
haberlo visto.
- Luis, lee mi artículo con
atención. Verás por qué se cabrea la Cospe. Te echo un cable, que no seas el
palo que aguante la vela…
- Lo leeré, la operación contra
Mariano es asquerosa.
Al día siguiente, Trías recibe una
llamada de Álvaro Lapuerta.
- Jorge, te quiero dar una
explicación, ya que la pides.
- A mí no me tienes que dar ninguna explicación.
Ya sé que tu no te has llevado dinero y que no lo necesitas.
- No me he llevado nunca ni un duro.
Lo que pudo hacer Luis, no tengo ni idea.
El 22 de enero, El País publica una entrevista con Jorge
Trías. «De los sobresueldos debió quedar constancia en la contabilidad del PP»,
es el título. He aquí los tramos esenciales:
P.: -Usted ha escrito: «Por lo que
yo pude saber, sí se entregaban sobres con dinero en efectivo que servían como
complemento del sueldo que percibían algunos dirigentes». ¿A qué se refiere
cuando dice «por lo que yo pude saber»?
R.: -Cuando he hecho esta afirmación
es porque estoy muy seguro de lo que he dicho. El País también informó sobre ese extremo.
P.: -¿Tiene explicación lo que se
hizo?
R.: -Puede tener una explicación:
que una parte de ese dinero procedente de donaciones anónimas se ingresaba en
la cuenta corriente destinada al efecto, y otra parte era la que se entregaba a
los dirigentes como sobresueldo, de la que no quedaba constancia en ninguna cuenta
bancaria, pero sí debió quedar constancia, aunque yo no tengo el documento fehaciente,
en la contabilidad que llevaba el PP.
P.: -¿Ha visto esa contabilidad?
R.: -Hombre, he visto la que me han enseñado,
pero no puedo acreditarlo.
P.: -¿Cree usted que los dirigentes
del PP, empezando por Rajoy, deben hacer públicas sus declaraciones de la renta
para averiguar si hubo alguna anomalía?
R.: -Sí. Rajoy acabó con esas malas prácticas,
pero desconozco en qué momento. Hablo de malas prácticas, no de ilegalidades.
P.: -¿Malas prácticas de las que
también se beneficiaron Rajoy y Cospedal?
R.: -Lo desconozco. La
irregularidad, para ser precisos, no está en dar la cantidad sino en recibirla
y no declararla, porque si la han declarado no hay irregularidad. Y si no la
han declarado, por lo que yo sé, tampoco han incurrido en un delito fiscal, pero
sí en una infracción tributaria y, en cualquier caso, en un escándalo político.
P.: -¿Sabe si ese dinero procedía de
comisiones ilegales cobradas a constructoras por obras?
R.: -No. Solo donaciones anónimas
que se sabía perfectamente quién las entregaba, pues para el partido no era
anónima. Todos los partidos se sobrefinanciaban así. Unos llevaban mejor que
otros la contabilidad.
P.: -Usted habló con Rajoy sobre el
caso Gürtel. ¿Qué le dijo?
R.: -Le expliqué que había que
llegar hasta el final de este asunto, y que había que dar una explicación, y
que no podían quedar sombras de duda porque se convertían en luces de certeza. Quiero
dejar claro que admiro su titánico esfuerzo por enderezar una situación económica
muy compleja. Les animo a él y a Rubalcaba a que asuman un programa de regeneración
moral convincente.
P.: -Usted estaba convencido de que Bárcenas
era inocente…
R.: -Lo de Bárcenas puede tener una explicación.
Cuando se producen los pagos, él era el gerente y recibía instrucciones.
Bárcenas tenía un sueldo muy alto, lo que puede sorprender o no, pero un sueldo
muy alto que según creo lo tenía absolutamente declarado. Pero de sus negocios
no tengo ni idea. Deberían preguntárselo a él.
P.: -Bárcenas se llevó el dinero a
Suiza sin declarar.
R.: -No tengo ni idea. Me remito a
lo que publicó El País,
cuya
información suministró su abogado.
P.: -Usted hace una declaración de amistad
hacia Bárcenas pase lo que pase. ¿No le decepcionó?
R.: -Desconozco si se lo ha llevado
o no. Los amigos los tengo, con el activo y con el pasivo. Y yo soy amigo de
Bárcenas, y hemos ido a la montaña juntos, y hemos pasado momentos muy buenos.
Me dolería que le pasase algo malo, pero me consideraré siempre amigo suyo. No
doy la espalda a un amigo por lo que haya hecho, me decepcione o no me decepcione.
P.: -¿Ha hablado estos días con Luis
Bárcenas?
R.: -No. Le envié un mensaje
diciéndole que yo creía que tenía que dar una explicación. Y vi que Miguel
Bajo, su abogado, y Alfonso Trallero, que trabaja con Bajo, dieron una explicación.
Y le recomendé que no se callase,
porque él no tenía por qué ser el
palo que aguantase esa vela sucia.
El martes 22 por la tarde, Trías
llama a la Fiscalía General del Estado. Habla con la secretaria de Eduardo
Torres-Dulce y le pide una entrevista con el fiscal general. A la mañana
siguiente le devuelven la llamada para citarle. Aguarda en la sala de espera.
Al rato entra a buscarle Torres-Dulce y le lleva a su despacho.
- Eduardo, vengo a ver al amigo y al
Fiscal General del Estado. Quiero explicarte que lo que he escrito y declarado
tiene fundamento. Yo he visto los papeles. Esto es muy serio.
- Es probable que la Fiscalía Anticorrupción
abra diligencias informativas, Jorge.
- Muy bien, si me llaman a declarar
así lo haré. Voy a colaborar con la justicia. Yo me meto en este lío después de
hablar con un juez abrumado, que está enfermo y que carece de medios. Y también
porque hablo con Mariano Rajoy, que hoy es presidente, y me dice que siga el
asunto. Trías, pues, no admite tener ni los papeles originales ni las
fotocopias.
Torres-Dulce da instrucciones al
fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Antonio Salinas, para iniciar
diligencias informativas de oficio sobre el tema de los sobresueldos. Se abren
ese mismo día, jueves 24 de enero.
LOS PAPELES
Mariano Rajoy no se pronuncia ante la información de El Mundo en la que se le excluye tanto a él como a María Dolores de Cospedal del cobro de sobresueldos. Una semana después de la aparición de la noticia, Rajoy explica a los enviados especiales, durante un vuelo en un avión de la Fuerza Aérea, desde Santiago de Chile a Lima, Perú, el 25 de enero, que él no va a entrar en el tema y que será la tesorera nacional del PP, Carmen Navarro, quien va a investigar el asunto. Una vez que ella eleve su informe, él se pronunciará.
Trías llega a la conclusión de que
solo el conocimiento de la fotocopia de catorce folios puede obligar a llevar
adelante una investigación seria. En su entrevista con El País, al hablar de las donaciones y complementos
salariales, dice esto: «Sí debió de quedar constancia, aunque yo no tengo el documento
fehaciente, en la contabilidad que llevaba el PP». Trías no tiene, en efecto,
el «documento fehaciente». Lo que posee es la fotocopia.
Trías ha intentado que Bárcenas dé a
conocer esas fotocopias desde aquellos últimos meses de 2010 en los que le
entregó una copia. Ya en los primeros meses de 2012, después de ver la película
J.
Edgar, la biografía del
director del Federal Bureau of Investigations (Oficina Federal de Investigación),
principal organismo de investigación del Departamento de Justicia de Estados
Unidos, Trías comenta el tema con Bárcenas. El abogado se queda impresionado con
las escenas en las que el director del FBI, para blindar su posición, se va a
ver al fiscal general, Robert Kennedy, con un dossier comprometedor. Contiene
datos sobre la relación que mantiene el presidente, John F. Kennedy, con una
amante de Alemania del Este.
También lo ha intentado Trías en el
verano de 2012 en aquella comida que celebran él, Bárcenas y Lapuerta en
Lavinia.
Hacia finales de esa semana, después
de visitar al fiscal general del Estado, Trías se pregunta cuál es el camino
correcto.
El domingo 28 de enero de 2013, Luis
Bárcenas reaparece. Cuando Trías ve la llamada en su móvil se sorprende. Es un número
del cual el extesorero del PP no le llama desde hace mucho tiempo.
- Jorge, Álvaro Lapuerta me dice que
le has entregado los documentos a El País. Lo que Bárcenas le recrimina a Jorge Trías no es
cierto. El abogado corta por lo sano.
- Ya está bien, Luis… Yo no voy a
hablar más de este tema contigo. Pero la llamada de Bárcenas acelera los acontecimientos.
En la calma de su piso blanco,
durante la tarde del domingo, Jorge Trías medita.
El lunes 29, El País empieza la labor de chequeo de los
documentos que le han llegado. Se llama a los secretarios generales y vicesecretarios
generales del PP entre 1990 y 2013. Javier Arenas, Ángel Acebes, Jaime Mayor
Oreja, Francisco Álvarez-Cascos, Rodrigo Rato y Dolores de Cospedal. Niegan haber
recibido pagos. En paralelo, los principales empresarios que aparecen como donantes
desmienten, a su vez, haber pagado dinero. El periódico cruza, también, datos
del sumario del caso Gürtel y la contabilidad secreta de
Bárcenas, lo que arroja una conexión precisa en algunos puntos. Hay una partida
de 21 millones de euros que sale del PP gallego en mayo de 1999, según su contabilidad
B, y aparece en las entradas que lleva Bárcenas. Otra pista: la presencia entre
los donantes de Constructora Hispánica. Esta empresa y su propietario, Alfonso
García Pozuelo, tienen una importante presencia en la trama Gürtel.
La tarde del martes 30, la dirección
del diario se reúne con los máximos ejecutivos del grupo. Se analiza la
información, el estado de las comprobaciones y los riesgos políticos que implica
la publicación. La conclusión, después de dejar constancia de las presiones que
se desencaderán, es publicar.
La noticia del día siguiente,
publicada a partir de las 5 de la madrugada del miércoles 31 de enero de 2013,
se titula: «Los papeles secretos de Bárcenas».
ESTADO DE NEGACIÓN
Esa mañana del 31 de enero, durante la onda sísmica que provoca la publicación de los Papeles de Bárcenas, la dirección del Partido Popular hace un hueco para cursar a la Seguridad Social una solicitud de baja de una persona que hasta entonces está en nómina como «asesor» de la organización. ¿Por qué esta urgente solicitud? El nombre lo explica: se trata del «asesor» especial Luis Bárcenas.
Desde el 16 de abril de 2010, tal
como había pactado con la dirección del PP, Bárcenas cobra religiosamente todos
los meses 21.300,08 euros, algo más de 255.600 euros anuales. Ya ha percibido,
pues, 670.350 euros, entre mediados de abril de 2010 y el 31 de diciembre de
2012.
Ni siquiera la llegada a España de
la comisión rogatoria procedente de Suiza, conocida el 16 de enero de 2013,
según la cual el extesorero ha acumulado una fortuna oculta a la Hacienda
española que llegó hasta 22 millones de euros, provoca la decisión fulminante
del PP de despedir a Bárcenas. Habrá que esperar catorce días más a la publicación
de sus Papeles para adoptar la decisión.
Esta realidad, la realidad de
treinta y dos meses de la nómina mensual pagada a Luis Bárcenas, «que ya no es
del PP», como ha mantenido la organización, es la única e indiscutible verdad.
La que arroja un poderoso haz de luz sobre la íntima relación entre Bárcenas y
el PP.
Al analizar los argumentos a
utilizar para explicar esta relación, la número dos del PP, María Dolores de
Cospedal, y el número tres, Carlos Floriano, acuerdan utilizar el concepto de
indemnización pactada que se paga mensualmente. Floriano dice que es una «indemnización
fraccionada». Cospedal, en su trabalenguas más famoso hasta el presente, explica:
- La indemnización que se pactó fue
una indemnización en diferido y como fue una indemnización en defini… en
diferido en forma efectivamente de simulación, simulación de lo que hubiera
sido en diferido en partes de una de lo que antes era una retribución tenía que
tener la retención a la Seguridad Social. Es que si no hubiera sido. Ahora se
habla mucho de pagos que no tienen retenciones a la Seguridad Social, verdad.
Pues aquí se es, aquí es, se quiso hacer como hay que hacerlo, con la retención
a la Seguridad Social. Y mire usted, yo le voy a decir algo bien claro. Si
hubiera habido algo que ocultar, si hubiera
habido algo que ocultar. Es más. Gobernando en España el Partido Socialista, y
por lo tanto teniendo acceso a toda la documentación oficial, pues no se habría
hecho un pago en diferido de una indemnización en forma de retribuciones o se habría
hecho ese pago también dándole la forma en su parte de cotizaciones sociales.
No se entendía que hubiera nada que
ocultar. Y no había nada que ocultar. Y por eso se hizo con esa claridad. Fue
un acuerdo entre partes. Hoy hay personas que pueden discutir si es más o menos
oportuno, si jurídicamente está mejor o peor llevado, o peor o mejor hecho.
Pero así fue como se pactó. Y si hubiera habido algo que ocultar, repito,
porque tengo que recordar, tengo que recordar, esto no pasa nunca, pero que
además este partido no tenía ninguna voluntad de ocultar, porque tengo que
recordar que gobernaba en España el Partido Socialista, con lo cual el acceso
tanto a Hacienda como a la Seguridad Social es muy fácil, es muy fácil.
¿Estado de confusión? También, pero
no. A pesar de las apariencias: estado de negación. Negación en este caso
supone encubrimiento.
Ese es el estado oficial del Partido
Popular. La reacción de Luis Bárcenas y del PP ante los Papeles de Bárcenas es coincidente. «Nunca se llevó por
mí ni por ninguna otra persona registro alguno de entradas o salidas distintos
a los declarados oficialmente por el Partido», dice el extesorero. «En
escrupuloso cumplimiento de la Ley, la contabilidad del Partido fue siempre
presentada ante el Tribunal de Cuentas, para su fiscalización, emitiendo dicho
órgano jurisdiccional los oportunos informes durante todo el mencionado periodo
sin tacha alguna al respecto», añade.
El comunicado de Bárcenas es
extenso.
Son 387 palabras a lo largo de ocho
puntos. Lo que olvida negar en esta, su primera reacción, el 31 de enero de
2013, es… que no se trata de su letra. ¡Elemental, mi querido Watson! El PP hubiera
deseado que lo dijera, pero la realidad es que Bárcenas elude espectacularmente
ese punto, habida cuenta de la importancia del mismo cuando se presenta los
documentos como escritos de su puño y letra.
María Dolores de Cospedal, por su
parte, esgrime los mismos argumentos de Bárcenas. «El Partido Popular niega
rotundamente que los papeles que han aparecido se correspondan con la
contabilidad del PP. La contabilidad del PP es única y es clara, transparente,
limpia y sometida al Tribunal de Cuentas y no vamos a consentir que se ponga en
cuestión ni la honorabilidad de los dirigentes del PP ni la transparencia del
PP ni la legalidad de las cuentas del PP.»
Mariano Rajoy, que desmiente y
califica como falsedad, el 2 de febrero de 2013, haber recibido dinero en negro
alguna vez, le marca de hecho a Bárcenas la línea a seguir.
«Cualquier irregularidad que se sospeche
a partir de papeles apócrifos no responde a la verdad, es total y radicalmente
falsa», sostiene Rajoy en su intervención ante el Comité Ejecutivo del partido,
retransmitida a los periodistas por monitor de plasma, sin que puedan formular
preguntas. «Es falso. Todo lo que se ha dicho y todo lo que se pueda insinuar es
falso», insiste.
«Papeles apócrifos».
Aunque Bárcenas no ha negado, hasta
ese momento, ser el autor material de los papeles bastaba con incluir cuatro
palabras, «no es mi letra», en el comunicado de 387, Rajoy pretende que no los
ha escrito él. Por eso, aparte de considerar falso su contenido, estima que son
apócrifos, en la única aplicación posible en este caso.
He aquí la fina percepción de un académico
de la lengua, que exhibe, como quien no quiere la cosa, mayor capacidad de análisis
político que la mayoría de los profesionales del sector.
«¿Qué quiere decir, pues, el señor presidente?
¿Qué es falso el contenido de los papeles que corren asignados a don Luis Bárcenas
Gutiérrez, pero que la atribución a este es incorrecta?», se pregunta Francisco
Rico en un artículo que publica El País el sábado 9 de febrero de 2013. He aquí su respuesta:
«Es la interpretación que invita a dar la llamativa ausencia de cualquier
acusación y aun sombra de reproche a Bárcenas, a quien no en balde él mismo
nombró o confirmó tesorero del partido y en quien largamente depositó su
confianza. De manera implícita, ¿está el señor presidente exonerando a Bárcenas
de la autoría de los papeles y así, y jugándolo todo a una carta, exonerándose
a sí mismo de cualquier responsabilidad?».
El guante lanzado por Rajoy lo
recoge Bárcenas en días. Poco después de la declaración de Rajoy, trasciende
que los abogados de Bárcenas y su cliente estudian difundir un segundo comunicado
para decir qué letra de los Papeles no es suya. Pero finalmente deciden que lo mejor es
una breve declaración al periodista Antonio Jiménez para su nuevo programa El Cascabel del gato, en la cadena 13TV. Dice que no es
su letra y que «está dispuesto a someterse a cualquier prueba caligráfica o
poligráfica para demostrar su falsedad». Aventura que los Papeles son un «montaje» realizado «por una
persona que ha tenido acceso a la contabilidad» del PP.
Jorge Trías, Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta
prestan declaración el miércoles, día 7 de febrero de 2013, ante el fiscal
Antonio Romeral, encargado de las diligencias informativas abiertas por la
Fiscalía Anticorrupción. Trías, en calidad de testigo, explica que Bárcenas es
quien le ha mostrado hace ya un par de años los papeles que se han publicado.
Bárcenas y Lapuerta, en calidad de imputados, niegan la veracidad de los documentos.
Bárcenas se somete a una prueba caligráfica. Y fuerza su letra, ante una
Policía Judicial aparentemente despistada, para dificultar las conclusiones del
examen. Hacer buena la afirmación de Rajoy de que los Papeles constituyen un documento apócrifo, es
decir, un documento atribuido erróneamente a su extesorero, será muy difícil.
Pero, en todo caso, el objetivo es simplemente añadir confusión. Otra cosa es
si en los papeles están todos los que son y son todos los que están.
El domingo 17 de febrero, Bárcenas regresa
de esquiar una semana en Canadá. En Barajas, ante los periodistas, alza el
dedo, el saludo de la peineta.
En la primera semana de marzo, Trías
camina por la calle Zurbano hacia su despacho.
Y a veinte metros de la sede del PP
en Génova se cruza con Alfredo Prada, presidente de la comisión de Justicia del
Congreso. No le veía desde la reunión en su despacho con el juez Pedreira.
- Hombre, Alfredo.
- Qué tal, ¿cómo estás?
- Jo, te acuerdas cómo defendimos a
Luis en mi despacho ante el juez…
- Que si me acuerdo… Quién podía imaginar
que caería lo que está cayendo, la cuenta suiza y todo lo demás…Próxima entrega: EL EPÍLOGO
Estamos esperando que publiquéis pronto el epílogo. Tal vez tendráis que haberlo publicado en más capitulos ya que se hace un poco pesado, dado que, por su importancia es un poco largo. Pero nada más. seguid así. Saludos.
ResponderEliminarEl epílogo y final por el momento, es el actual. ¿Cómo continuará? Esto ya es un misterio.
EliminarEs increíble la porquería que tienen que esconder los políticos. Son todos unos corruptos.
ResponderEliminarY aún no ha terminado.
EliminarA mí me parece que todo esto de Bárcenas lo dejarán morir con el tiempo. Ójala hubiese sacudido de la manta. Hay mucho más oculto de lo que nos pensamos.
ResponderEliminarDebería haber sacudido la manta y muy fuerte, hasta que cayera toda la fruta podrida.
EliminarAl final nada de nada. Eso es lo peor. Nunca nos enteramos de la verdad.
ResponderEliminarLa verdad no la sabremos nunca como otras tantas cosas que pasan en España.
EliminarEl tio en la cárcel y nadie sabe nada. Es muy extraño.
ResponderEliminarDemasiado extraño.
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